Documentos para la historia de la villa de Petrer: El archivo condal de Elda

*NOTA: Publicado originalmente en la Revista Festa 2001

Un fenómeno corriente en el estudio de los procesos históricos es la existencia de lagunas en el conocimiento de determinados momentos, circunstancias o hechos. Desconocimiento que puede venir dado, bien por la lejanía del tiempo, con lo cual no se conservan fuentes documentales que los pudieran aclarar, y solo entonces la intervención de la arqueología puede aportar luz para su comprensión, o bien por no haber sido investigado lo suficiente, por múltiples circunstancias. Así, la historia de cualquier pueblo siempre presenta espacios de tiempo y temas poco conocidos o mal documentados. Debido a ello, algunos aspectos históricos han ocasionado más de un calentamiento de cabeza a los historiadores a la hora de tratarlos, obligándolos, en más de un lance, a pasar de puntillas sobre ellas para no resbalar en lo no conocido e ignorado.

Iglesia de San Bartolomé (fotografía de Heliodoro Corbí).

En el caso de Petrer, al igual que sucedía en los pueblos hermanos de Elda y Salinas, uno de esos temas espinosos era el conocimiento de las figuras de los titulares del condado de Elda y de sus familias, su genealogía, los distintos linajes familiares que ostentaron el título nobiliario, su vinculación personal y jurídica con los pueblos que integraban el condado, la estructura del poder jurisdiccional ejercido por los condes y su reflejo en la administración municipal, etc. Aspectos, estos últimos, no tratados por historiadores y cronistas locales dado el desconocimiento absoluto de la materia, y aclarados por los trabajos del profesor de la Universidad de Alicante G. Sánchez Recio (1979,1980,1981,1982, 1983) y por el trabajo magistral del también profesor T. V. Pérez Medina, en su excelente libro La tierra y la comunidad rural de Petrer en el siglo XVII, editado por el Ayuntamiento y la Caja de Crédito de Petrer, en 1995, en la colección «Vila de Petrer».

Respecto a la figura de los condes y su casa familiar fueron vanos los intentos de A. Navarro Pastor, cronista de la ciudad de Elda, e H. Navarro Villaplana, cronista de la villa de Petrer, por localizar, vía contacto con el titular del condado en ese momento, documentos que pudieran aportar información para un mejor conocimiento de la historia de ambas poblaciones. Búsquedas que toparon con mentiras falseadoras, verdades a medias y diplomáticas negativas disuasorias que les hicieron desistir en el intento, al igual que les sucedió a investigadores de la talla de A. Gil Olcina, G. Sánchez Recio y R. Belando Carbonell.

Sin embargo, en 1996, y tras varias décadas de búsqueda infructuosa, cuando el fácil recurso a los asaltos, saqueos y quemas incontroladas a manos de las hordas obreras durante la guerra civil (1936-1939) parecía haber adquirido carta de naturaleza para explicar la no existencia del archivo familiar del condado de Elda, la localización de un volumen excepcional de documentos, depositados en el Archivo Histórico Nacional, Sección Nobleza, vino a poner un rayo de luz en aquellas lagunas o zonas de sombra que durante décadas habían confundido e inducido a error a investigadores y eruditos.

Vista panorámica de la villa de Petrer donde se aprecia el urbanismo medieval.

El estudio de los 528 legajos y 1.168 documentos localizados se vio plasmado en la publicación del libro titulado Catálogo del Archivo Condal de Elda (I) donde, además de la regesta documental de todos y cada uno de los documentos, se realizó una actualización y ordenación de los datos existentes sobre los dieciocho condes habidos hasta la actualidad. Documentación producto no sólo de las tareas relacionadas con la administración y gobierno local, sino que por su carácter de propietarios y ostentadores de la baronía (1) y título nobiliario, los condes de Elda, su casa y los miembros de su familia generaron durante cuatro siglos una copiosa documentación familiar de carácter tanto público como estrictamente privado. Papeles, documentos, legajos y expedientes que constituyeron lo que se puede denominar, con total propiedad, el Archivo Condal de Elda.

Formado y custodiado por los distintos titulares, familias y casas nobiliarias que, a lo largo de los siglos, se han ido sucediendo en la posesión del título condal, el A.C.E. quedó Integrado, durante la primera mitad del siglo XIX por el fenómeno de concentración de títulos nobiliarios por casamiento de los titulares, en el Archivo Ducal de Fernán-Núñez. El interés de su actual propietario, D. Manuel Falcó y de Anchorena, duque de Fernán-Núñez, por dotarlo de las adecuadas condiciones de conservación que permitieran su correcta custodia y consulta, y el especial interés del mismo para la investigación histórica de una gran cantidad de poblaciones ampliamente repartidas por toda la geografía española y su gran tamaño, le llevaron a cederlo, en calidad de depósito, al Ministerio de Educación y Cultura, quedando custodiado en el Archivo Histórico Nacional, Sección Nobleza, donde en la actualidad constituye el llamado «Fondo Fernán-Núñez». Colección documental donde quedan integrados los archivos señoriales de las casas nobles agregadas al título ducal de Fernán-Núñez durante los siglos XVIII y XIX como la casa condal de Elda, vinculada a la casa ducal por el matrimonio, en 1821, de Felipe María Osorlo y de la Cueva, conde de Cervellón y XIV conde de Elda, con Francisca Gutiérrez de los Ríos y Solís, duquesa de Fernán-Núñez.

"En "La rendición de Breda", pintada por Velázquez en 1635, aparece Carlos Coloma, hijo del conde Elda.

