Matrimonio
En los años 30 las parejas se solían casar sobre los 24 o 25 años tanto las mujeres como los hombres. Algunas novias se vestían de blanco con velo, pero la mayoría iban con traje negro, un velo blanco y una corona de azahar en la frente. Aunque un buen número también se casaba de negro. Había algunos padres que les parecía que sus hijas se casasen todas de blanco podía llamar mucho la atención, entonces se vestían de negro y se ponían un velo blanco.
Las bodas eran motivo de reunión y de alegría. Aunque las fiestas que acompañaban al matrimonio no ofrecían una especialidad digna de nota. Era habitual casarse de blanco, aunque el luto de un familiar imponía el traje negro para casarse.
Existía la costumbre de la cencerrada, cuando los contrayentes –o al menos uno de ellos- eran viudos. Estos últimos al igual que las embarazadas y las parejas mayores se casaban en la primera misa que se celebraba, a las 6 de la mañana, de este modo, debido a la pereza ajena, pasaban más inadvertidos.
Durante la guerra no se realizaron ni bautismos, ni comuniones, ni bodas por la iglesia. Las bodas se hacían por lo civil. En las organizaciones sindicales el secretario de la misma tenía facultad, por orden del ministerio de justicia, para celebrar matrimonios. Cuando terminó la guerra todos los matrimonios que se habían realizado en la zona republicana durante la contienda fueron invalidados y la gente se vio obligada a casarse de nuevo.
Las madres, desde que sus hijas eran pequeñas, iban guardando y recogiendo ropa –sábanas, mantelerías, etc.- para el ajuar. Las chicas aprendían a coser y bordar para arreglarse su ajuar.
La mayoría de parejas, una vez casadas, se quedaban a vivir en la casa de los padres de la novia aunque, se quedaban a vivir en la casa de los padres de la novia aunque, en algunas ocasiones, también iban a vivir a la casa de los padres del novio. Se arreglaban una habitación y vivían allí. Si en la casa paterna no había espacio suficiente para poder quedarse alquilaban una vivienda pequeña o mitjanet que casi siempre estaba compuesta por una cocina-comedor, un dormitorio, una galería y un aseo. De una casa vieja se hacían cuatro o cinco mitjanets. Eran muy pocos los que podían construirse una vivienda en la que vivir después de haberse casado.
Los padrinos de la ceremonia solían ser los mismos que habían actuado de padrinos en el bautizo.
El refresco se hacía en la casa a base de chocolate y pastas. De viaje de novios los más pudientes iban a Valencia o Alicante. Otros aprovechaban este viaje para visitar a familiares que tenían en los pueblos de alrededor.
fotos muy buenas gracias por el regalo de la vision