Me anotaba yo el día uno de mayo mientras los sindicatos oficiales del régimen se estaban manifestando no sé sobre qué ni contra qué: “¿Qué va hacer ZP en los próximos días? De momento esperar a que el caótico “hecho histórico-planetario” de su Presidencia de la UE acabe. Después, sumando al IVA, aumentará los impuestos del tabaco, la gasolina, el alcohol y tal vez aplicará el copago en la Sanidad. Me atrevo a pronosticar que de no haber acuerdo en la Reforma Laboral, cumplidos ya dos años engañando a todo el mundo, con mucho dolor de su corazón, renunciará al “cariño” de sus sindicatos y aplicará por decreto lo que ahora niega tan vehementemente, el abaratamiento del despido. Y quien sabe si inmunizados sus órganos digestivos, entre verano y otoño, hace algo medianamente sensato, traga más sapos todavía, y remodela su Gobierno reduciendo ministerios y cargos, y quién sabe si hasta subasta más de la mitad de los coches oficiales (dicen que son 42.000 audis) reduce sustancialmente las plantillas de enchufados, activa la Ley del Control del Gasto Presupuestario, deja de presionar para que el Tribunal Constitucional pueda dictar sentencia sobre el Estatuto de Cataluña, (que será mala pero menos da una piedra)… En resumen, todo lo que se ha negado a hacer durante varios años “vendiéndolo” como medidas chupasangre del consustancial egoísmo capitalista”.
Estamos a finales de agosto y no iba mal encaminado, en lo referente a medidas antisociales me quedé corto porque no pude imaginar que, además, no se conformase con la congelación salarial de los funcionarios públicos sino que les redujera el sueldo y congelara también las pensiones, y todo a vuela mente, de manera improvisada, sin un plan estudiado, concienzudo, coherente como correspondía a la gravedad y trascendencia de las medidas: No, lo decidió todo de la noche a la mañana, le llamó ¡Obama, o sí, Obama, el yanqui Obama, su dios Obama!, que así se lo ordenó, y en un plis-plas, volvió a cargar sobre los más débiles y necesitados todo el coste de las medidas de ajuste, con la particularidad de que son tan superficiales, descoordinadas y malas que de muy poco van a servir para el crecimiento de nuestra economía. Decir, como dicen muchos, que ZP es socialista es un insulto a la inteligencia, al pueblo y al propio socialismo, decir como han dicho muchos de sus voceros que su política es la defensa de lo social es paradigma de la demagogia.
De tomar las medidas “capitalistas” a su tiempo, con el estudio que requerían y con la responsabilidad política y social que lo han hecho los gobiernos liberales de Europa, solo nos habríamos amputado un dedo, pero la indigencia intelectual y política que muchos le achacan, le han llevado al retraso, la mentira, la improvisación y la incredibilidad que nos va a costar amputarnos la mano entera, pero no importa, siempre que sea la derecha”.