Helios Villaplana Planelles (1917-2014) falleció anoche, a la edad de 97 años, de causas naturales. Hijo mayor del matrimonio formado por el empresario y alcalde local Luis Villaplana Reig e Isabel Planelles, fue en su infancia y juventud un buen estudiante, y comenzó los estudios de ingeniería industrial en Madrid (coincidiendo en la residencia de estudios de la capital con grandes figuras nacionales) antes de que la Guerra Civil lo mandara a vivir duras experiencias en el bando republicano -dentro de Servicios Auxiliares, «el Batallón del Cristal»-, como el bombardeo a Alicante.

Tras la guerra, la enfermedad de su padre le impidió regresar a los estudios y desde 1942 pasó a ser parte integral de Calzados Luvi, donde fue encargado de producción y consejero delegado durante muchas décadas. Querido y respetado por todos en la industria zapatera, sea muestra las comidas de homenaje que las aparadoras de Luvi le dedicaron tiempo después de jubilarse. Cuando cerró la fábrica, donó gran parte de su histórica maquinaria al Museo del Calzado de Elda.

Se casó con Eufemia Payá en 1946, en una unión que duró más de 50 años, hasta el fallecimiento de Eufemia, apenas hace cuatro años. Trajeron tres hijos al mundo en siete años (1947 – 1954): Isabel, Eufemia y Luis. A ellos, a sus nietos, y a la finca familiar de L’Avaiol dedicó su mayor parte del tiempo una vez jubilado, una etapa de más de treinta años que siempre le vio activo, vitalista y de un lado para otro.

Muy conocido ha sido también en el Centro Excursionista de Petrer, al que ingresó con más de cincuenta años, participando en la consecución de la sede para centro, en más de 25 marchas por toda España y en las salidas más cercanas que se hacían. Se granjeó la simpatía de todos y sus almendras tostadas se convirtieron en un clásico de las marchas de veteranos, tanto que muchos de sus compañeros le comentaban que eran el auténtico leit motiv del día. Las casas de la familia están llenas de trofeos y emblemas de aquellas excursiones, que les correspondían por ser el más veterano. Cerca debió estar de ganar la distinción al más en forma, pues, junto a Pascualico –en otra de esas imágenes para el recuerdo-, formaba un dúo dinámico que excursionistas más jóvenes no podían igualar. Estos momentos no quedan muy atrás en el tiempo, pues no hace ni una década que Helios culminó su última marcha acompañado de su hija Isabel.

Otros muchos vecinos y ciudadanos recordarán a Helios por su producción artística, una mínima parte de la cual -aún así, más de una cincuentena de obras- han sido publicadas en este periódico. Su talento para el dibujo -y la creación manual, realizó cientos de obras y esculturas en madera- quedó plasmado en las decenas de plumillas que retrataban el entorno natural y urbano de Petrer, especialmente sus casas de campo y las calles del casco antiguo. Obras que no sólo están en la casa familiar, sino en todas las casas de Petrer, pues Helios regaló centenares de sus creaciones entre amigos y vecinos de la villa. Hace unos años, el Ayuntamiento recopiló una docena de estas plumillas en unas láminas, con una presentación muy cuidada, que regalaba a invitados ilustres, y hace todavía menos tiempo ilustró el primer libro del presidente de Cuentamontes, J.M. Maestre, «La cumbre de Shelkaga-ri».

Hombre carismático, de gran fuerza vital y humanidad, independiente hasta el final, familiares y amigos le despiden hoy en el Tanatorio de Elda-Petrer. Mañana, sus restos serán incinerados y esparcidos en el Barranco de las Moras, un rincón de su finca, L’Avaiol, a la que estuvo ligado toda su vida.