Dos protagonistas de aquella época aciaga, pero también emocionante, Bonifacio Navarro Poveda y Antonio Bernabé Pérez, recuperan del recuerdo los años de la lucha clandestina contra el Franquismo, buceando en la biografía de las principales cabezas visibles de la cultura y la reivindicación de la época (Juan Ramón Montesinos, Dámaso Navarro, José Espí, Jose Mª Bernabé, Vicente Amat, Héctor Navarro, Enrique Navarro Quiles, por citar a algunos), examinando las organizaciones, sindicatos y partidos políticos de aquel entonces (H.O.A.C, O.J.E., P.C.E., C.N.T., etc.) y analizando las manifestaciones y los hechos más relevantes ocurridos en aquellos 25 últimos años de dictadura.
*Extraído del cuadernillo «Bitrir» número 5 (1995) que acompañaba al Carrer en determinada época.
0. Introducción
Con el presente trabajo queremos rescatar del silencio y del olvido, algunos hechos de la sumergida y peligrosa actividad clandestina, que durante los años de ausencia de libertades democráticas, llevaron a cabo hombres y mujeres de nuestro pueblo.
Somos conscientes de que esta tarea necesita de años de investigación y estudio; y que nuestra aportación va a ser modesta, comparada a la que otros protagonistas o estudiosos podrían sacar a la luz de las primeras y posteriores décadas del franquismo.
La premura de tiempo par a publicar es tos apuntes, y nuestra tardía incorporación a la actividad política clandestina, condiciona que este trabajo sea a todas luces incompleto; hay muchas lagunas que rellenar, nombres omitidos y hechos todavía por conocer, pero esto, pensamos que motivará a otras personas a completar nuestra reciente historia, ya que un pueblo que no conoce su pasado está condenado a repetirlo.
En nuestros días, nos encontramos con personas que no valoran en su justa medida, la importancia de vivir en un régimen de libertades democráticas. Es frecuente oír entre los jóvenes que todos los políticos son iguales y que votar no sirve de nada. Desconocen por qué «pasan» de las distintas opciones políticas y no están afiliados a sindicato alguno, aunque trabajan. Durante más de tres décadas de la reciente historia de España, pocas personas se atrevían a decir lo que pensaban, emisoras extranjeras, Radio París, la Pirinaica, lanzaban al aire noticias verídicas, otras exageradas, mensajes de lucha y esperanza. La huelga estaba prohibida, las manifestaciones y reuniones penadas, los periódicos y la radio amordazados decían lo que el dictador deseaba. Juicios sumarísimos, por rebelión militar se juzgaba el pertenecer a un partido o repartir propaganda. Los detenidos eran torturados en comisaría, años de cárcel les aguardaba. Registros permanentes en domicilios, la represión amenazaba.
Olvidan los que «pasan» -o no saben quizás- , que la democracia es una conquista, un trozo de poder a los poderes arrebatada, una senda que posibilita ascender a las más altas cotas de libertad humana, de respeto e igualdad, de solidaridad y esperanza.
1. Los primeros años.
Terminada la Guerra Civil en 1939 con la victoria de la rebelión militar del General Franco, en Petrer como en el resto de España, todos los hombres y mujeres que habían apoyado la causa republicana se vieron perseguidos por una sangrienta represión. Fusilamientos, años de cárcel, destierros, amenazas, familias divididas, temor a la delación, lágrimas. A todo esto había que sumar el hambre, familias que vendían hasta sus escasos ajuares; tenían que llevar comida al marido que estaba en la cárcel, si en casa no se comía no era importante, ya que con ese pedazo de pan se podía salvar la vida del padre. Denuncias sin pruebas bastaban para detener a alguien iy qué difícil era encontrar un trabajo, si la etiqueta de “rojo” iba por delante! Ante todo esto y con los principales dirigentes en la cárcel eran muy pocas personas las que osaban luchar y organizarse; el miedo hizo mella, el temor como un manto cubrió los hogares.
Del lado franquista, siendo ellos los vencedores, existían algunas personas que también sufrieron la desaparición o el asesinato de algunos de sus familiares y no buscaron revancha, ese fue el caso por ejemplo de Pedro Requena «Sacristán», que siendo padre de «caído», optó por una postura de comprensión lejos de la venganza. También de otro lado algunas personas que pudiendo saber quiénes eran las personas que los habían denunciado, evitaron hacerlo.
El recordar estos hechos dolorosos no es con la intención de abrir viejas heridas, por el contrario es nuestro ánimo y deseo cerrarlas para siempre. Pensamos que rescatar estos tristes sucesos significa un acto de verdad histórica, y en la medida que los reconozcamos como nuestros, con todo el vandalismo y la barbarie que encierran, podremos evitar en el futuro que vuelvan a repetirse.
