El festival de títeres ha hecho su aparición en Petrer un año más. El conocido como «Marionetari» cumple estos días ocho navidades manteniendo intacto el espíritu que lo vio nacer: transportar a pequeños y grandes a un mundo mágico donde los muñecos cobran vida durante unos minutos para narrar historias de las buenas, de las que hacen pensar con el humor como bandera.Cuatro son las compañías, todas petrerinas, que desde el primer día de 2013 y hasta este viernes participan en este evento que se desarrolla a caballo entre el Horno Cultural y el Centro Cultural.
Por estos escenarios pasaron el martes Teatro del trapo y Compañía punto clown, y ayer mismo Magic Puppets, una actuación que congregó a numeroso público. Esta tarde es el turno de la Finestreta, con su función «En un mundo de colores», a las cinco y cuarto en el Forn, y mañana cerrará el Marionetari petrerí el grupo Conta3 con «La niña del mar», a la misma hora pero en el Centro Cultural.
Esta octava edición de festival, además, se ha visto endulzada con un ingrediente extra: la exposición de títeres del grupo Magic Puppets, que ha sacado sus marionetas del cajón para presentarlas, esta vez dormidas, a sus vecinos. Una muestra llena de color donde la interculturalidad y la artesanía van de la mano conformando una ventana trasera al universo de los cuentos en movimiento.
La historia de Magic Puppets a través de sus títeres
Ocho son los años que Bianca Marquardt-Spassov y Genio Spassov-Marquardt llevan manejando los hilos de los títeres que desde ayer y hasta el 20 de este mes se muestran en el Centro Cultural. Ella, alemana; él, búlgaro, y Petrer como punto en el mapa para tejer una vida en común y una afición compartida. «Nos conocimos en Malta y una amiga nos habló del casco antiguo de la localidad y decidimos venir a vivir aquí», nos explica Bianca, que nos hace de guía en la exposición, explicándonos una por una las historias que se esconden tras cada marioneta. «Hay títeres hechos por nosotros, otros por nuestras dos hijas, y también algunos regalados por otros titiriteros. Los muñecos exóticos que hay colgados nos los han traído nuestros vecinos cuando se han ido de viaje ya que saben que amamos este mundo», nos detalla la alemana en un castellano casi perfecto. «Éste de ahí- señala Bianca a un títere de madera- lo consiguió Genio en una feria disparando con una escopeta».
Pero no sólo encontramos marionetas, también Genio y Bianca han querido compartir montajes completos utilizados en representaciones de anteriores ediciones del festival. Uno de los más especiales es el titulado «¡Qué bien lo pasamos!», un homenaje a los abuelos del búlgaro con telas de su país y colores inspirados en su cultura.
Futuras titiriteras
Fiona y Chiara, once y diez años respectivamente, siguen de cerca los pasos de sus padres. Algunas de las marionetas expuestas han sido confeccionadas por estas dos pequeñas con alma de titiriteras. «Ellas las hacen con lo que se encuentran por casa», nos comenta Bianca. Y es que, si detenemos la mirada, descubriremos que casi todo vale para crear el cuerpecito de estos muñecos. Aunque de momento estas dos niñas no se han subido a un escenario para participar en una de las funciones de Magic Puppets, su madre asegura que queda muy poco para que lo hagan. «Todavía no actúan aunque ya tienen ganas. Ellas nos acompañan en las actuaciones, nos hacen fotos y luego nos valoran. Son muy buenas críticas porque las han visto todas».
Guiño a la historia del festival
Además de muchas otras marionetas (ocho años de escenario en escenario dan para mucho), la exposición también guarda un espacio para recordar la trayectoria del Marionetari. Y es que se pueden contemplar los carteles anunciadores de cada edición, desde el primero hasta el octavo, además de otros donde se recogen imágenes de funciones de Magic Puppets por otros puntos del país y del mundo.
Una afición que requiere sacrificio
Cuando le preguntamos a Bianca si se puede vivir de este arte, la titiritera no duda en contestar: «Es muy difícil. Incluso en tiempos buenos es casi imposible. Nosotros lo que hacemos es trabajar uno de los dos y compaginarlo con esta afición. Nuestro sueño sería dedicarnos sólo a esto, pero se necesitan muchas horas y no se pueden calcular con dinero. Siempre actuamos donde nos invitan, pero no es fácil; es mucho amor a este mundo. Por ejemplo, en Petrer el festival siempre cae en Navidad, por lo que en estos ocho años no hemos podido ir a nuestras casas en esta época. Nos sacrificamos por el amor a los muñecos», explica.
A pesar de que la dedicación plena a la labor de titiritero es hoy en día casi una utopía, Genio y Bianca siguen exprimiendo su tiempo para crear muñecos y con ellos historias destinadas a un público muy especial: los pequeños de la casa. «Es un público muy sincero, siempre reaccionan de forma natural, si no les gusta se nota y si les encanta aplauden mucho y puedes ver la emoción en sus ojitos brillantes». Un brillo que es el motor de Magic Puppets.
Una exposición muy bonita para peques y mayores. Enhorabuena a Magic Puppets por su trabajo y a sus dos pequeñas que ya apuntan maneras.Un saludo.
¡MUCHAS GRACIAS ALEGRIA22 🙂 <3 !
Hola Bianca, soy Sofía, finca barrina Vitorio y Dedé,hace 35 años ¿recuerdas? Ponte en contacto conmigo.
Hola, buscaba yo contacto con Genio y Bianca, no se de qué manera conseguirlo, encontré a Genio en Facebook, pero al parecer no lo tiene activo. Saludos