El Archivo Condal de Elda responde a una entidad administrativa, jurídica y fiscal creada, como tal, en 1577 y mantenida a lo largo de tres siglos hasta 1837, pero cuyos antecedentes directos cabe remontarlos a 1431, cuando Ximén Pérez de Corella, señor de las villas de Elda y Aspe desde 1424, adquiere, por compra a Pere de Rocafull, lugarteniente de la Gobernación de Orihuela, la villa y castillo de Petrer, pasando ésta a integrarse desde entonces en la baronía de Elda, junto a esta villa y el lugar de Salinas. Estatuto jurídico mantenido inalterado hasta 1577, cuando Felipe II, en reconocimiento de los servicios prestados a la monarquía hispánica por Juan Coloma, señor de Elda (1539-1577), durante sus años como virrey de Cerdeña (1570-1577), procede a nombrarle conde de Elda (1577-1586).

A pesar de que en la documentación del A.C.E. no se sigue un criterio diferenclador por localidades, pero dado que nos encontramos tratando la documentación referente a Petrer, permítanos el lector detenernos en este punto.

Si bien la cabeza del condado y la casa solariega de los condes había quedado establecida en la villa que le daba nombre al título nobiliario, no por ello la villa de Petrer jugó un papel menos importante a la hora de generar documentos. Sus habitantes, tierras, montes, animales y pastos fueron objeto de constante preocupación para la administración señorial, como viene a demostrar la variada temática documental conservada, referente a Petrer. Sin embargo, no es tan importante el papel jugado por esta villa en el ámbito territorial del condado como lo es la extraordinaria importancia de la documentación depositada en el A.C.E. para el conocimiento de su historia, de modo general, y de algunos puntos o cuestiones, en particular.

Bosquejo planimétrico del siglo XVIII, adjunto al expediente de la sentencia arbitral dada en el pleito seguido entre Pere Maça de Liçana, señor de las baronías de Novelda y Monóvar, y Ximén Pérez de Corella, señor de las baronías de Elda y Aspe, sobre los lindes de las villas de Novelda y Monóvar con la baronía de Elda. Sentencia dada en Elda, el 20 de diciembre de 1428 (A.M.E., Archivo Condal de Elda, doc. 179).

Trascendencia que viene justificada tanto por el volumen de documentos y legajos atañentes a Petrer, así como por la existencia de al menos tres documentos que se convierten en estrellas del propio Archivo Condal. A este respecto, el hallazgo de los capítulos de población o Carta Puebla (2), otorgada el 19 de agosto de 1611 por Antonio Coloma y Saa, II conde de Elda, y la modificación posterior, de 27 de octubre de 1612, de algunos de sus capítulos se convierten en el hito de la investigación histórica sobre Petrer más importante acontecido en las últimas décadas. Como ejemplo clarificador de la magnitud del descubrimiento del documento -verdadera piedra angular para el conocimiento del régimen señorial durante los siglos XVII y XVIII-, cabe traer a colación que de los 29 capítulos donde quedan estipuladas los derechos y obligaciones tanto de los vecinos de Petrer como del conde de Elda, solo se conocían cuatro de ellos: los capítulos seis, ocho, nueve y veintidós (3).

Condiciones de poblamiento que se vieron modificadas con posterioridad por las sucesivas concordias o acuerdos legales pactados de mutuo acuerdo entre la Señoría y la villa (4), caso de la firmada el 31 de julio de 1631 entre Antonio Coloma y Saa II conde de Elda y la villa de Petrer; o, la signada el 5 de octubre de 1727 por Francisco Coloma y Leyva, VI conde de Elda, y Bartolomé Visedo, en nombre de la villa.

Otro documento sobresaliente, tanto por constituirse en el más antiguo de todo el A.C.E, y uno de los más antiguos conservados de la historia de Petrer, como por su calidad (5) y cualidad, es el privilegio rodado, otorgado por Alfonso X el Sabio y dado en Ciudad Real con fecha 6 de agosto de 1258, mediante el cual confirma la donación del castillo y villa de Petrer, con todos sus bienes, pertenencias y derechos, que Jofré de Loaysa realizó a favor de su hijo García Jofré, al mismo tiempo que confirma a favor del segundo el establecimiento del vínculo del mayorazgo sobre dichas posesiones (6).

En relación con la familia de los Loaysa, señores de Petrer durante los siglos XIII y XIV -por otra parte, tan escasos en documentación escrita conocida- , encontramos tanto la confirmación real por parte de Jaime II de Aragón, fechada el 9 de junio de 1314, de la posesión y jurisdicción sobre el lugar de Petrer a favor de Juan García de Loaysa, como la confirmación, por parte de Juan I de Aragón (1388), de los privilegios, derechos y regalías concedidos a favor de García de Loaysa (7).

Conjunto documental que nos informa sobre la legalidad jurídica de los poderes civiles ejercidos por los diversos señores feudales sobre personas, animales y cosas durante los siglos medievales, al que hay que sumar aquellos otros documentos referentes a las sucesivas compraventas, cambios de propietarios y tomas de posesión señorial acontecidas a lo largo de los siglos XV a XVIII. Así, encontramos un importante volumen de información acerca del contrato de compraventa y flecos legales posteriores, celebrado entre Ximén Pérez de Corella, señor de Elda, y Pedro y Juliana de Rocafull, señores de Petrer, por el cual los segundos vendieron, en 1431, al primero, y por el precio de 121.000 sueldos valencianos, el lugar de Petrer (8).

One thought on “Documentos para la historia de la villa de Petrer: El archivo condal de Elda”

  1. Articulo muy bueno como todos los que se publican aquí, sin excepciones,nos estamos enterando de un montón de cosas que para un petrerí amante de la historia de su pueblo y de su entorno es curioso e importante.
    Quería comentar que hay un error en el pié de la primea foto, ya que se trata de la iglesia de San Bartolomé. Saludos

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