Cuando escucho o veo las predicciones de medios de comunicación haciendo previsiones del tiempo sobre una estación en concreto, no hago otra cosa que asombrarme y admirar el valor que tienen por hacer una predicción sobre un espacio de tiempo tan largo, máxime cuando se hace a nivel regional y las condiciones climáticas son variopintas en nuestra península. Ofrecen algo genérico que no es una verdad entera, y que se puede acercar a una sensación general, el calor. Pero no nos engañemos, ya se han hecho muchos estudios al respecto y es fácil hacer este tipo de predicciones, porque aunque nos encontremos en la franja de un clima Templado, este tipo de clima tiene muchas variantes y la nuestra es según la notación de Köpen: Csa (Clima templado cálido de rasgos subtropicales) o clima, conocido comúnmente, Mediterráneo.
Nuestro clima es caracterizado por tener los veranos muy cálidos. Tiene un pronunciado hiato pluviométrico en los meses centrales del verano que, en algunas localidades, puede no registrar lluvia alguna. Éste es uno de los rasgos característicos del clima mediterráneo que se ha pretendido convertir en peculiaridad exclusiva de esta variedad climática, cuando la sequía estival es, justamente, un rasgo de subtropicalidad y no de mediterraneidad en sentido estricto. La menor pluviosidad de esta época del año está en relación con el desplazamiento, hacia latitudes medias, de la subsidencia subtropical, de manera que los territorios ribereños del Mare Nostrum quedan directamente bajo su radio de acción. Si algo caracteriza esta variedad climática en la ribera del Mediterráneo es, exactamente, la presencia del cálido mar que con su configuración de cuenca rodeada de montañas actúa como espacio modificador de las masas de aire que a él acceden, además de propiciar fenómenos propiamente mediterráneos (ciclogénesis, sistemas regionales y locales de viento).
Durand-Dastès ofrece una brillante definición del clima mediterráneo como clima de alternancia: circulación del oeste en invierno, influencias subtropicales en verano y esporádicos paroxismos o empeoramientos del tiempo en las estaciones intermedias. Estos rasgos están representados en la ribera del Mediterráneo desde la península Ibérica hasta el Próximo Oriente.
Hemos de decir que nuestros días veraniegos, principalmente en el mes de julio, son realmente cálidos y se tornan tórridos cuanto más nos adentramos al interior, donde no llega el efecto refrescante de la brisa marina. Gabriel Miró plasmó, magistralmente, en su obra Años y leguas, esa sensación de agobiante calor que se vive en las tierras mediterráneas en los días calurosos de verano: <<… el mediodía se queda sin nadie. Ahora parece más inmóvil el pueblo, recortado calientemente. Sol, sol en cada teja, en cada guija, en cada brillo…>>.
En resumen, no creo que vaya a ser un gran descubrimiento que tengamos un caluroso verano, la única incógnita que se me queda es si será el verano más cálido, o no.
Queridos amigos: La respuesta es fácil. Si. Vamos a tener el verano más cálido del año. Más aún, va a hacer más calor que en invierno.
Un saludo, el titular, es acojonante :» vamos a tener el verano más caluroso del año»
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Desde luego, ¡vaya la que se nos ha colado! En fin, el calor nos afecta a todos, ;), evidentemente el titular correcto es el que ahora rectifico «¿Estamos ante el verano más caluroso de los últimos años?»
Un saludo, y gracias por vuestro humor, así da gusto trabajar.