Pedrito Rico, una vida de artista

Nota: Artículo publicado originalmente en la revista Alborada nº 40 – 1995

Cuando el 7 de septiembre de 1988 quedó fijada la placa de cerámica que daba el nombre de «Calle de Pedrito Rico» a la que anteriormente se había llamado de Pablo Guarinos y después General Aranda, se revivió la antigua leyenda del Cid ganando batallas después de muerto. Lo que no pudo conseguir en vida el cantante eldense que triunfó con su personal arte en los escenarios de América desde el Cono Sur hasta la gran metrópolis señoreada por el Empire State y las torres gemelas del Trade Center, el pleno reconocimiento oficial por el Ayuntamiento eldense de su brillante trayectoria artística y el aplauso unánime de sus paisanos, lo alcanzó cuando ya no pudo gozar de este reconocimiento que tanto había anhelado.

He subtitulado este artículo «Una vida de artista», porque está basado principalmente en el itinerario artístico de Pedrito Rico por medio mundo, los premios obtenidos y la admiración de los públicos de tantos y tantos países hacia su persona y su arte, en contraste con la escasa repercusión que este mismo arte tenía en su pueblo natal. En estas líneas vemos al Pedrito Rico artista, pero poco del Pedrito Rico persona. «Mi vida privada» fue una de sus preferidas canciones con fondo personal, y Pedrito supo separar su vida como hombre de su vida como artista, guardando para sí, o tal vez para sus familiares, amigas y amigos de su mayor estima, estas facetas que se nos han escapado y que no podrán encontrarse en las páginas que siguen, que muestran, como faceta exclusiva de su personalidad, la de Pedrito Rico, artista.

1965. Pedrito Rico en una pose característica de la canción española de la cual fue destacado intérprete.

Fue otro 7 de septiembre, pero éste de 1932, cuando vino al mundo Pedrito Rico, en plenas fiestas mayores de Elda. Sus padres, Pedro Rico y Carmen Cutillas, lo recordaban de niño, que apenas andaba y ya quería bailar, y con un temprano debut cantando«EI belebele» en un circo, a los siete años. Su vocación podía más que los deseos de sus padres de tenerlo con ellos, pues estudió canto y baile con el famoso maestro Quiroga en Madrid cuando contaba catorce años, estudios interrumpidos después de varios meses a ruegos de su madre, que no quería que Pedrito se separase de ella.

En Elda siguió sus estudios con la profesora de piano doña África Pol y tomando parte en espectáculos de aficionados o benéficos hasta que, ya con veinte años, marchó a Valencia, actuando en los teatros Serrano y Ruzafa, en la modalidad de canción española que entonces gozaba de gran popularidad.

No fueron fáciles los comienzos para Pedrito, pero su voluntad, su simpatía en escena y los deseos de entregarse al público que fueron su constante artística en toda su vida, le hicieron destacar en el mundo del espectáculo. De Valencia, ya con un nombre consagrado por el éxito, pasó al Circo Price de Madrid con los«Circuitos Carcellé» y se mantuvo en cartel un año entero.

Un empresario argentino, Ángel Dolarrea, fue quien lanzó a Pedrito Rico a la fama internacional, al contratarlo para unas actuaciones en Buenos Aires durante tres meses. Los tres meses se convirtieron en un año y establecieron ese vínculo de admiración y cariño entre el artista y el público bonaerense que nunca se cortó, regresando Pedrito Rico a la capital porteña en innumerables ocasiones y siendo recibido siempre con el teatro lleno y con las mismas muestras de entusiasmo y cariño que en su primera estancia.

El Teatro Avenida de Buenos Aires fue el trampolín desde el que Pedrito Rico saltó a la fama y le abrió las puertas para una cadena de éxitos en toda América que no habrían de acabar más que con la definitiva ausencia del cantante.

La prensa bonaerense no regateó elogios para el artista que todos los días llenaba el Avenida y para cuyas actuaciones había que sacar las entradas con ocho o diez días de anticipación.

Eldenses emigrados a Argentina remitieron a los padres de Pedrito cartas encomiando su clamoroso éxito, el entusiasmo del público y los elogios que le llovían de la prensa argentina de la cual enviaban recortes a sus padres, como confirmación de estos triunfos.

