Retazos de la historia de un periódico pueblerino: Idella

Caricatura de José Capilla realizada por José Amorós "Carlos" en la época de IDELLA. (Archivo Julio Capilla)

Con cierta frecuencia, en Idella, aparecen trabajos en torno a la vida y obra de eldenses ilustres. Es Castelar quien se lleva la palma, tal vez por su proximidad histórica y su ideal republicano tan arraigado en la clase media eldense en los años últimos de la Dictadura del General Primo de Riveral.

De Pío Baroja, Miguel de Unamuno, Ortega y Gasset, Marañón y, principalmente de Azorín y Gabriel Mirb, se reproducen artículos publicados en otros periódicos españoles. En ocasiones, Idella, tiene el privilegio de publicar las primicias de ciertos trabajos. Miró envía el original de «Señores de Mil Ochocientos», modificado posteriormente por su autor e incluido en su entrañable libro «Años y Leguas» con el nombre de «Grandes Señores».

Idella informa, puntualmente, sobre los pequeños sucesos del pueblo. La gacetilla social eldense corre a cargo de José Francés. Francés da cumplida información sobre las bodas, nacimientos y defunciones, además del movimiento de viajeros de la ciudad.

Angel Vera Coronel, Portovide, nos relata las peripecias del Club Deportivo Eldense y de las partidas de pelota celebradas en el recién estrenado trinquete. Son chocantes sus crónicas sobre el corredor pedestre «El Meló», deportista alicantino, a su paso por la carretera de Elda a Alicante.

Grupo de jóvenes que representaron la CASA DE LA TROYA en el Teatro Castelar en la noche del 10 de noviembre de 1926. (Archivo J. Capilla)

El poeta y escritor Eloy Catalán, persona de fina sensibilidad y como tal poeta, soñador, es asiduo colaborador del semanario Idella. En uno de sus artículos rompe lanzas a favor de la feminidad de la mujer eldense y se lamenta de la determinación de ciertas jovencitas y de algunas que no lo son tanto, de cortarse sus cabellos al estilo «garsón», moda que hace furor y estragos entre el sexo débil. Eloy Catalán recibe la respuesta de la feminista de turno y la polémica suscitada termina con frases galantes del poeta.

En cuantas manifestaciones culturales se dan en aquel tiempo en Elda, participa el grupo de Idella. El 17 de septiembre de 1926, en la fachada de la casa donde transcurrió la infancia de Castelar sé coloca una placa de bronce con la efigie del gran tribuno, obra del escultor alicantino Vicente Bañuls. Acto sencillo y emocionante, iniciativa de Idella para honrar la memoria del autor de «Recuerdos de Elda o las fiestas de mi pueblo».

En el Teatro Castelar, el 10 de noviembre de 1927, bajo los auspicios de Idella y la dirección artística de José Capilla, se estrenó «La Casa de la Troya», a beneficio del Hospital. La obra fue interpretada por la élite de la juventud eldense de entonces. Rosita Botella, Enriqueta y Asunción Maestre, Angel Nieto, Manuel Esteve y Lorenzo Juan, se reparten los principales papeles. Según el crítico teatral del semanario, el Teatro Castelar se llena hasta los topes y la representación fue un éxito.

Con el paso del tiempo, el equipo de redacción del semanario sufre diversas mutaciones. Se producen cambios y hasta deserciones, proceso lógico en este tipo de empresas donde la ilusión es su principal sostén. En agosto de 1928, aduciendo cansancio físico, José Capilla deja la dirección de Idella y le reemplaza su amigo Cándido, último director que tuvo el semanario.

Uno de los últimos números que se publicaron de Idella, concretamente el 189, sale con un suplemento literario dedicado íntegramente a la obra del maestro Azorín. Monóvar, su ciudad natal, le ha rendido un homenaje con motivo de la publicación del libro «Superrealismo». Elda, con este suplemento literario realizado íntegramente por José Capilla, se suma al homenaje de tan ilustre escritor. En el futuro, los estudiosos de la obra azoriana, citarán a este suplemento literario de Idella que lleva en una de sus páginas, el primer estudio bibliográfico realizado sobre la obra del autor de «La Voluntad».

Maxi, el Boticario de Elda, anunciaba en IDELLA su preparado, LA TARAYINA, como remedio eficaz contra todas las dolencias gastrointestinales.

El Propio «Azorín», con motivo de la publicación del suplemento de Idella, le dirigirá una carta a José Capilla en estos términos:
«Querido Capilla: Admirable
ese número de Idella, algunos
detalles me han sorprendido
¿Quién dice que fuera de la
capital de España no hay curiosidad
intelectual y primor
en hacer las cosas del espíritu?
Ese número de Idella es
una contestación triunfante a
la pregunta.»

El 15 de marzo de 1930, sale a la calle el número 194 del semanario. No sabemos si, posteriormente, llegó a publicarse algún número más de Idella. El periódico dejó de existir cumplidos los cuatro años de vida y, en ese corto período de tiempo, quedaron reflejadas en sus páginas ideas y sentimientos de una generación de jóvenes con inquietudes intelectuales. Hoy, leyendo sus viejas páginas, revivimos el ambiente de aquel Elda de hace casi sesenta años, tan diferente al de hoy, pero con un denominador común: su vitalidad.

El semanario se imprimió, inicialmente, en el taller de la Tipografía Moderna de Elda y, posteriormente, en la Tipografía Viuda de Cantó de Novelda y en la imprenta «El Día» de Alicante.

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