La Fiesta continuó su curso el sábado con la celebración de dos actos de gran calado en el colectivo festero: la Entrada Cristiana y la Procesión. A las once de la mañana, y bajo un generoso sol -este mes de mayo está batiendo récords de altas temperaturas-, la comparsa de Estudiantes abría el primer gran desfile de este año con un boato espectacular que repasaba la amplia historia de la comparsa. Para que el público no perdiera detalle de lo que se iba sucediendo, se distribuyó en las sillas de todo el recorrido un folleto que hacía las veces de guión. Lo reproducimos tal cual, con la esperanza de que, sirviéndose del vídeo, puedan recrear las sensaciones vividas.
«En un lugar de Alicante de cuyo nombre sí quiero acordarme, Petrer, ha mucho tiempo, sobre 1930, se creó una comparsa que hoy abrirá tan majestuoso desfile con su primera bandera portada por una bella dama.
Capítulo I. Que trata de las personas que han formado parte de nuestra comparsa. Es, pues, de saber que un hidalgo villenero, José Díaz, con sobrenombre «Pimiento», ayudanos proporcionando los trajes de las fiestas del pueblo colindante, con capas negras al vuelo prestadas por la comparsa de Estudiantes de Villena para poder realizar nuestro primer desfile.
Les acompaña un Pelotón, con firme paso y gallarda bizarría que se une a nuestro homenaje venidos del vecino pueblo de Elda. A estos se une la querida Jarana, grupo musical propio de nuestra comparsa, que con alegría, melodía y entusiasmo levanta por doquier el ánimo de los que se deleitan con sus pasodobles.
Capítulo II. Que trata de la importancia de los signos o emblemas que nos representan. Muchos son los símbolos que han dejado profunda huella, entre ellos, paso a enumerar por orden de aparición los más señalados:
El carro del The Boñ, que significa lo que «debemos»; representa las deudas de dineros de la comparsa en sus principios.
Armatoste, cañón de varias bocas, que durante algunos años formó parte en las guerrillas, atronando con sus disparos de confetti cual dragón acatarrado.
Bota de vino, que durante años desfiló en las entradas repartiendo vino y aclarando el gaznate del público que nos contemplaba. El encargado de este buen hacer era un personaje muy querido por el pueblo «Justo el CampanerO», llamado así porque se encargaba de las campanas de la iglesia parroquial.
Escarapelas, insignia multicolor que identifica nuestras capas y blasona de alegría y esplendor de nuestros trajes estudiantiles.
No menos afamada es nuestra bien amada mascota, Capi Cabezudo. Y como tradicionalmente ha venido siendo, la música de «Los Gavilanes» cierra el capítulo contagiando a festeros y dando contento al público en general con la alegría de sus notas al pasar.
Si algo nos señala y da buen nombre a nuestra comparsa, eso son los libros, el tintero y el pupitre, emblemas del saber y lozanía que prima en el sentir estudiantil.
Danza Sole García y alegría singular, jolgorio y representación de la fiesta, acompañado por el grupo musical «La Bigornia» de la comparsa Estudiantes de Elda.
Capítulo III. Trata de la representación principal, el sueño de toda gentil dama petrerense. Como colofón, las abanderadas, bellezas sin par, ataviadas esta vez con sus trajes de guerrilla representando el sentimiento festero, la alegría y la elegancia en todo su esplendor, desde la actualidad hasta sus comienzos.»
Tras la apertura, se abrieron paso las comparsas cristianas en un alarde de colorido y vistosidad que dejó preparado el ambiente, bajo la atenta mirada de un nutrido público, al bando de la media luna, que desfiló a paso solemne y marcial con sus atuendos guerreros.
Solemne procesión
A las ocho de la tarde, y puntual a la cita, San Bonifacio salió en procesión a las calles de la localidad junto a los festeros de las diez comparsas de Petrer, tejiendo un acto donde la emoción estuvo presente en cada rincón.
La noche, la tercera madrugada de las fiestas, se vivió de nuevo en los cuartelillos y por las calles del casco antiguo de la localidad.