Cuando cumplidos los contratos y sus prórrogas obligadas por la gran acogida del público se realizó el festival de despedida de Pedrito, se le saludó con una gran ovación al aparecer en escena, cayendo sobre el escenario una Iluvia de flores y recibiendo canastillas y ramos de flores y numerosos regalos. Dos jóvenes representantes del «Club de Admiradoras de Pedrito Rico», ataviadas de valencianas, le hicieron el presente de una canasta de flores y un carretillo de golosinas. Al terminar, el público puesto de pie pedía a gritos: «iQue se quede!».’

Foto de estudio realizada al poco de Ilegar a la Argentina.

El apoteósico triunfo de Pedrito en Buenos Aires se repitió en otras capitales suramericanas en las que actuó, pero donde nuevamente Pedrito se conquistó al público y se convirtió en su ídolo fue en La  Habana, todavía bajo el gobierno de Batista. Allí fue un delirio colectivo. Batió todos los récords de recaudación en taquilla, incluso los obtenidos por Libertad Lamarque y Jorge Negrete, ambos en su mejor época artística; en la calle se vendían pañuelos de seda con la efigie de Pedrito y faldas estampadas con la misma imagen del cantante eldense.

Una entrevista de Julián Mariño, corresponsal en Caracas del periódico alicantino «Sureste», recogía así el éxito de Pedrito en Cuba: «…La apoteosis llegó al máximo. Las chicas se apretujaban a la puerta de los teatros, haciendo una cola interminable. Se llevaban el desayuno, el almuerzo y hasta la cena. Había personas que hacían las tres comidas en el mismo teatro. Y dentro, la gente se apretujaba en las primeras filas para verle de cerca. Las muchachas subían al escenario tratando de besarlo, de quitarle ropas, joyas, algún recuerdo del artista. El éxito llegó a su máximo límite cuando una pléyade de admiradoras constituyeron un «Club Pedrito Rico». Y le regalaron trofeos, medallas, un escapulario de oro que siempre lleva consigo y un sinfín de obsequios…»

Estaba reciente el secuestro del famoso corredor automovilístico Fangio por los castristas y dada la popularidad de Pedrito Rico se temió que éstos intentaran también su secuestro, por lo que la policía cubana estableció un servicio de protección en torno al artista.

De esta incontenible admiración por el joven cantante eldense escribían muchos periódicos de La Habana, contribuyendo a extender aún más la fama de Pedrito Rico, lo que hasta emocionó a éste, que diría a uno de los periódicos: «Créeme; no olvidaré nunca esto; nunca en la vida. Ha sido la emoción más grande y la más inmensa demostración de cariño que puede habérsele brindado a artista alguno».

La mayor parte de la obra discográfica de Pedrito Rico en LP's.

Pero la Ilegada al poder de Fidel Castro, en enero de 1959 cortó de raíz la entrañable relación existente entre el pueblo de La Habana y el artista. Las nuevas autoridades se apoderaron de las propiedades que había adquirido Pedrito Rico en La Habana y del lujoso automóvil que éste usaba en sus desplazamientos, valorado en más de 5.000 dólares, por lo que nuestro paisano no volvió a pisar tierra cubana, aunque sí actuó repetidamente para la emigración cubana años más tarde.

Fueron unos años de triunfos, de vivir en olor de multitudes apasionadas por su arte y su simpatía. Cuba, en 1958, le había otorgado el «Disco de Oro» por ser el artista más popular de las Antillas; Venezuela el «Guacaipuro» al mejor intérprete no venezolano; Montevideo el importante trofeo «Ariel» por ser el cantante de mayor éxito del año 1960; Puerto Rico, México,Uruguay, Colombia, Perú y, como siempre, Argentina, le aplauden, le premian y le reclaman.

Se había hecho popular el título de «El Ángel de España» con el que se le homenajeó en Buenos Aires, y con este título filma su primera película, a la que seguirían varias más,como «Feria en Sevilla», con Ana Mariscal, Conchita Bautista y Miguel Ligero,«La canción va conmigo», dirigida por Ana Mariscal, y«Buenas noches» rodada en Argentina.

