Nazario Belmar Mart

Nos situamos en la temporada 1944-45, Belmar es cedido al Sabadell, donde gozará de un prestigio deportivo sin parangón, ya que el Sabadell subió enteros con este fichaje y causó gran revuelo en tierras catalanas. Así mismo, en esta temporada el Real Madrid tampoco fue afortunado y sólo pudo conseguir el subcampeonato de Liga, detrás del Barcelona.

La temporada siguiente, 1945-46, Nazario vuelve a incorporase a las filas del club merengue. Jugará 16 partidos marcando seis goles, pero el conjunto blanco se encontraba lejos todavía de la brillantez en el juego y sólo consiguió el cuarto puesto en la clasificación. Ya se ha dicho que la rivalidad era máxima en todas y cada una de las jornadas; además, se daba un equilibrio de fuerzas en casi todos los equipos que integraban la Liga de los años cuarenta. “El día de Navidad de 1946 jugó Belmar uno de sus partidos más memorables y de mayor resonancia internacional. Por aquel tiempo, en España se jugaba al fútbol prácticamente con el estilo brioso y acometedor de antes de la guerra, sin adoptar las tácticas modernas de “pizarra” que, aunque posiblemente hayan beneficiado la calidad técnica del fútbol, indudablemente disminuyeron su atracción como espectáculo donde primaban el arrojo individual y la jugada personal, arrollando al contrario hasta llegar ante el portero y romper las redes de un trallazo”7. Esta sí que es una cita memorable de nuestro querido Alberto Navarro en la que fotografía con precisión absoluta el juego de Belmar. Además de ser el autor de uno de los goles, fue toda una exhibición de buen fútbol, lo que se llama un partido redondo el que se jugó en el estadio de Chamartín entre el Real Madrid y el San Lorenzo de Almagro, equipo argentino muy conocido que se encontraba de gira por Europa. En España jugó dos encuentros, uno contra el At. de Madrid, imponiéndose los argentinos por 4 goles a 1. Sin embargo, en el enfrentamiento contra el Real Madrid se impuso éste por el mismo tanteo, 4 a 1.

Nazario, con el uniforme de la selección nacional de fútbol, con la que disputó un partido.

Entramos en la temporada 1946-47, temporada fatídica para Belmar pues se verá obligado a abandonar el fútbol profesional. Todo ocurrió el día en que se jugaba el partido de vuelta de la Copa de España Betis-Real Madrid, difícil para el equipo blanco debido a que en el partido de ida había encajado un apabullante 0-4. La rivalidad era extrema y la tensión hizo su aparición en el terreno de juego, de tal suerte que en una arriesgada jugada de internamiento Belmar sufrió un fortísimo encontronazo con el jugador del Betis Mariano. El resultado definitivo fue de un aplastante 6-0 para el Real Madrid, lo que le permitió continuar jugando los partidos de eliminatoria. De esta manera se define el juego de Belmar en el Libro de Oro del Real Madrid: “Belmar fue un fino interior izquierda que se entendió de maravilla con Barinaga y Pruden, dos peculiares arietes, por la fortaleza y olfato de gol, que saltaron a la fama en los años cuarenta. Una grave lesión retiró a Belmar de los terrenos de juego, aunque el Madrid le respetó su contrato hasta la fecha que ambas partes se habían comprometido”8. Efectivamente, la directiva del equipo blanco mantuvo una intachable actitud profesional con Nazario, supieron valorar y reconocer el gran impulso deportivo que marcó al equipo con su estilo de juego tan personal y característico, un interior izquierda de largo alcance, un tiro potente y un estratega en el campo de juego imprevisible y, recordando la definición de Alberto Navarro, de rápida zancada con sus largas piernas. A lo largo de este recorrido deportivo por los años cuarenta, días de radio, zarzuela, toros y fútbol hacían realidad aquel conocido slogan que circulaba por la piel de toro que decía: “pobretes pero alegretes” y nos ha permitido conocer un poco más la figura tanto deportiva como humana de nuestro biografiado.

