El parte policial del pasado fin de semana, además de la presencia de una decena de palomas muertas en el parque 9 de octubre, también deja constancia de varios robos en viviendas de la localidad.
El primero de estos hechos es del viernes a las nueve y media de la noche, en el que, tras carta del 112, una unidad de la Policía Local se persona en la un domicilio de la calle Formentera. Un varón ha entrado en la casa por la ventana y un menor de 17 años, que está solo en el domicilio, lo ha visto irse. El parte recoge que el joven «sorprende en el interior de la vivienda a un hombre de negro encapuchado que habría entrado con escalo por una ventana desde la estancia de la lavadora (ayudado de una palo en el exterior para encaramarse a la ventana), y que cuando eso ha sucedido, éste se ha marchado, y cree que lo ha hecho con un citroen de color gris/azul situado cerca de la entrada de la vivienda». El parte también recoge que los moradores no echan nada en falta del interior, así que posiblemente el caco no tuvo tiempo a actuar tras verse sorprendido.
El sábado a mediodía, los agentes locales reciben carta del 112 informando de un robo en una casa de campo de la partida del Alt de Cárdenes. «Parece que el propietario, al llegar», recoge el parte, «ha visto la casa abierta».
A medianoche, en la calle Chafarinas -Loma Badá-, un vecino de un chalet indica a la policía local que a la llegada a su casa «tenía todas las pertenencias revueltas y tiradas por la casa, como si hubieran entrado y estado buscando algo». El vecino sostiene en estos primeros momentos que no encuentra nada forzado, pero que la ventana se encuentra abierta, «por lo que podrían haber entrado por ahí escalando un pequeño muro». La Policía Local, como en todas las ocasiones anteriores, informa al Cuerpo Nacional de Policía, que han de conducir las investigaciones.
En la mañana del domingo, los agentes reciben nuevo aviso del 112 en que se comunica el robo de un establecimiento en la calle Doctor Marañón. La policía puede comprobar que han entrado por la parte trasera del local comercial rompiendo un cierre y un cristal. La Policía informa a la víctima de los trámites a seguir y avisan a comisaría.
Y finalmente, esa misma noche, la policía recibe una nueva llamada que alerta de otro posible robo en la calle Rambla de les Ovelles. El particular se ha encontrado con una persiana subida de una ventana de su bungalow, y piensa que quizá alguien puede haber entrado en el domicilio, solicitando presencia policial para descartar tal extremo por su tranquilidad. «Se acude al bungalow en cuestión y junto con la requirente se comprueba que no hay nada anormal en el domicilio (no parece que haya entrado nadie, sino más bien un olvido al bajar del todo la persiana). En este caso, fue una falsa alarma.