Más trofeos, que Pedrito irá guardando amorosamente para formar con ellos el Museo de su vida artística, atesorado en la casa de sus padres en Elda: Lima le otorga estatuilla de oro al mejor show en la TV peruana en 1963; Montevideo le concede el «Ariel», muy codiciado por los artistas, por ser «el artista de más rica sensibilidad y temperamento» (1964). También Uruguay le premia con el«Martín Fierro» como mejor artista de la temporada. 1964 es un año especialmente ajetreado, pues durante todo él tuvo que actuar los martes en Buenos Aires, miércoles en Montevideo y sábados en Lima, además de más actuaciones en otras localidades,por lo que Pedrito estaba casi más tiempo en vuelo que en tierra.

Pedrito Rico muestra el famoso trofeo «Ariel 1963» que le fue otorgado en Montevideo.

11 thoughts on “Pedrito Rico, una vida de artista”

  1. Han realizado una hermosa reseña de la vida artística de Pedrito Rico,la que aún así, no puede reflejar claramente el fervoroso sentimiento que despertó nuestro querido Angel de España en Argentina, que llegó a ser devoción en sus admiradoras entre las que me cuento. Hoy a 25 años de su desaparición física, lo seguimos recordando con cariño y oímos sus canciones rindiéndole homenaje por el gran artista y la gran persona que fue.

  2. Quiero agradecer enormemente el haber enviado el enlace de este documento periodístico elaborado sobre la carrera artística de ese ilustre eldense que fue Pedrito Rico, a la página que le he dedicado en facebook. Sin duda alguna Pedrito reunió todas las cualidades de un artista de raza. Paseó su cante por el mundo, difundió la música de España y dejó conocer a su Elda en cuanta tierra pisó. Supo ganarse el cariño y el aplauso de todos los públicos, como así también el reconocimiento unánime de la prensa y de sus pares. Como una de sus tantas incondicionales admiradoras deseo que su legajo permanezca vigente a través del tiempo y que las nuevas generaciones conozcan a quien fue uno de los grandes cultores de la música española y un hombre de bien.

  3. He leído detenidamente este artículo y me ha sorprendido, porque nunca hubiese adivinado lo intensa que había sido la vida artística de Pedrito Rico. Tal vez cambie mi opinión sobre él.
    Me ha gustado mucho.

  4. IDOLO TOTAL .. PEDRITO RICO UNICO . UNA MARAVILLA SU CANTO Y BAILE,.,. FUISTE Y SERAS UN DIOS.,. GRACIAS PEDRITO POR TUS CANCIONES Y TU BAILE,, SIEMPRE EN MI

  5. UN GRANDE PEDRITO RICO,. TU CANTO TU BAILE FUE UNA MARAVILLA VERTE.. IDOLO UNICO ,,.. EN EL CIELO ESCUCHAN TU CANTO Y TU BAILE MARAVILLOSO..

  6. PEDRITO RICO ARTISTA UNICO E IRREPETIBLE NACIO CON ESE DON QUE POCOS TIENE ANGEL CARISMA PROFESIONAL TOTAL Y SER HUMANO MARAVILLOSO YO TUVE LA SUERTE DE SER SU AMIGO Y LUEGO POR EL 68 ME OFRECIO SER SU REPRESENTANTE PARA EL URUGUAY HICIMOS CANTIDAD DE SHOW POR TODO EL PAIS Y ADEMAS TENIA SU PROPIO SHOW EN CANAL 12 LOS MARTES A LA NOCHE DESDE TEMPRANA LA TARDE ERAN 2 CUADRAS DE GENTE QUE ESPERABAN PARA ENTRAR UNA MARAVILLA YO CREO QUE DIOS LO LLEVO MUY JOVEN A LOS 55 PORQUE EL ME DECIA QUE TENIA TERROR A ENVEJECER EN MI CORAZON SIGUE VIVO Y SI DIOS LO PERMITE VOLVEREMOS A ESTAR JUNTOS ERA REALMENTE EL ANGEL MUNDO

  7. Después de tantos años supe que un cáncer se llevó la vida de este gran artista, un gran pena, falleció muy joven, nunca lo olvidé. En Argentina era figura, en su pueblo natal es ignorado pese a la bella canción que él le dedicó, que tristeza pobre Pedrito!

  8. Fue mi ídolo ! Y orgullosa de llevar su nombre donde nació , como Argentina , no tengo palabras fue LO MÁXIMO ! Recordado con mucho cariño !

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