Ficha futbolística de Nazario con el Real Madrid.

Como broche final a la etapa deportiva de Belmar, considero muy ilustrativa unas notas extraídas de un artículo publicado en el prestigioso Diario As en 1980, en el que su autor valoraba así el declive de Belmar: “En el Metropolitano, el Madrid se impuso por seis a cero, pero perdió a Belmar para siempre. Una entrada punible del defensa bético Mariano acabó con Belmar como futbolista. Su rodilla quedó destrozada. Se le acababa de dar la puntilla, valga el símil, a uno de los más capacitados interiores del fútbol nacional. Desde aquel día, Belmar ya renqueó para siempre”9. A partir de mayo de 1947 y hasta la temporada 1949-50, Nazario jugará siete partidos amistosos y definitivamente se produjo su retirada prematura del fútbol profesional con 28 años cumplidos. Es en el año 1950 cuando la vida de Belmar dará un giro de ciento ochenta grados debido a dos hechos importantes: su matrimonio con Manuela y su separación del Real Madrid como jugador, aunque seguirá manteniendo una relación con el club y con sus compañeros de vestuario. Además, en el año 1953, “en la reunión celebrada el viernes por el Comité de la Real Federación Española de Fútbol fue designado don Nazario Belmar como miembro del Comité de Competición”10. Desde su recién estrenado cargo en la Federación, siempre se acordó de su pueblo y, como no podría ser de otra manera, del Club Deportivo Eldense donde su hermano Paco destacó también como un excelente jugador y, posteriormente, como miembro de la directiva. Belmar hizo todo lo que estuvo en sus manos para recuperar al Eldense hacia la categoría nacional. Así mismo, fue nombrado secretario y posteriormente vicepresidente de la Federación Española de Balonmano, tratando de mejorar desde su posición las condiciones del deporte local.

Equipo del Sabadell en el viejo campo de Las Corts, del F.C. Barcelona. Belmar es el tercero por la izquierda. Temporada 1944-45.

Etapa cinematográfica

Nos adentramos en el año 1957, años menos lúgubres aunque todavía con claros y sombras. Está cerca el despegue económico que se producirá a partir de 1959 con el Plan de Estabilización, que supondrá la salida de la autarquía económica y aislamiento político. Nazario compatibiliza sus tareas como asesor deportivo con el ejercicio de su profesión de abogado en su bufete de Madrid. Será en 1957 cuando Nazario se convertirá en empresario: del fútbol y el deporte dará un salto al mundo del cine. Ni más ni menos que “en Madrid, el 17 de octubre de 1957, se constituye Naga Films, teniendo como presidente a Marcelino Galatas Rentaría y como secretario al ex jugador de fútbol Nazario Belmar Martínez”11..

Naga Online Casino Films es un acrónimo formado por la unión de Nazario y Galatas. Marcelino Galatas fue también jugador de la Real Sociedad de San Sebastián y del Atlético Aviación, de origen vasco pero nacido en Manila (Filipinas) en 1902 y muy buen interior izquierda como Belmar. Galatas estaba muy introducido en el mundo de los negocios de la capital de España, había estudiado Ingeniería Industrial y mantenía un fuerte nivel de inversiones por el país. Según relata la hija del empresario, Mari Cruz Galatas, “mi padre conoció a Belmar a través de un amigo común donde coincidían los tres en el restaurante ‘Txistu’ de Madrid, centro de reunión de los jugadores y ex jugadores del Real Madrid. Mi padre acudía los miércoles a almorzar y allí fueron presentados. Ambos habían sido interiores izquierda y a ambos les gustaba el cine, así que algún tiempo después deciden constituir Naga Films”.

