Sin embargo, los estudios realizados demostraron, sesenta años después, que esta línea ferroviaria no sería rentable tampoco ahora, debido al auge del transporte de mercancía y viajeros por carretera y a la distancia existente entre cada uno de los cascos urbanos y el trazado del ferrocarril. Por ello, en 1984 se deja definitivamente en suspenso el proyecto y en el mes de Octubre de 1990, el Boletín Oficial del Estado publica una Orden Ministerial en la que se dictamina que los propietarios afectados por la expropiación de sus tierras en el último tercio de la década de los años veinte pueden contar de nuevo con ellas. No obstante, ninguno de los herederos petrerenses se interesa por esta cuestión, al igual que ocurrió cuando sus progenitores sufrieron la expropiación.
2. APROVECHAMIENTO DEL TRAZADO FERROVIARIO
Cuatro meses después de que el Órgano Oficial del Estado Español intentara cerrar definitivamente el último capítulo de esta historia ferroviaria, la Generalitat Valenciana se hace eco, por medio de un estudio realizado por técnicos del Organismo Autonómico que quiere aprovechar la infraestructura del antiguo trazado para construir, sobre su firme, una carretera que una San Vicente del Raspeig con Ibi, con el fin de paliar la deficiente infraestructura comunicativa que tienen los pueblos de la Foia de Castalia con la capital de la provincia. Los mencionados técnicos aseguraron en su día que era una buena iniciativa aprovechar los muchos túneles y puentes que existen a lo largo de ochenta kilómetros, para colocar sobre la antigua obra, asfalto en lugar de raíles. De este proyecto es apartado el término municipal de Petrer, que es el único pueblo excluido del proyecto por estar situado al Noroeste de San Vicente del Raspeig y precisamente esa hipotética carretera nacería una vez superado el término petrerense.
Coincidiendo con este anuncio, prácticamente todos los consistorios de los pueblos afectados (Agost, Castalia, Ibi, Tibi y Petrer) toman acuerdos plenarios similares. Piden que las tierras no reviertan en sus antiguos propietarios y en su defecto pasen a propiedad municipal, alegando que la vieja e inacabada vía férrea y los terrenos afectados por su paso son aprovechados ahora como caminos rurales, paso de canalizaciones, de ganados e incluso en el caso de Petrer, como carretera obligada para llegar a la futura y polémica urbanización de El Palomaret.
En el plazo de un mes todos estos Ayuntamientos acuerdan, por unanimidad, un texto similar al que la Corporación petrerense aprobó en la Sesión Plenaria del 31 de Enero y que a continuación se reproduce.
Prácticamente todos los pueblos afectados han hecho una piña y se han pronunciado a favor de que la antigua plataforma férrea, sea aprovechada en gran parte de su trazo para la construcción de la futura carretera, incluso el Gobernador Civil de la provincia, Pedro Valdecantos, envió una petición en este sentido a los organismos competentes. El gobierno provincial conminaba a las autoridades superiores para que tuvieran en cuenta el extraordinario ahorro económico que supondría la construcción de la carretera sobre la plataforma de la antigua línea ferroviaria. Se apuntaba también la posibilidad de que en los municipios no afectados, como es el caso de Petrer, se podría acondicionar una ruta cicloturística con el fin de potenciar el turismo de interior en cuyo plan están empeñadas las autoridades provinciales. Ante tal presión es previsible que ambos proyectos se lleven a cabo y la fisonomía de la zona no cambie demasiado, por lo menos en lo que atañe al término municipal petrerense.
En este sentido y concretamente en Petrer, el trazado discurre por tierras calificadas en las normas urbanísticas como «no urbanizables», distinguiéndose principalmente dos tipos de suelo: suelo no urbanizable de protección especial, en el que se realizarán o se han realizado repoblaciones forestales y «zona rústica menor». Las características urbanísticas de los dos tipos de suelo prohíben todos aquellos usos que no sean forestales, incluidas las actividades e instalaciones de utilidad pública o interés social u obras públicas, en el primero de los casos. En lo referente al segundo, se puede permitir la construcción en parcelas de más de cinco mil metros cuadrados.
No obstante, está descartado cualquier tipo de edificación en los veinte metros de cada margen de las tierras influenciadas por la línea del ferrocarril inacabado. Su uso es y será exclusivo como servidumbre de paso.
De aquel ambicioso proyecto iniciado durante la Dictadura de Primo de Rivera y nunca finalizado, quedan unos espectaculares puentes que merecen la pena ser conocidos. Una excursión siguiendo esta ruta puede ser muy ilustrativa para los vecinos. A pesar de que ningún tren, por una causa u otra, nunca llegó a pasar por nuestro término municipal ya que todos los intentos resultaron fallidos, quedan a las futuras generaciones la espectacularidad de las obras realizadas con ingentes esfuerzos humanos y económicos.