Los complementos actuales también ofrecen una variedad y unas prestaciones óptimas: “han aparecido los realces, camuflajes de colores que hacen a su portador más invisible en el entorno. Son directamente estampaciones fotográficas de bosques, más claros y más oscuros, o de terrenos más ocres”. Las prendas ‘inteligentes’ también han florecido: ropa térmica, antisudoración (extraen el sudor a la última capa de la prenda, dando siempre sensación de sequedad), piezas elásticas, otras diseñadas contra el espino o contra la picadura de los insectos, calzado antideslizamiento, etc. “De todo eso tenemos en la tienda, desde gorras y chaquetas hasta ropa interior, de todo eso tenemos en la tienda”, sostiene Ramón.
No sólo caza
Todas estas prendas y esta tecnología no sólo interesan a los cazadores más ‘tradicionales’. “Cualquiera que quiera pasar desapercibido y estar confortable y seguro en la naturaleza podría equiparse aquí: fotógrafos, biólogos, ecologistas, ornitólogos, guardas forestales, etc.” Y es que la tienda ofrece un gran abanico de productos y servicios que exceden a la propia actividad cinegética, como puede ser la práctica olímpica con armas.
Ramón nos explica que “el aire comprimido es una disciplina olímpica, en arma corta o larga. Es una pieza muy personalizada, tomándose las medidas de cada uno de los tiradores. Las armas más comunes son las pistolas y la carabina, con una potencia de 210 metros por segundo. Se compra con la factura y se edita un pequeño papel en el ayuntamiento y puedes disparar casi en cualquier lugar, utilizando el sentido común. Después, se practica en canchas permitidas, al igual que el tiro con arco que básicamente se enfoca al olimpismo, aunque también se puede cazar (mayor y menor) con licencia”.
En los últimos tiempos, también ha tenido una gran penetración todo lo relacioando con el ‘paintball’, ese juego, importado de América, en el que los participantes usan réplicas de armas con pequeñas bolas rellenas de pintura para ‘marcar’ a los otros jugadores. La última generación de esta rama de ocio y deportiva es el air-soft, que ha perfeccionado el sistema para hacer de él uno de los deportes al aire libre más seguros.
El air-soft usa munición especial de 6 mm en armas de guerra que son fidedignas réplicas de las reales: “tienes la posibilidad de disparar con una total sensación de realidad, porque las armas tienen el peso, los detalles y el mismo mecanismo, se mueven de verdad, reaccionan de verdad. Hay réplicas de armas cortas y largas, desde un fusil kalashnikov ruso hasta una carabina M4 estadounidense, pasando por, que también tenemos aquí, granadas, minas antipersonas y snipers (rifles de francotirador). La variedad es muy grande y todas tienen unas prestaciones excelentes, funcionando por electricidad (con baterías de 8,4 voltios) o con gas, tanto por cápsula como inyectado”. Nos cuenta Ramón que lo bueno de esto es que la gente lo va conociendo, conocen su seguridad (“la Guardia Civil es muy exigente y me parece bien, se trata de asegurar unas condiciones óptimas de seguridad”) y no se producen alarmismos innecesarios e injustificados. “Por supuesto, y a pesar de su poca potencia, es necesario llevar equipamiento adicional, sobre todo para la cara, como cascos, gafas, bozales o diademas para el cuello, además de petos, chalecos, guantes, coderas, rodilleras y pantalones gruesos. Es una actividad totalmente segura”.
La reflexión de Ramón sobre toda esta modalidad, una vez alcanzados estándares idóneos de seguridad y sensaciones, es que su penetración es muy grande entre la gente joven “porque es el siguiente paso a los videojuegos. Lo siguiente a jugar con el mando de la consola es hacerlo de esta manera, estando además en un entorno natural, haciendo ejercicio y pudiendo desahogarte con los amigos de forma sana e inocua”.
