En busca de algo que comer

Desde el polvazo que eché con mi buen amigo de toda la vida Angelo, se abrió el canal entre mis piernas, y durante toda la semana no ha dejado de fluir la corriente de manera exagerada, ¡enfermizamente exagerada!No he podido dejar de pensar en otra cosa que no sea un gran pene que calmase mis aguas.

¡En serio! ha sido alucinante. Al parecer tenía demasiada energía sexual acumulada y gracias a Angelo ahora fluyen en exceso.En el trabajo cada vez que veía entrar a un tío por la puerta, no sabía si darle la mano, o bajarle la bragueta. Cuando se trataba de mujeres escotadas, en lugar de dos besos en cada mejilla, yo les hubiese dado un mordisquito en cada pezón. No veía la hora de terminar mi jornada laboral para poder llegar a casa y desfogarme con mis deditos y mi buen compañero Olivier; un delicado pene de medidas perfectamente proporcionadas y textura suave, que reposa siempre en la mesita de noche, dispuesto a calmarme en cualquier momento. Porque claro, como dice mi madre: “A falta de pan, buenas son tortas”.

El sábado ya no podía más y sin parar de sorprenderme por mi exagerada necesidad sexual, me metí en un bonito vestido escotado, puse color en mis labios, una ligera raya negra en mis ojos para darles profundidad, algo de colorete, y muy coqueta, me decidí en ir a por carne fresca en los bares de mi pueblo. Tarea difícil, pensareis, es un pueblo y todos nos conocemos ya, pero hacía tanto tiempo que no salía que yo tenía la esperanza de encontrarme con alguna generación desconocida por mí, como la de los 30 y tantos, yo quería un HOMBRE.

¡ILUSA!Para empezar, no caí en la cuenta de que esa generación de los treinta y tantos era la misma que conocía de mis dieci-algo pero con diez años más.Y terminé con un hombre en mi cama, sí, y de treinta y tantos, sí, pero lo que yo no había tenido en cuenta tampoco, era el factor alcohol sumado a otras sustancias y sus efectos en la erección.

Había pasado demasiado tiempo en el que no salía de fiesta y mucho menos con la única intención de follar, y también había olvidado lo de los polvos insípidos, rápidos y asquerosos que normalmente te sueles encontrar. De los cuales terminas con tanto asco, que la única solución para limpiar tu conciencia es una buena ducha con agua caliente y estropajo, corriendo un tupido velo hacia la otra persona. Y diciéndote lo estúpida que eres por creer que en una noche cualquiera, en la que tu mente sólo funciona por la parte más animal e instintiva del sexo, ibas a encontrar un Russell Crowe que saciara toda tu hambre de loba. Por la mañana me desperté con Olivier, menos mal que él ni se droga, ni habla, ni cumple años.

¿Quién es Odette?

Odette es una mujer joven e independiente, trabaja en lo que puede para pagarse su hipoteca, pues la crisis también le afecta. Y en su largo tiempo libre intenta desenredar los temas relacionados en el comportamiento de las personas en las relaciones, ya sean de sexo o pareja, desde su propia experiencia y los que la rodean.Odette no es psicóloga, ni sexóloga, ni nada que acabe en –óloga.Odette tiene mucho humor y una mente muy abierta, quizás por esto siempre se está rayando queriendo comprender.En esta nueva sección, Odette compartirá sus experiencias y reflexiones con vosotros para que así podáis dar vuestra propia opinión.

Dejarle vuestros comentarios y vuestras propias experiencias, siempre que os apetezca. Si queréis también podéis contarle vuestras cosas en esta dirección:lacabecitadeodette_@hotmail.com

 

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