San Bonifacio trajo el sol
Una mañana fría y con lluvia intermitente no consiguió detener el entusiasmo de los festeros en la bajada del santo, que entró a las tres de la tarde, entre un estruendo de aplausos y júbilo, en la iglesia de San Bartolomé. Por la tarde, la Guerrilla y la Embajada Mora centraron el interés de los festeros, con el epílogo satírico de la Ambaixada en Valencià ya de madrugada.