Las calles de Petrer se preparan para acoger a las Fiestas de Moros y Cristianos y a sus protagonistas. El elenco, capitaneado por las marchas moras y los pasodobles, se completa con uno de los elementos fundamentales de la celebración: el traje de fiesta.
Plumas, sedas, bordados y colorido se aúnan en creaciones que constituyen auténticas obras de arte. El traje de fiesta cobra vida sobre los cuerpos de los festeros y es el objeto de admiración de los visitantes de las fiestas que se deslumbran ante las pedrerías, telas doradas y armaduras. Todo un espectáculo que asienta sus bases en los minuciosos trabajos de diseño y costura, así como de modelaje y que ha creado a su alrededor toda una industria y una cultura.
Proceso
Objeto de críticas y alabanzas, lo que esta claro es que el traje de fiesta supone un esfuerzo creativo y económico considerable.
El proceso de creación de un traje varía en cuanto a tiempo, pero normalmente suele abarcar un año. Un año que comienza con el contacto con el diseñador y la elaboración del boceto y que pasa por la aprobación de la Comisión Artística de la Unión de Festejos San Bonifacio Martir. Medidas, pruebas, retoques, elección de telas, para unos trajes que han de ser confeccionados por y para las fiestas de Moros y Cristianos de Petrer, según la normativa. Este hecho aporta una calidad de la que no todos los pueblos que celebren fiestas de estas características pueden presumir. Una calidad que se nota en los bolsillos de los festeros. Un traje suele oscilar entre los 1000 y 2000 euros, y sus propietarios lo lucirán por el periodo de tiempo que ellos mismos decidan.
Francis Bernabeu es uno de los diseñadores con más renombre dentro del panorama festero petrerí y tiene claro lo que diferencia las creaciones de Petrer: “La elegancia sobretodo. Tu ves un traje de Petrer y todos sabemos de dónde es”. La seriedad y rigurosidad son el signo distintivo de estos trajes que constituyen uno de los mejores referentes de las Fiestas de Moros y Cristianos de Petrer.
Capitanías
Si hay trajes que levantan pasiones y recelos a partes iguales son los de las Capitanías. Siempre rodeados de misterio, los atuendos que lucirán las abanderadas, capitanes y rodellas de las distintas comparsas son la mejor muestra de la calidad y espectacularidad de las confecciones locales.
Desde el pasado domingo los trajes de gala y de guerrilla de las Capitanías pueden verse en los escaparates de diversos comercios de la localidad. Nombres como Francis Bernabeu o Fernando Gedeón firman los diseños que lucirán los cargos del año 2010.
Unos diseños que no dejan indiferentes a nadie y que ante todo buscan la comodidad y la identificación con los colores y formas de la comparsa a la que representan.
Crisis
Aunque la fiesta sea una vía de escape de las preocupaciones lo cierto es que es difícil olvidarse de la crísis cuando para evadirse de ella hay que aflojar el bolsillo. La fiesta en su conjunto cuesta dinero y cada festero se ve abocado a realizar un esfuerzo económico considerable para poder vivir la celebración. Este esfuerzo adquiere mayores dimensiones cuando hay que crear un nuevo traje. En las Fiestas de Moros y Cristianos 2009 se estrenaron un total de 25 trajes de nueva confección. A finales de Enero de 2010 la Comisión Artística de la Unión de Festejos San Bonifacio Martir habia recibido un total de 10 bocetos con diseños de nueva creación. Una cifra que contrasta con la de años anteriores que solía rondar los 40. Desde la Comisión se destacaba además que estos bocetos habían sido elaborados por los propios miembros de la fila en lugar de por diseñadores profesionales.
Estos recortes en las cifras son mucho menos alarmantes que los números de bajas en las comparsas, que asciende a más de 200 festeros dados de baja. Casi un 13% del total de festeros petrerís.
Lejos de alarmarse, Francis Bernabeu recuerda que el papel de diseñador no es tan fácil de sustituir: “A todo el mundo le gusta sentarse a dibujar un diseño, pero ser diseñador es mucho más” y además sentencia “la fiesta siempre será la fiesta” y por tanto siempre habrá gente dispuesta a vivirla a pesar de las crisis que vengan.