Personajes petrerenses (VI): La huella de Dámaso Navarro

Foto de la boda de Dámaso con Práxedes (1972).

La cova del Vicari. El 9 de septiembre de 1972 Dámaso contrae matrimonio con su novia de siempre, Práxedes Ber­nabé Pérez. Ella colaboraría en repetidas ocasiones con el grupo arqueológico. Él continuaría con sus múltiples face­tas. En 1973 formaría parte de la redacción del folleto pro­pagandístico Tribuna Popular, que en un principio se impri­mía dentro del casco urbano, aunque por medidas de seguridad se trasladaron a la cova del Vicari, enclavada en Les Ventetes cerca de El Racó del Xolí. La casa-cueva, pro­piedad del Estado, se encontraba deteriorada por el paso de los años. Desalojaron a sus moradores, que eran unos respetables y enormes ratones. Cada fin de semana, la mayoría del grupo arqueológico, junto con Juan Bautista Pérez y Antonio Bernabé, hicieron de albañiles y carpinteros. Un viejo citróen dos caballos sirvió para el transporte de los materiales. La cueva disponía de un respiradero que daba a la rambla en su parte superior. Los cazadores y excur­sionistas que pasaban por allí jamás sospecharon que detrás del habitáculo de la cueva existía una especie de «zulo» reforzado con hierro y cemento donde guardaban el rudimentario aparato conocido como «Vietnamita». Una nueva publicación clandestina como medio de propa­ganda e información de los trabajadores aparece entre enero y noviembre de 1974 con el titulo de Unidad Obrera. El periódico constaba de seis hojas redactadas por ambos lados, con una tirada de 200 ejemplares. El primer número se editó en Alicante, aunque la mayoría fueron impresos en la cova del Vicari.

Fragmento de las yeserías árabes encontradas encontradas en el yacimiento de Puça en 1973.

La Vall de Puça. La vitalidad era primaria en las cuali­dades del joven grupo arqueológico, porque igual un fin de semana hacían de albañiles que se dedicaban a las artes gráficas con la impresión manual con un cliché, tinta y un rodillo reproduciendo una hoja tras otra, o se iban de excursión al campo. Puga es un valle que se encuentra en una encrucijada de caminos. Fue visitado en repetidas ocasiones por el grupo durante el año 1973. El yacimiento arqueológico ocupa una extensión en torno a tres kiló­metros cuadrados, aunque se desconoce su extensión por estar parte del valle abancalado. Entre los desniveles del terreno se podía reconocer el suelo de las antiguas vivien­das, restos de muros, piedras labradas con surcos y en el interior de un pequeño pozo había restos humanos. En esta zona, a consecuencia de las labores con el arado, apare­cieron en la misma superficie los célebres fragmentos de yeserías árabes decoradas con motivos octógonos. Este importante hallazgo coincidió con la necesidad de realizar catas o sondeos para recoger información del lugar y trans­cribirlo en una Carta Arqueológica Municipal como patri­monio cultural e histórico del pueblo. El cronista Josep Montesinos, en sus redacciones del año 1791, citaba el lugar como una zona de poblamiento antiguo, según reprodu­cimos:…en la partida llamada de Pusa, contiene junta­mente cimientos y pisos que excede la memoria de los hombres, cuya planificación denota haber sido pueblo o aldea muy antigua con otras señales que allí mismo se han hallado, como son piedras de molino aceytero del diámetro de cómo tres palmos y medio y dos de grueso…

Presentación de la revista de poesía "Polen". 1975.

Polen. En el primer trimestre de 1975 se publicó cada mes una revista de contenido poético con el titulo de Polen, editada por el Club de la Juventud, con una tirada mensual de 300 ejemplares. Dámaso, con su aportación entusiasta, solicitaba las distintas colaboraciones poéti­cas. Las portadas fueron confeccionadas por la Imprenta Tortosa y la contraportada de la primera publicación reseña que «colabora: Librería Demos», La impresión de más de 30 hojas de cada estampación estuvo realizada por la mul­ticopista del colegio Reyes Católicos y coordinado por Joan Josep Castillo Pina. Con un contenido de sencillez poética pero con un lirismo legítimo, entre otros, citamos a Francisco Mollá, Libertad Brotons, Maestre Montesinos, Bonifacio Navarro, que utilizaba el seudónimo «Bonmatí», y Dámaso Navarro. La afición de Dámaso por la poesía se remonta a su juventud, en particular cuando cursaba estu­dios de bachiller en la academia de Juan Madrona Ibáñez. Con la llegada del buen tiempo se iban de excursión a los campos de Petrer y de Elda y, como si se tratara de una asig­natura de arqueología y de naturaleza, pasaban la tarde. A principios de 1968, Dámaso afianza el sentimiento poé­tico a través de un cursillo de redacción organizado por el Centro Cultural en la Caja de Crédito, impartido igual­mente por el insigne poeta Juan Madrona. A continuación reproducimos uno de los poemas de Dámaso editado en la revista Polen en febrero de 1975.

Exposición de material arqueológico en la comparsa de Labradores. Aparecen Dámaso y Antoñita Payá. 1975-76.

Cuando en mis oídos dejan de resonar

los ecos de las máquinas…

vuelvo en mí.

Cuando paladeo el aire

puro y sin disolventes…

vuelvo en mí.

Cuando mis ojos puedan mirar

libres a la lejanía…

vuelvo en mí.

Cuando el alma relaja sus músculos

vuelvo en mí.

Y cuando vuelvo en mí

os miro y os veo,

y siento una gran alegría

de conoceros una vez más.

One thought on “Personajes petrerenses (VI): La huella de Dámaso Navarro”

  1. Personas así se echan en falta, su hijo sigue los pasos y lleva buenos proyectos.
    Lástima que su hermano D. HECTOR NAVARRO sea una persona poco o nada objetiva en su trabajo.

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