Vicente Amat Furió (1857-1943), su contribución a la historia de Petrer

La fábrica de la luz fue uno de sus proyectos más ambi­ciosos y una de sus mayores ilusiones en las que invirtió fuertes sumas de dinero. Sus descendientes aún conservan el proyecto «Salto de aguas del río Vinalopó entre términos de Sax y Elda», los planos de los terrenos, molinos, caminos, veredas, acequias y balsas que se hallaban en el cauce del río próximos a la presa, así como las escrituras de todos los terrenos y los molinos que adquirió para construir la fábrica de electricidad. También los trazados tanto vertical como horizontal de la presa. El proyecto y los planos están firmados en Elda por Pedro León Navarro, en no­viembre de 1903. En otro plano aparece la sección del río, la vista general de la presa y la planta. Sin duda una docu­mentación fundamental para conocer con todo lujo de detalles cómo era el cauce del río Vinalopó a principios del pasado siglo y la historia de esta fábrica. Igualmente conservan el presupuesto de ejecución de la obra que ascendió a 20.237 ptas. y el contrato de suministro de material de generación de electrici­dad con la sociedad AJE.G.-Thomson- Houston Ibérica. Según un escrito del propio Amat firmado en Barcelona, el 8 de noviembre de 1903, el presupuesto estimado para montar la central eléctrica era de 100.000 ptas. y se ofrecía partici­pación en el negocio con unas cláusulas que establece el documento (18).

 

Imagen del estanque del Poblet.
Imagen actual del estanque de El Poblet, que todavía se conserva. Imagen: Juan Miguel Martínez Lorenzo.

Eran tantas sus posesiones por esa zona que, en el Archivo Municipal de Sax, existe un expediente del año 1904 que se instruyó para el nombramiento de un guarda particular jurado, a pro­puesta de Amat, con el fin de proteger todas sus propiedades y «en especial para la custodia de la presa y acequia e industria de la Huerta Nueva» (19). El pa­raje conocido como la Huerta Nueva de Sax se encuentra aguas abajo de la villa, en el margen derecho del río Vinalopó. Por este paraje discurría la acequia que llevaba el agua del Vinalopó desde el pa­raje sajeño del Regatillo (aguas arriba del puente Picayo), hasta la fábrica de la luz en el citado paraje de El Chorrillo.

En 1903, con motivo de la "Fiesta del árbol", se plantaron los pinos de El Poblet. Fotos: Juan Miguel Martínez Lorenzo.

La zona «industrial» se refiere con­cretamente a la conocida por El Cho­rrillo, zona limítrofe de los términos municipales de Sax, Elda y Petrer. En esa misma zona tenemos conocimiento que en el año del expediente, 1904, se estaba construyendo la fábrica de la luz, situada relativamente cerca de su finca de La Pedrera. En Sax la primera insta­lación para fabricar luz se instaló en el molino de Secundino Senabre, cono­cido también como «Molino Vapor», en 1899. No olvidemos que durante la primavera de 1899 una gran riada había destruido varios molinos harineros, aguas abajo de la villa de Sax, al tiempo que había arruinado la infraestructura de canales y acequias en todo el cauce, por lo que Vicente Amat tuvo que construir una nueva acequia que le llevara el agua hasta su fábrica en construcción. Firmó un contrato con la Comunidad de Regantes de Sax mediante el cual éste reconstruiría la acequia a cambio de que ésta le diera el agua sobrante para su fábrica de electricidad.

Interior de la fábrica de la luz con parte de la moderna maquinaria (Bazán, 2011).

Bernando Herrero en su libro Historia de Sax, concretamente en la nota adicional n° 8, escrita en 1908, cita a Vicente Amat como propietario de la fábrica de electricidad y establece un paralelo entre los altos de San Isidro en Madrid y el río Manzanares, con el lugar que ocupa la fábrica de electricidad de Amat «y el sitio por donde actualmente corre el Vinalopó, resaltan entrambos a simple vista las mayores semejanzas, salvo hallarse el cerro de San Isidro a alguna mayor altura, y sentimos no poder dar más detalles por el momento, pues si ignoramos la distancia y declive que media entre el Manzanares y la estación madrileña, tampoco hemos podido averiguar la que existe entre el Vinalopó a supradicha fábrica (20).

El periodo de la luz eléctrica había comenzado para Elda unos años antes. Fue, concretamente, en 1900, cuando la compañía suministradora «La Eléctrica Eldense» inició su andadura y el servicio dejaba mucho que desear. Tenía su domicilio en Madrid y se instaló entre el río Vinalopó y El Monastil. La situación de monopolio que ostentaba esta compañía desapareció al crearse otra entidad rival, llamada «Luz Elda Sociedad Anónima» insta­lada en El Chorrillo y que estaba en disposición de funcionar en octubre de 1908. Se construyó a partir de la reconversión de un molino hidráulico, ubicado junto ala carretera comarcal. La sociedad estaba presidida por Juan Rico Pérez y actuaba como gerente José J. Amat (21).

Vista general de la fábrica de la luz de El Chorrillo (Bazán, 2001).

Para contrarrestar la competencia que la nueva sociedad iba a hacerle indudablemente, «La Eléctrica Eldense» repartió unos boletines al vecindario manifestando a sus abonados que «dejaba a elección de los mismos lo que quisieran dar por el ser­vicio del alumbrado». No sabemos si con esta drástica medida consiguió «La Eléctrica Eldense» hacer desaparecer a la nueva competidora, pero lo cierto es que el servicio eléctrico continuó siendo deficiente y desarrollándose entre las protestas de la po­blación durante muchos años. La situación de competencia fue la que produjo que ambas empresas tuviesen que dejar de fun­cionar a los pocos años de su inicio, debido a la falta de rentabili­dad del negocio (22).

