Métodos para el estudio de la fauna (II)

Excrementos: Pese a lo escatológico que pueda parecer el estudio de los excrementos, es necesario destacar que son el más importante indicio de la presencia de la fauna; su ubicación, forma, composición y olor pueden permitirnos determinar la especie a la que pertenecen.
 
Los excrementos de carnívoros, generalmente poseen forma alargada y finalizan en un pincel afilado de plumas o pelos si el animal ingirió aves o mamíferos. Los elementos de origen vegetal, como hojas o semillas, forman parte a menudo del contenido de las heces. En ciertas muestras son fácilmente visibles los élitros de insectos.
 
Ciertos carnívoros depositan sus excrementos siempre en el mismo lugar produciendo considerables cúmulos llamados letrinas (tejones, ginetas); otros las diseminan a lo largo de sus correrías o las distribuyen estratégicamente en los límites del su territorio (zorros, garduñas). Otras especies (las hembras de gato salvaje) semientierran sus deposiciones para no delatar su presencia.
 
El color y la textura también aportan datos de la especie y su alimentación, ya que, por ejemplo, las heces blancas indican que se alimentó de huesos (perros y zorros), o la consistencia similar al “chapapote” indica que bebió la sangre de la presa, muy característico de las comadrejas y garduñas.
 
Los excrementos de herbívoros son característicamente redondeados, de tamaño variable y dispuestos según la especie (algunos los depositan mientras andan y otros obligatoriamente cuando están parados).
Igual que en el anterior caso, diferentes tipos de excrementos nos remiten a distintas especies y grupos animales.
Igual que en el anterior caso, diferentes tipos de excrementos nos remiten a distintas especies y grupos animales.
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Los excrementos cumplen muchas funciones, como las de marcar territorios si están estratégicamente distribuidas.
Los excrementos cumplen muchas funciones, como las de marcar territorios si están estratégicamente distribuidas.
Sendas y pistas: La mayoría de los mustélidos tienen sendas regulares, moviéndose de su lugar de descanso a su zona de alimentación. A lo largo de estas sendas la vegetación empieza a abatirse y a pisotearse. La anchura de la senda puede indicar el tamaño del animal y observando la altura de algunas ramas  bajo la que pasa la senda puede saberse la altura del mismo. Otros carnívoros (como el zorro o el gato montes) que va en busca de presas, utilizan senderos, caminos o carreteras humanas para facilitar sus desplazamientos en los que no es difícil encontrar rastros de su presencia.
Altura o corpulencia son algunas de las pistas que nos dan los senderos que se abre la fauna.
Altura o corpulencia son algunas de las pistas que nos dan los senderos que se abre la fauna.
Huellas: Las pisadas son el indicio que con mayor frecuencia se encuentran pero también conlleva un gran trabajo adquirir experiencia en el rastreo de las mismas. Ciertamente es bastante difícil encontrarse huellas en las que se pueda apreciar un buen registro y generalmente las huellas serán poco claras, distorsionadas o estarán semiborradas al encontrarse en terrenos duros, pedregosos o  arenosos.
 
Únicamente en lodo firme o sobre la nieve recién caída pueden las huellas quedar perfectamente trazadas. Por el contrario, las superficies duras mostrarán solo las pisadas de animales pesados y grandes, las huellas en la nieve o en la arena se desintegrarán rápidamente. Del mismo modo el agua borra las pisadas en terrenos húmedos. El polvo arrastrado por el viento, las hojas y otros restos, son inconvenientes suplementarios para su identificación (aunque pueden aportar datos sobre su antigüedad).
Las huellas pueden decirnos, por ejemplo, si una hembra está gestante.
Las huellas pueden decirnos, por ejemplo, si una hembra está gestante.
Una vez descubierta la pista, se seleccionarán las huellas más nítidas. Se analizará el contorno y prestará especial atención a las almohadillas y a la colocación y distancia de los dedos. El dedo más corto (pulgar) indica el costado interno de la pata. Los félidos y la gineta no marcan normalmente las uñas, por llevarlas retraídas en una vaina sobre los dedos durante la marcha, el resto de los carnívoros impresionan sus uñas sobre suelos medios, no apareciendo a veces en los compactos
 
Una vez han sido identificadas las huellas, se pueden deducir más datos. Así, las huellas dejadas por individuos viejos son más profundas y anchas de lo normal, y la zancada más larga. Las pisadas del macho son mayores que las hembras (a excepción de los roedores, que es a la inversa) y tienden a estar más cercanas a la línea media que las hembras, pues estas hacen balancear sus costados de lado a lado. Una hembra gestante tiende a andar con las patas más separadas y avanzada la gestación las huellas son más profundas debido al aumento del peso.
 
La velocidad a la cual ha caminado el animal puede ponerse en evidencia por la longitud de la zancada que varía según el animal vaya caminando a haya aumentado la velocidad.
 
Resulta útil para estudiar posteriormente la huella realizar un molde con escayola. Para ello se rodea en el suelo la huella con una cartulina de 3-5 cm de ancho, cerrando la tira de papel con un clip. Se vierte con mucho cuidado la mezcla de escayola y agua (es importante que la textura sea similar a una sopa fluida para que se marquen bien los detalles). Cuando una vez seca se retire la escayola, dispondremos de la huella en relieve (negativo) y repitiendo el procedimiento con el molde se obtiene la huella encontrada en el barro.
 
Madrigueras y otras guaridas: Las huellas y sendas conducen, a menudo, a un lugar de reposo o de crianza de sus cachorros. Los buenos zapadores como el tejón y el zorro construyen madrigueras que son formaciones a modo de túnel donde el diámetro de la entrada da un claro indicio del tamaño del animal que lo ha excavado, porque la mayoría de ellos hacen la entrada sólo lo suficientemente grande para que el cuerpo pase a través de ella holgadamente (a excepción de los tejones que hacen orificios de entrada más grandes de lo necesario). No hay que olvidar que algunos mamíferos usan también madrigueras de otros animales de mayor talla: el zorro puede usar una madriguera de tejón o la gineta y la comadreja se pueden aprovechar de las conejeras.
El "hogar" del animal por excelencia, la madriguera.
El "hogar" del animal por excelencia, la madriguera.
El resto de carnívoros poseen afiladas uñas pero que resultan inútiles como instrumentos zapadores, construyen sus refugios en oquedades de viejos árboles, en arbustos enmarañados, grandes nidos de rapaces y córvidos, grietas entre rocas o demás protecciones que ofrece la naturaleza, incluso en edificaciones humanas abandonadas.
 
En el siguiente capítulo, veremos otros métodos indirectos, como el fototrampeo, y expondremos galerías de fotografías inéditas de nuestra fauna nocturna.

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