Coleccionismo y decoración
Hay personas que, por esa misteriosa fascinación que siente el hombre por las armas, compra alguna de estas réplicas con un objetivo decorativo. Igualmente la tienda ofrece todo tipo de espadas y armas blancas, y demás objetos relacionados con las Fiestas de Moros y Cristianos, como cascos, espadas, escudos, etc: “también personalizamos trajes y armas, les hacemos grabados, a gusto del usuario”.
Ahora recuperaremos la conexión con el festejo que tiene Ramón, pero antes profundizamos en estos objetos de coleccionista que la tienda ofrece, como cuchillos de fantasía, navajas multiusos, réplicas históricas de armas blancas, etc. “Lo que no encontrarán, exceptuando alguna catana, son todas las armas orientales tan populares en occidente por las películas de acción de artes marciales, como nunchakus, estrellas ninja, kunais o shais, todas prohibidas por la legislación. Igualmente están prohibidos los puños americanos, las cerbatanas e incluso el tirachinas, hasta hace poco considerado prácticamente un juguete”.
La Fiesta de Moros y Cristianos
La labor de Ramón relacionada con las Fiestas es enorme y la evolución en este ámbito no se ha quedado atrás. Recuerda “momentos muy difíciles en el pasado, cuando se vendía la pólvora directamente en la armería y nos plantábamos aquí con 600 kilos, un auténtico polvorín, aunque nunca tuvimos que vivir una desgracia”. Ahora, “afortunadamente”, la legislación arregló esto: “comenzando por tramitar desde aquí las solicitudes para la pólvora de las distintas comisiones, todo ha cambiado mucho y se hace de forma segura: se queda en las afueras previamente con los clientes, que intercambian la pólvora por vales, sin dinero de por medio”.
“Nosotros”, explica Ramón, “damos esa cercanía a todas las fiestas de la comarca. Nos trasladamos a las diferentes localidades, hacemos las revisiones oportunas, alquilamos armas y, si alguien tiene un arma no catalogada, se la catalogamos”. La revisión y mantenimiento es, de hecho, una de las actividades más importantes de la armería. Anexa a la tienda, Ramón tiene un completo taller: “desde luego es una necesidad, la limpieza y mantenimiento de las armas así lo exige. Las nuevas armas producen unos residuos que entorpecen su uso, y aunque aquí, por supuesto, arreglo desde rifles a carretes de pesca, también me he especializado en toda la armería relacionada con la Fiesta, desde arcabuces hasta dosificadores. Lo cierto es que aunque entiendas de armas, y seas cuidadoso, conviene y mucho que un experto revise el arma cada 3 ó 4 jornadas de uso, para detectar piezas fatigadas, vasos embozados, etc.”.
En su taller, Ramón es un auténtico artesano; como comenta, “hago de carpintero, modista y herrero. No es un trabajo fácil, y me gustaría que todos los festeros sepan que estamos aquí, que no hace falta irse fuera. Igualmente, y en estos años de crisis, los festeros deben valorar todos estos servicios, porque parece que ahora han proliferado las comisiones en las entidades festeras que tratan de hacerlo todo, al final van a acabar cosiendo los trajes de las abanderadas, poner las copas en las cenas y barriendo las calles después del desfile. En mi opinión, deberían dedicarse a la fiesta, disfrutarla y dejar los aspectos más complicados a los profesionales. Hay que darse cuenta de que cada cual tiene un trabajo, debemos separar lo que es el dinero de lo que es un servicio, porque la evolución así lo ha traído. No se tiene explosivos en casa, ¿por qué? Porque no es natural”.
Un buen reportaje sobre la entrañable armeria de Ramón Albero.
Un gran profesional, casi tanto como su padre, verdadero fundador de la saga de los Albero.
Felicidades Ramon.
Ramón es un tío encantador y tiene de todo, de todo. Si os gusta la naturaleza, no hace falta que seáis cazadores, pasaros. Y buen artículo que no tergiversa ni cae en el sensacionalismo.