Ha sido mes y medio intenso de trabajo en el que el equipo de gobierno nos hemos encontrado con una realidad económica que desafortunadamente no responde a las situación holgada descrita por el anterior gobierno municipal.
La escuela pública de Petrer ha respetado y defendido nuestras decisiones cuando, por nuestras convicciones, hemos elegido lo que creíamos mejor para nuestras hijas.
Las propuestas que presentamos son viables. Sea poco o mucho el alcance que puedan tener, estamos convencidos de que hemos de hacer lo que esté a nuestro alcance, y lo que decimos lo está.
La “sociedad civil local” ha padecido los recortes en inversiones, subvenciones e iniciativas del consistorio. Eso sí, a cambio de subidas de impuestos, invención de nuevas tasas, tratos de favor hacia unas en detrimento de otras. Un auténtico desastre, que ahora los mandamases intentan maquillar.
De Pilar Carratalá tendremos siempre no una sola, sino mil sonrisas.
Hasta ahora no han cumplido porque no han movido ni un folio, no han movido ni un enlace de la página web de este Ayuntamiento. Siguen parados. No cumplen con nuestra iniciativa de que Petrer estuviera entre los primeros pueblos en poner en marcha la Ley de Transparencia, aprobada por el Gobierno de España en el año 2013, pero que, al paso que marca el PP de Petrer, no llegará a nuestro pueblo hasta el año 2015.
Este artículo no menosprecia ni descarta ninguna de las ideas que se han recogido en el vídeo que nos presentaron. Ya sabemos que “no hay ideas malas, sino malos gestores”. Sí me preocupa, y mucho, cómo se está exponiendo…
De madrugada se nos ha ido Vicente Maestre Juan. Se ha adelantado al d
Al igual que en el resto de nuestras vidas, el PP está empeorando las cosas y han hecho que la crisis también sea más fuerte entre libros más caros, comedores fuera del alcance de muchas familias, aulas más llenas de estudiantes pero más vacías de profesores que los atiendan como se merecen.
He dejado pasar unas semanas desde la entrada en vigor de la llamada ley del tabaco para ver su incidencia y, sobre todo, observar las reacciones de la gente que, a la postre, pueden servir de indicador sobre su utilidad. Lo primero que ha sorprendido a los más escépticos es la responsabilidad y el sentido común con los que la inmensa mayoría de la gente la está respetando. Más allá de los intentos de algunos ideólogos extremistas -no precisamente fumadores, pero sí de programas infumables-,…