En 1945 con la derrota de Hitler y Mussolini, que durante la guerra habían apoyado a Franco, es cuando se emprende un nuevo rumbo en la política de España. Dicho año se promulga el Fuero de los Españoles, que en realidad no era más que una fingida carta de derechos; también la Ley de Referendum Nacional, que daba la apariencia de sufragio universal. El régimen se veía obligado a dar una apariencia democrática y así restablecer las relaciones diplomáticas con Europa, E.E.U.U. y la Santa Sede. Relaciones que no existían por el carácter fascista de la dictadura. Hasta Agosto de 1953 no se firmó el concordato con la iglesia de Roma y los acuerdos hispanoamericanos; y fue en Diciembre de 1955 cuando a nuestro país se le permite ingresar en la ONU.
En 1956, el Partido Comunista de España aconseja la retirada de la guerra de guerrillas, que seguían sosteniendo pequeños grupos de maquis en algunos puntos del país. Hemos sabido que el P.C.E. de Elda mantuvo una reunión con un grupo de estos maquis en la Sierra de Salinas.
Con la entrada de España en la ONU, crecen las esperanzas en muchos demócratas de la caída de Franco. Tenemos noticias del intento de colocar una bandera republicana en el castillo de Petrer por Juan Tortosa y otro compañero; acción que no llegó a su fin por haberse difundido demasiado entre otros compañeros de la población.
Durante estos años la actividad política se reducía a esporádicas reuniones en los montes de Petrer, y a escasos contactos con compañeros de otras poblaciones. En estas reuniones se comentaban las noticias a veces exageradas de Radio España Independiente «Pirinaica», Radio París o la B.B.C. de Londres, junto con algún periódico o panfleto clandestino que de forma esporádica llegaba a manos de alguno de ellos, por mediación de familiares o amigos que retornaban del exilio.
En estos años difíciles cabe destacar la militancia activa y organizada de José Valdés «Chauli», conectado a una célula del P.C.E . de Elda de la que formaba parte Antonio Ibáñez , J. Herrero, Calixto Sánchez, y más tarde José María García Soria; llevando una labor política de contactos con personas como Vicente Olcina, Luis Payá «el Gatet» y Germán Aliaga «el Germanillo». Valdés participó en el lanzamiento de octavillas que el P.C.E. difundió en 1959 (a la que más tarde nos referiremos], y pudo escapar de la policía por muy poco, marchando poco después a vivir a Francia por temor a su detención. Hombres como J. Antonio González Atienza de Alpera y Arturo Milán de Almansa, después de salir de la cárcel en 1941, se incorporarán en sus pueblos a la organización del P.C.E., vuelven a ser detenidos en 1947, los destierran cuando salen de la cárcel y vienen a vivir cada uno por su lado a nuestra ciudad. La consigna de partido entonces era no reorganizarse hasta que pasara algún tiempo. En 1953 viviendo en Petrer se publica su sentencia y tienen que reingresar a prisión, intentan darse a la fuga , aunque no lo consiguen. Atienza se entrega en la ciudad de Alpera y Arturo es detenido por la Guardia Civil en su casa de Petrer.
Francisco López «Paco el Barber», desde su vuelta a Petrer a la salida de la cárcel, mantiene contactos con la organización del P.C.E. en Valencia, y su labor política la desarrolló durante muchos años, recogiendo dinero para ayudar a los presos y a sus familias.
El hecho que podemos destacar en estos años de nuestra ciudad, fue la detención de José María García el 20-6-59, acusado de repartir propaganda del P.C .E.; en estas octavillas se llamaba a todos los trabajadores y al pueblo en general a apoyar con una huelga general la «Jornada Nacional Pacífica», por la reconciliación de todos los españoles en un marco de libertad y democracia. José María fue torturado en la comisaría, e incluso le aplicaron corrientes eléctricas, teniendo el coraje de no delatar a ninguno de sus camaradas, y haciéndose responsable de la difusión en Petrer de los panfletos. Fue condenado a un año de prisión por rebelión militar en Consejo de Guerra. Entresacando algunas palabras de nuestra entrevista con él , cabe destacar éstas… «nunca censuraré a nadie que detenido e interrogado en comisaría delate a sus compañeros, lo entiendo…» . Cuando iba a ingresar en prisión, recuerda las palabras que su madre le dijo: «no sufras, lo que has hecho es de hombres». En Carabanchel llevó a cabo una huelga de hambre junto con cerca de cien presos políticos, estando siete días sin tomar ningún líquido; con esta actitud denunciaba la falsedad de una declaración pública hecha por un Ministro español en la que afirmaba que en España ya no habían presos políticos.
Buen reportaje sobre los tiempos difíciles,…., pero ¿mas que en la actualidad?
Solo señalar que el comentario sobre la firma de Teófilo parece confuso ya que no lleva la rubrica y, curiosamente, es la misma tipo de letra, un poco distorsionada que la que aparece, también sin firma, justo a la derecha. Un grafólogo nos sacaría de dudas…