¿Quién no tiene días tristes y melancólicos en los que apoyarías la cabeza sobre el hombro de la luna?Ayer fue un día de esos, al que si le sumas un cielo nublado y la regla a punto de bajar, la luna reventaría a llorar en cuanto te viese aparecer. En momentos así, vivir sola no ayuda nada; silencio vacío, nadie tocará tu puerta por más que pasen las horas, nadie va a aparecer para distraerte y sacarte de ese círculo. Hoy estas solo/a, y sientes la soledad más que de costumbre…a no ser que seas tú quien llame a alguien. Pero la apatía te invade. Y lo único que te apetece es resguardarte bajo el calor de las sábanas. Y ahí me meto.
Bajo ese calor, imagino que en lugar de unas sábanas, lo que me cubre es un cuerpo cálido, con su aliento en mi nuca, una mano que acaricia mi espalda, mis brazos y me abraza fuerte, mmmmm. Sensaciones reconfortantes, de protección. Y bueno, por supuesto, nada de sexo, la mente en ese momento no está para fiestas.Pero claro… ¿a qué tío voy a llamar pidiéndole cariño, sin que espere nada de sexo a cambio? Puedo parecer una egoísta o un poco loca, ¿no? Pidiendo cariño. Además de esa sensación extraña de estar con un tío en la cama ambos semidesnudos y sin sexo. Yo no sé a vosotros, pero a mí se me hace… ¿raro?
Ya estaba cansada de apenarme de mi misma y de pensar que podría parecer friki si llamaba a algún tío para que me diese lo que necesitaba. Pues ¿qué más da la imprensión que yo de o lo que piense el otro?Así es que llamé al amigo que consideré más conveniente para que me “hiciese el cariño” en ese momento puntual en el que me encontraba.Me dejé guiar por mis necesidades y egoísmo, sin hacer caso a la mente, que lo único que sabe hacer es boicotearnos para terminar haciendo nada, tristes y solos. El “amigo” no tuvo ningún problema en acudir. El simple hecho de que no preguntase ni pusiese objeciones a lo de “pero…no quiero sexo” hizo que me sintiese menos “rara”, más relajada. Y me sentía tan bien y a gustico, que, claro, mi mente empezó a relajarse tanto como mi cuerpo y bueno…chas! Sorpresica! Vaaale!, al final hubo sexo, pero del dulce…
Por la mañana sólo quedaba en la cama el aroma de ese cuerpo que me resguardó durante la noche y mi hambre de amor quedó saciada.Y digo yo ¿quién no necesita cariño? Por muy independientes que seamos y la apariencia de duros que queremos llevar, siempre hay momentos de debilidad, en los que sólo buscas “un cuerpo al que acariciar” para ponerle los cuernos a “esa amante inoportuna que se llama soledad”, como bien canta Sabina. ¿Cuántas veces hemos dicho “no, nada de sexo”? Pero, ¿qué hay detrás de esa frase realmente? ¿Miedo, inseguridad? Y ¿de dónde vienen? ¿Por qué nos sentimos “raros” al pedir algo tan primario como es el amor, el sexo o el cariño? Es todo lo mismo.
Analicemos un poco.A cada persona le vendrá de diferentes lugares de su mente o su interior. Y casi siempre, si profundizamos bien en éstos, se trata de prejuicios que tenemos con los demás y por lo tanto, con nosotros mismos. La cultura, esa educación tan pecaminosa que nos han inculcado durante generaciones; qué es bueno y que no, qué está bien y qué no. Todo es tan relativo…Creo que vivimos demasiado cohibidos, condicionados al “qué dirán o qué pensarán los demás” cuando lo más importate es “¿QUEÉSIENTO YO?” “¿ESTÁ EN MIS MANOS HACERLO POSIBLE?” Si lo que sientes es que quieres sexo, cógelo, si es cariño, pídelo. Démonos permiso para sentir y dejemos de pensar y cuestionar tanto las situaciones, sólo nos traen dudas, miedos, inseguridades y por lo consiguiente mas cuestiones. Liberémonos de los prejuicios y seamos más tolerantes con nosotros mismos, para así poder serlo con los demás y comprender más, pues un día es el otro pero es que, otro día serás tu.Las necesidades se han de pedir, los miedos se han de expresar, nadie es adivino y el final…siempre puede sorprender…Lo que es seguro, es que algo habremos aprendido.
¿Quién es Odette?
Odette es una mujer joven e independiente, trabaja en lo que puede para pagarse su hipoteca, pues la crisis también le afecta. Y en su largo tiempo libre intenta desenredar los temas relacionados en el comportamiento de las personas en las relaciones, ya sean de sexo o pareja, desde su propia experiencia y los que la rodean.Odette no es psicóloga, ni sexóloga, ni nada que acabe en –óloga.Odette tiene mucho humor y una mente muy abierta, quizás por esto siempre se está rayando queriendo comprender.En esta nueva sección, Odette compartirá sus experiencias y reflexiones con vosotros para que así podáis dar vuestra propia opinión.
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