Don Ricardo y Don Severiano Sánchez Algarra: el fin de una aristocracia

Deseamos, en este trabajo, relatar algunas vivencias de dos miembros de una familia, que si bien no fueron naturales de Petrer, sí poseían profundas raíces en este pueblo donde vivieron, amaron y murieron.

Nos referimos a los Fernández Algarra o de Algarra, como en ocasiones gustaban firmar.

Esta familia, que no poseía ningún título de nobleza, estaba no obstante emparentada con varias casas de la aristocracia española, por lo que de haber vivido en el siglo anterior se les hubiera considerado hidalgos.

De todas formas, estas personas participaron de ese espíritu aristocrático, que hace vivir un poco alejado del mundo y de la gente.

Casa de la Plaça de Baix habitada por los Algarra desde el siglo XVIII.

Estuvo compuesta dicha familia por D. Joaquín Fernández López (1807-1888), médico cirujano del ejército y director de los Baños de Busot por designación real, natural de Requena y de ascendencia gallega; y su esposa, D.ª Joaquina Algarra y Marín (1818-1904), nacida en Zafra (Badajoz), ciudad de la que era natural su madre y por línea paterna hija del ilustre petrerense el brigadier D. Vicente Algarra Abellán que, según una crónica, descendía por su lado materno de una familia distinguida con grandes honores y blasones por el emperador Carlos V y que remontaba sus orígenes en la villa de Petrer hasta el siglo XVI.

Hubo cuatro hijos de este matrimonio, todos nacidos en Requena: Ricardo, Severiano, Joaquín y Encarnación.

Habitó dicha familia la casa contigua a la actual Biblioteca Pública, con fachada a la Plaça de Baix. Este inmueble pertenecía a un vínculo fundado por el abuelo de D.ª Joaquina, D. Bartolomé Algarra, en el siglo XVIII y que, siguiendo el orden sucesorio, la hacía recaer en D. Telesforo Algarra, hermano mayor de D.ª Joaquina. Abolidos los vínculos, como antes se dijo, la casa se dividió en partes proporcionales entre los hijos del brigadier. No interesando a ninguno de los hermanos varones dicha propiedad, por ser todos militares y residir en Madrid, se optó por vender las correspondientes partes a su hermana D.ª Joaquina y de esta manera la casa continuaba perpetuándose en la familia.

Esta venta motivó el traslado definitivo de D. Joaquín, D.ª Joaquina y sus hijos a Petrer. Fue deseo del matrimonio dar una esmerada educación, propia de su posición social, a todos sus vástagos. Centraremos nuestra atención en los dos mayores, Ricardo y Severiano. De los restantes diremos que D. Joaquín nació en Requena en 1851, siguió la carrera militar y casó con D.ª Dolores López-Blanco, fallecida en Petrer en 1886. Alcanzó el grado de capitán de infantería de Cazadores y se trasladó a Sevilla, donde se casó en segundas nupcias con D.ª Jacinta Josefa Machio. Siendo teniente coronel de la Caja de Reclutas, otorgó poderes generales a D. José López Alcaraz para la venta de todos sus bienes en Petrer, desvinculándose así de esta población; añadiremos que fue el único miembro de la familia del que existe descendencia directa en la actualidad. Doña Encarnación, nacida en 1855, permaneció soltera, no abandonó nunca Petrer y consagró su vida al cuidado de sus padres, a las labores domésticas (o propias de su sexo, en el lenguaje de la época) y a la lectura de obras piadosas. Falleció en el año 1903.

Don Ricardo Fernández Algarra

Ricardo José Julián Fernández de Algarra, nació en Requena el día 16 de febrero de 1874.

Cursó estudios de Derecho en Valencia, obteniendo la licenciatura en dicha disciplina, aunque nos consta que no ejerció nunca como abogado.

Grados alcanzados por D. Ricardo en el arma de infantería desde 1875 a 1891.

Don Ricardo, como sabemos, pertenecía a una familia de preclara estirpe militar y pronto sintió la llamada de las armas.

No ingresó en el ejército como oficial de carrera, pues su entrada se obtuvo en virtud de una Real Orden de 13 de enero de 1875, por la que se le nombra alférez de milicias provisionales.

Marcha a Madrid, donde supera con éxito todos los exámenes y se traslada más tarde a Sevilla, ciudad en la que conocerá a sus primos D. Rafael y D. Javier de Venegas, hijos del teniente general Venegas, marqués de la Reunión de Nueva España y virrey de Méjico, con los que cambia impresiones y es asesorado en el arte de la guerra -eran los años de la tercera de las contiendas dinásticas-.

Nuestro biógrafo no fue carlista, como algunos de sus familiares próximos: su tío carnal D. Carlos de Algarra, siempre fiel al pretendiente D. Carlos, recibió el título I de conde de Vergara.

La ideología política de D. Ricardo, podría encuadrarse en una frase del joven rey D. Alfonso XII, expresada en el Manifiesto de Sandhurst: «No dejaré de ser buen español, ni, como todos mis antepasados, buen católico, ni como hombre del siglo, verdaderamente liberal».

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