La intención de Vicente Amat era que la electricidad gene­rada por la fábrica durante el día abasteciera la fábrica de ce­mento de Isidro Abad, la fábrica de lonas y tejidos de algodón de Vicente Castelló y una fábrica de cartón propiedad del mismo Amat. La generada por la noche abastecería el consumo de va­rios pueblos vecinos.

La fábrica de la companía «Luz de Elda» en la actualidad se encuentra en estado de abandono, aunque destacó por la gran envergadura de su sistema de traída de aguas compuesta de una arcada de sillería recorrida superiormente por un canal, por el que se precipitaba el agua sobre las turbinas existentes en un in­mueble aledaño.

Según Hipólito Navarro (23) la empresa resultó un estrepitoso fracaso pues cuando estaba todo terminado y a punto, al inten­tar poner en marcha las turbinas, reventó el canal inundando la fábrica y sus dependencias. Puso pleito a los constructores y se reconstruyó de nuevo, pero por falta de medios económicos, aquella empresa no volvió a resurgir. Aunque Navarro Villaplana apunta que la fábrica de energía eléctrica fue un fracaso, según las Ordenanzas de la Comunidad de aguas de la ciudad de Elda, en 1934, todavía estaba en funcionamiento. Resultado de todo ello fue que Vicente Amat, ante el asesoramiento de sus acreedores y los pleitos que había puesto, nombró abogado a Beltrán de Ali­cante, poniendo a su disposición su finca de El Pöblet, al parecer como pago de honorarios y demás liquidaciones. La finca, al final, quedó en poder del abogado y la heredó su hija Trinidad que casó con Plácido Gras Boix, quien fue comprando las casas hasta que las adquirió todas. Este convirtió El Pöblet «en una es­pecie de oasis» con un cuidado esmerado de los jardines y una diversificación de cultivos regados con la compra de agua en abundancia. Así la finca de Vicente Amat pasó en 1909 a Plácido Gras (24).

Sin duda, 1909, fue un año desgraciado para Vicente, pues se sentía muy unido a Petrer y a lo largo de su dilatada vida nunca olvidaría sus estancias en La Pedrera. Al menos pudo consolarse con la buena trayectoria que mantenía en su carrera profesional. Así el 1 de abril de 1910 se le reconoce la categoría de magistrado territorial y finalmente el 4 de noviembre de 1917 lo encontra­mos como secretario de Sala del Tribunal Supremo en Madrid.

Vicente Amat Furió también tuvo relación con la arqueo­logía y estuvo en posesión del hoy desaparecido toro ibérico de El Chorrillo que se encontró al construir su fábrica de electricidad. Esta información la conocemos a través del erudito de Sax Bernardo Herrero Ochoa (25) y del militar, arqueólogo y docente Manuel González Simancas (26).

Toro ibérico de El Chorrillo.

El toro de piedra de El Chorrillo, según Bernardo Herrero, apareció en el verano de 1906, en el terreno donde confluyen los límites de Elda, Petrer y Sax. El historiador apunta que pudo ver la luz como consecuencia «de las te­rribles avenidas de febrero y marzo de 1899», cu­yas inundaciones removieron y transformaron los terrenos. El autor sajeño, siguiendo con la comparación del cerro de San Isidro en Madrid donde aparecen los sílex, «también se encuentra el toro a gran profundidad, en terreno dilu­vial o sedimentario. No bajará de 8 a 10 metros el grueso de la mole de grava, que hubo que remover hasta llegar al emplazamiento de la fábrica, y hallóse al abrir la zanja den­tro del edificio ya terminado, teniendo que profundizar aún como 1 a 2 metros para sacarle. Pero la circunstancia más  peregrina a que acompañó a este descubrimiento fue un muro de mampostería, que había antes aparecido como a unos 10 metros del sitio donde se encontró el toro, muro que hubo que derribar para las obras, pues cortaba transversalmente de N. a S. el paralelogramo que ocupa el local de la fábrica, quedando no muy lejos de la parte izquierda de la puerta de entrada».

Por otra parte, González Simancas, en el cuaderno III de su catálogo sobre los monumentos y el arte alicantino escrito entre 1907 y 1908, habla de Sax y dice textualmente: «Don Andrés Valdés Alpañés, el señor que me facilitó las comunicaciones. En lugar cercano al que se encontró el toro ibérico que posee el Sr. Amat, existía un molino cuyo, edificio, piedras, etc., desaparecie­ron totalmente en la gran avenida del Binalopó (sic) en el mes de (arriba, día 12) de marzo de 1899, creyéndose que los ma­teriales y piedras fueron a parar al cercano pantano de Elda. Así pudo venir arrastrada la escultura. El terreno de alubión (sic)». En el cuaderno IV vuelve hablar sobre la escultura del toro ibérico aportando más información: «El toro fue encontrado cuando se excavaba el terreno para los cimientos del edificio para la fábrica de la luz eléctrica de Don Vicente Amat, de Petrel. El obrero Adrián Soria y García, con quien hablé en dicha villa, de donde es vecino, me refirió el hallazgo, diciéndome que apareció a unos 4 metros de profundidad, en un terreno cuya capa superior era de tierra y luego de arena y graba. Está situada la fábrica unos 2 kilómetros al Norte de Santa Bárbara». González Simancas da las medidas de la escultura y acaba su relato diciendo que era de caliza ordinaria y que se parecía a la del Cerro de los Santos. En la actualidad de desconoce el paradero de este toro.

Vicente Amat Furió con la toga y distinciones de magistrado.

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