Los festeros más pequeños de la localidad vivieron ayer su día grande. El Desfile Infantil de las Fiestas de Moros y Cristianos 2014 de Petrer se desarrolló por la mañana bajo un generoso sol y una veraniega temperatura que avivaron la esperanza de unas fiestas sin pasar por agua.
A las once y media de la mañana, el Bando Moro abría el desfile desde la Plaza de España con un boato protagonizado por festeros de otras comparsas moras de Elda, Villena, Castalla, Crevillente y Caudete, y en el que también hubo espacio para recordar- a través de unos estandartes- el IV Centenario de los Votos a San Bonifacio. Tras el paso de las cinco comparsas de la media luna, llegó el turno del bando de la cruz y de su particular apertura a cargo este año del Tercio de Flandes, con vistosos bailes dirigidos por Dori Andreu.
El broche de oro del desfile lo pusieron, un año más, las rodelas de 2013 y 2014. Las primeras, se despidieron de su cargo desde sus palanquines, lanzando besos al público, mientras sus sucesoras hacían lo propio desde la carroza mayor. Todas ellas volvieron a compartir minutos después protagonismo en el Teatro Cervantes, donde tuvo lugar, por tercer año consecutivo, el Homenaje a las Rodelas, un acto nacido para ensalzar la figura que encarnan las pequeñas reinas de la fiesta.
Y si el Desfile Infantil contó el calor de la gente, con el recorrido abarrotado, el posterior acto también estuvo arropado por cientos de amantes de los Moros y Cristianos de Petrer. En la primera parte del acto, las veinte rodelas escucharon atentas sobre el escenario la narración de un cuento sobre la belleza, precisamente, de veinte pequeñas princesas, y más tarde vino el tradicional intercambio de regalos. En el acto intervinieron además el presidente de la comisión del desfile intantil, José María Bernabeu, el alcalde de la localidad, Pascual Díaz y la presidenta de la Unión de Festejos, Teresa Villaplana, que dieron las gracias al público por la acogida y finalizaron sus breves palabras con un «Visca Sant Bonifaci».
El espectáculo cerró con una entretenida segunda parte donde se representó, a través del baile, el clásico de literatura infantil «Alicia en el país de las Maravillas».