Nazario se dedicó en cuerpo y alma a sus dos grandes pasiones: el fútbol y el cine. Aunque casi siempre termina mal, podemos imaginarnos las tremendas dificultades que hubo que superar para producir con éxito comercial cada una de las películas, sabiendo que estaba la censura como espada de Damocles sobre los guiones que entraban en la productora. Los años cincuenta y sesenta los recordaremos por una sutil y sofisticada censura hacia los integrantes del mundo del cine y del star system. De esta manera, “el edificio institucional cinematográfico franquista había sido erguido a lo largo de los años cuarenta de tal modo que la siguiente década sólo introduciría algunas modificaciones, importantes en sí mismas, pero en absoluto correspondientes a ninguna inflexión significativa de los designios del régimen respecto al sector cinematográfico”12.

Créditos de la película El verdugo, en la que aparece Nazario Belmar como productor ejecutivo.

Nos adentramos en el lustro 1957-1962, etapa que cubre aproximadamente el período más fértil de Naga Films. Coincidirá, a su vez, con la entrada de España en el desarrollismo económico, donde películas como Bienvenido Mr. Marshall (1952), de José Luis Berlanga, ya no reflejaban la realidad socioeconómica de nuestro país. Nazario Belmar y Marcelino Galatas, dos apasionados del cine, emprenden una aventura empresarial en la que llegarán a producir, y coproducir en dos ocasiones, alrededor de una decena de largometrajes dirigidos por la flor y nata de los directores españoles del momento: Pedro Lazaga, Agustín Navarro, José María Forqué, etc. con guiones igualmente escritos por las mejores plumas de la época como José María Palacio, Rafael Azcona, Enrique Llovet o Jaime de Armiñán. “Las dos grandes pasiones de nuestro tiempo combinan poco y mal. Y pronto. Dicho está. Un esperanzador comienzo para este libro, que debería tratar de convencer al lector de todo lo contrario. De que fútbol y cine, cine y fútbol, dos fenómenos contemporáneos con capacidad de hacernos soñar, de generar pasiones e ingresos ingentes, de alegrarnos (o amargarnos) el día y hasta crear ídolos de masas, tienen muchos vínculos entre sí”13. En realidad, hacer cine o, peor, producir cine, no debió de ser tarea sencilla. No solamente existía la censura, sino que había que encontrar las fórmulas de financiación apropiadas para poder iniciar la producción y cerrar los contratos con los directores y el cuadro de actores: “No voy a hablar aquí de la gestación del film, que fue lenta, agónica. Si tenías suerte de que un productor te contratara para hacer una película, tú pensabas: ‘Ya está, preparamos la producción y ¡a rodar¡’. Tenías tu guión matizado y tu reparto, estudiado hasta el papel más pequeño. No me daba cuenta de que todo esto, para el productor de entonces, no era más que el principio de un proceso angustioso de financiación, de acuerdos con bancos, ministerios, sindicato, idas y venidas, tira y aflojas”14. Vistas así las cosas, mucho nos tememos que a Nazario Belmar, como productor ejecutivo que era y experto en asuntos jurídicos, le resultaría más complejo coordinar el proceso de producción de cada cinta que resolver cualquier partido con éxito ante el rival más temido, o incluso cualquier encuentro con la selección española, pues, llegados a este punto: ¿qué es un productor de cine realmente? Teniendo en cuenta los intereses financieros ya mencionados, “el productor de cine debe ser una persona con un profundo conocimiento del medio y con una idea muy clara sobre los riesgos que se asumen en cada producción, es decir, debe conocer los límites. En este marco, el productor tomará una serie de decisiones fundamentales, la primera de las cuales es encontrar apoyos financieros necesarios para su distribución y exhibición”15. Es comparable a la actitud que tiene un director de empresa que debe tomar todos los días determinadas decisiones de inversión para el normal desarrollo de su negocio. Esto exige poseer, en algunos casos, un sexto sentido que le permita calcular las consecuencias que se derivarán de cada paso dado por su departamento.

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