Fútbol sin alma

Algorfa 2 – 1 Petrerense

En la temporada pasada y en lo que llevamos de esta, mientras se sucedían dispares actuaciones del equipo, con algunas rachas de juego muy bueno y con otras de absoluta abulia, pedíamos al Petrerense continuidad y regularidad. Ciertamente, como reza el dicho, hay que llevar cuidado con lo que uno desea, porque efectivamente el Petrerense ha encontrado una regularidad, pero ésta ha caído en el otro costal, en el equivocado: cada vez juegan peor. No hay automatismos entre los jugadores, no hay patrón de juego, no hay compromiso, y lo normal comienzan a ser actuaciones como las que nos ocupa, donde los jugadores se esfuerzan tanto como lo harían en las tragaperras de un bar: dejándose llevar a la espera de un golpe de suerte que nunca llega. Campello no quiere paliativos: “estamos muy avergonzados de la temporada que estamos haciendo”.

Las cosas no empezaron mal, no obstante: el equipo salió bien puesto y a los quince minutos ya se había adelantado en el marcador, tras convertir Claudio un claro penalti sobre él mismo del portero rival, quien, por cierto, debió ser expulsado (finalmente fue amarilla). La jugada que lo originó, con movimiento y velocidad en los puntas y con una buena transición en medio campo, y esa sensación inicial de buen juego no tardaron en desvanecerse. Concretamente ocurrió segundos después de que el equipo se pusiera por delante: ya no vimos de sus botas salir nada reseñable en todo el partido.

Bueno, ni de sus botas ni de las de los rivales, asistiendo los espectadores a un plomizo encuentro donde todo ocurría en el medio campo. Fue un juego físico e impreciso, plano, sin oportunidades, sin nada que llevarse a la boca. Aunque los aficionados locales acabaron celebrando la victoria: en el minuto 91, en uno de los pocos acercamientos al área del Algorfa, el delantero centro aprovecha el rechace de un disparo desde la frontal. Venía de un fuera de juego clarísimo que vio todo el estadio, pero el árbitro concedió gol. Cuatro minutos después, en el 95, el Algorfa le dio la vuelta al encuentro en otra jugada polémica. Pablo, portero del Petrerense, se hace con el centro que viene desde el costado en una falta lateral, pero le golpean en la mano y suelta el balón, con el consiguiente gol rival. Aunque el fallo es inexplicable si no le han golpeado y Pablo reclama como un poseso, el barullo que hay en el área le ha impedido al árbitro ver bien la jugada, y concede el gol.

“No voy a echar la culpa a los árbitros”, sentencia Campello, a pesar de su desafortunada actuación, “porque jugando así perderemos todos los partidos, y no será culpa suya, sino del equipo, que está un poco roto. No sabemos a lo que jugamos, pero el principal problema es la actitud. No se puede salir así a un campo de fútbol, y ya llevamos muchos partidos con este paupérrimo espíritu competitivo”. Desde el club quieren cambiar la dinámica, pero no acaban de dar con la tecla. Ahora están entrenando cuatro jugadores con el equipo que podrían fichar y concederse alguna baja, “a ver si así cambia algo”, pero no hay nada seguro. “Lo único cierto es que con esta dinámica no podemos continuar. La de hoy ha sido una derrota muy dolorosa y espero que sirva para algo”.

El Petrerense, noveno en la tabla, se enfrenta este sábado, a las cuatro y media, al San Juan, colista de la competición, también a domicilio.

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