Un partido de los que hacen afición

Hispanitas Balonmano Petrer 27 – 27 Centro Excursionista Eldense

gradaderbi
El pabellón local estaba lleno y muchos repetirán en partidos venideros después de asistir a un partido tan vibrante.

Se medían los dos vecinos donde y como querían hacerlo en el derbi regional del valle del Vinalopó y nos ofrecieron un partido vibrante,  con emoción e incertidumbre en el resultado, con grandes goles y con  fiesta total en la grada, con 600 personas, de ambas aficiones, abarrotando el pabellón Gemelos Guardiola Villaplana.

El partido, decimos, lo tuvo todo, incluido un inicio espeso y desenfocado por parte de ambos equipos, con un único gol en los cinco primeros minutos de partido. Poco a poco, no obstante, y en medio de una igualdad total (4-4, 8-7, 10-10), los ataques se fueron abriendo camino entre las defensas. Era una lucha intensa, a brazo partido, con la iniciativa de los locales que acabaron abriendo brecha al final del primer tiempo (15-12).

La segunda parte mantuvo el nivel de la precedente, los petrerenses apretaban en defensa, muy cohesionados, con muchas ayudas, y los eldenses no perdían la fe, a pesar de que la distancia no se recortaba (17-14, 19-16). Como en el resto del partido, daba la sensación de que el Hispanitas estaba más entero, y cuando la distancia se hizo de cuatro, incluso de cinco -con una gran actuación del meta local Arnedo-, parecía que el partido estaba finalmente roto. El CEE incluso vivió un momento dramático, con tres exclusiones simultáneas, pero salió vivo y de alguna manera se las apañó para alcanzar el empate en apenas cinco minutos, en uno de esos grandes momentos del deporte.

Veríamos más, como el tenso empate-uno arriba de los últimos cinco minutos, con el Hispanitas siempre con la iniciativa. La bocina sonó tras una última parada de Arnedo que dejaba como ganadores a los locales, pero faltaba un penalti fuera de tiempo que cobró magistralmente José Marco para dejar un empate en el marcador tras uno de los mejores y más emocionantes derbis de los últimos años. El respetable, puesto en pie mientras se saludaban los jugadores, quiso dignificar el espectáculo deportivo con una gran ovación para ambos equipos.

 

 

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