Es un debate abierto, un debate que debe culminar con la reforma efectiva del sistema de pensiones que se manifiesta insostenible. Hay que aceptar que se nos presenta una oportunidad de oro para poner sobre la mesa las deficiencias e incongruencias de un sistema de reparto que no garantiza las pensiones futuras, un sistema que se revela poco justo, poco equitativo. Actualmente nuestra seguridad social se hace cargo de las pensiones retributivas con lo que ingresa de los rendimientos del trabajo de los trabajadores y empresarios, pero no capitaliza este dinero, lo reparte confiando en que en un futuro haya nuevos trabajadores que paguen las pensiones por los actuales. Esto es como decir que un banco nos de intereses sobre una previsión basada en un supuesto, no en una realidad, tarde o temprano quebrará como ha sucedido en la crisis que actualmente vivimos motivada por ello.
El acometer este tema sin complejos, sin miedos electorales, nos evitará futuros problemas que no hace falta ser un gran economista para ver, un ama de casa puede entender que si no ahorra parte de su entrada familiar de dinero, si no provee para cualquier eventualidad, se verá en un apuro ante emergencias. El actual gobierno ha obviado este tema, ha comprado votos regalando pensiones, ha comprado el silencio de los sindicatos aumentado las ayudas a estos, ayudas que me gustaría saber a donde han ido, ha repartido millones en planes insostenibles y descabellados, que nos han dado pan para hoy y hambre para mañana, planes no productivos, pero si efectivos para conseguir un puñado de votos de estómagos agradecidos. Con todo lo anterior nos ha dejado las cuentas en números rojos, porque ha evitado pensar que el dinero que maneja proviene del trabajo y esfuerzo de los que están trabajando, que con sus aportaciones llevan adelante el país, que no son ellos los que producen ese dinero, que ellos son gestores puestos por el pueblo para rentabilizar ese producto no para dilapidarlo. Me da igual que este gobierno sea del color que sea, me es indiferente las criticas del “tu más”, los hechos están ahí, y si queremos seguir parapetados en colores y banderas que tanto dolor han traído en el anterior siglo, pues sigamos bajo el mismo estado de conciencia, no evolucionemos, sigamos pensando y cometiendo los mismos errores del pasado.
Ese estado de conciencia que nos lleva al momento presente ha de cambiar, no es difícil salir a la calle y encontrarse en nuestra comarca alguien que te dice, “¡ojala que me cierren la fabrica!. Así cobraré el paro y sigo trabajando!”. Tenemos una falta de sentido social, una falta de educación cívica, de grupo, que nos lleva a querer aprovechar cualquier derecho y a criticar lo demás, sin acometer ningún deber. Es la ignorancia la que nos lleva a ello, el no saber que esa retribución que estamos cobrando viene de otro que está pagando, que está “tirando del carro”. Es lo que nos encontramos en la base y es lo que se manifiesta en el pico de la sociedad que son nuestros políticos. Aquí el que esté libre de pecado que tire la primera piedra. Por esto para exigir tenemos que exigirnos primero a nosotros mismos, tenemos que hacer un acto de contrición y limpiar nuestros errores de pensamiento, porque obtenemos lo que pensamos. Si en esta comarca nuestro pensamiento general, tan poderoso, se hubiese dirigido a mantener nuestras empresas, a mejorar nuestra formación, a velar por nuestro saber hacer, en vez de desear mayoritariamente “que cierre la empresa y cobrar el paro”, pues eso es lo que hemos tenido. Cuidado con lo que deseamos, porque se cumple. Vamos a pedir que no cierre nuestra empresa, que está mejore, que nos formemos mejor para afrontar los nuevos tiempos, vamos a pedir que nuestro gobierno entienda lo que tiene que hacer para rentabilizar nuestras aportaciones, para garantizar nuestro futuro, que sepa poner las bases para ello, y no desear que se equivoque para poder acceder nosotros al poder, porque si estos fracasan estamos fracasando todos, ya que vamos en el mismo barco. Y si son malos gestores y se muestran incapaces para hacerlo, seamos serios y votemos por otra opción, sin miedo, con fe.
Qué razón tienes Petra.Le estás poniendo el cascabel al gato.
Tus escritos son un soplo de libertad.
enhorabuena.
Ya quisieramos algunos que la solución,o al menos una, fuera simplemente votar a otra opción, pero, como todos vemos (o al menos el que tenga ojos), llegue la opción que llegue, sin control directo del pueblo sobre ellos y, con alguna forma dehacerlos responsables para que de ninguna forma puedan tener más opciones a seguir jugándonosla, no creo que sea unabuena opción.
Claro, algunos diran que hay que votar; SÍ, cuando sean votaciones que supongan una responsabilidad seria.
Más o menos.
SALUD