Libertad… Un nombre de mujer

La recuperación fue realmente costosa, hubo incluso que recurrir a unos familiares de Francia para que mandasen determina­do medicamento. Durante la convalecencia, tuvo la oportunidad de leer casi de forma convulsiva. Un día se dijo a sí misma: «Ya he leído suficiente, es el momento de intentar escribir».

Así comenzaba su andar literario, su primer trabajo fue un cuento que envió inme­diatamente a la EDITORIAL BRUGUERA de Barcelona, que lo acepta y rápidamente lo publica dentro de la colección «BLANCANIEVES». El relato en cuestión tenía 32 páginas y por él le pagaron a Libertad 200 pesetas. Más tarde le comprarían otros cuatro. En estos trabajos, firma MARILY BROAM y es curioso (al menos ya para el anecdotario) el recordar que determinadas palabras no era «recomenda­ble» que Las utilizase, por ejemplo MILAGRO, que debía ser reemplazada por PRODIGIO y algunas más sobre las que la mencionada edi­torial le había aconsejado De uno de aque­llos cuentos, hemos rescatado un brevísimo fragmento que reproducimos a continuación, se trata de la «ARDILLA AZUL»:

En el rincón más apartado del maravi­lloso jardín, encontró la muchachita el sueño de toda una vida convertido en realidad:

Un hermoso lago, bordeado de lirios gigantes, en el que crecían preciosos nenúfares y allí a un lado balanceándose, una barquita de plata que brillaba al reflejarse en ella la pálida realidad del astro de la noche.

Otros títulos de esta colección fueron: «El farolillo rojo», «En el reino de las estrellas», «El prado de las esmeraldas» y «El rubio mágico».

Bruguera publicó varios cuentos de Libertad.

Su afición por la escri­tura era ya algo más que una ilusión y un día de for­ma anónima le envió a Enrique Amat un artículo para a revista de Moros y Cristianos bajo el seudóni­mo de Marily. Este se lo publica y comienza de esta manera un tiempo de colaboración que duraría veinte años.

Pero volvamos a enfocar la vida de Libertad desde otros ángulos, su vid a sen­timental y afectiva no fue nada fácil tras la salida de la cárcel. Sola con un niño pe­queño y un marido en paradero descono­cido, se llegó a sentir realmente margina­da: «Era joven y tuve que vivir como una vieja, eran para mí tiempos muy duros».

Libertad y su hermano Gerardo en el bautizo de la nueva bandera de los Vizcaínos (año 1958).

Tras veinte años sin tener noticias de su marido, Libertad conoce en Fontilles a Paco. Él estaba curado pero seguía en el sanatario, porque en realidad no tenía a donde ir. Se casan: «Mi segundo matrimonio fue realmente feliz, nos entendimos bastante bien».

Libertad con sus padres (año 1966).

Su hijo emigra a Francia donde se casa y vive en la actualidad.

De esta unión han nacido los dos únicos nietos de Libertad.

Libertad y su hijo en la Explanada (año 1959).

Pero el destino seguiría aguardándola con más novedades, aunque quizás la más increíble sea la aparición de otro personaje en una sobremesa del día de San Bonifacio: «Abrimos la puerta y ahí estaba él, después de cuarenta y dos años sin tener noticias suyas».

Era Samuel Caplan que volvía tras una ausencia «considerable». A pesar del tiempo transcurrido y de las muchas vicisitudes por las que había pasado, no pudo reprenderle. Eso es algo que más de una persona le ha recriminado. No obstante, ella estaba más pendiente de otros detalles. «Tengo que agradecerle a los dos hombres de mi vida la delicadeza y sensatez con las que abordaron el problema… ¡Qué mal rato pasé!», explica.

Esto ocurría exactamente en mayo de 1980.

Izquierda a derecha: Samuel Caplan, Libertad y Paco Gómez (año 1986).

A partir de ese momento, Samuel comienza a enviarle una cantidad de forma regular en dólares, intentando paliar su falta de interés y el vacío económico de tantos años. Pasado un tiempo, los negocios comenzaron a flojear y Samuel dejó de enviar sus cheques mensuales. De cualquier manera, la relación entre los tres fue buena desde un principio y Samuel les visitaba todos los años, incluso llegaron a viajar a Francia para el cumpleaños de su nieta, bajo expreso deseo del hijo de ambos que jamás había tenido la oportunidad de tener juntos a sus padres en circunstancias especiales.

Hoy en día las relaciones con Samuel se han deteriorado hasta tal punto que son inexistentes. Su segundo marido, Paco, falleció hace dos años y prácticamente en esa fecha, su relación acabó con el primero. En la actualidad Libertad está de nuevo sola.

Durante el tiempo que vivió junto a Paco en la época en que ambos eran jubilados, se propusieron viajar y conocer mundo, una experiencia sin duda enriquecedora: «Apenas gastábamos para al llegar la temporada baja, hacer un esfuerzo y gracias a ello, tuvimos la oportunidad de viajar».

En el 89 viajan a Madrid con un grupo de gente mayor. La cita es en el «FÓRUM DE LA EXPERIENCIA». Cuando la libertad entra en el recinto de la universidad, las lágrimas inundan sus ojos, la emoción la embarga. Piensa que una de sus grandes frustraciones era el paso por algunas de aquellas aulas siendo joven. Pese a la edad y aunque sólo sea de forma puntual, ha conseguido entrar en ella. Fue un momento inolvidable.

Sería injusto acabar sin recordar la vinculación de Libertad a nuestras fiestas de Moros y Cristianos y concretamente a la comparsa de Vizcaínos, puesto que al irrumpir de nuevo en la fiesta, se desea recobrar el traje auténtico y es ella quien ni corta ni perezosa, escribe al director del «ARCHIVO HISTÓRICO MUNICIPAL DE BILBAO» y de esta manera consigue el boceto del traje. Fue a su vez el comienzo de una relación de carteo entre el director y Libertad que a cambio le enviaba documentación sobre nuestras fiestas, que él más tarde publicaría en la «GACETA DEL NORTE».

Libertad en "Comillas", año 1988.

De estos contactos y por la curiosidad de conocer nuestras fiestas, dos miembros de la corporación municipal, se desplazaron hasta Petrer para conocerlas en vivo.

De los trabajos que Libertad ha realizado hasta la fecha, podríamos destacar los cinco primeros cuentos de treinta y dos páginas que publica Bruguera. La colaboración ininterrumpida en la revista de Moros y Cristianos (incluso en la época en las que estuvo fuera de Petrer). La participación en los primeros «PREGONES», en los que intevendría componiendo poesías junto a personajes como Paco Mollá. Colaboradora en la década de los setenta (75) en una revista que publicó el «CLUB DE LA JUVENTUD»  llamada «POLEN». Durante dos años tiene una sección fija en el CARRER en la que habla de la TERCERA EDAD. Ha escrito para el boletín que publica el «Consejo asesor de la tercera edad», «NOSOTROS». Sigue colaborando en publicaciones como la revista FESTA y en estas últimas fechas en artículos para revistas conmemorativas de las filas que cumplen años dentro de la fiesta.

Fue durante once años, miembro de la «Junta de gobierno de la tercera edad» en el hogar. Actuó durante dos años como relaciones públicas. Estuvo también durante dos años como vicepresidenta y se retiró como presidenta. En la actualidad es presidenta de la asociación CULTURA Y OCIO PARA LA TERCERA EDAD, aunque la enfermedad que padece la tiene un tanto inmovilizada y le impide seguir de la forma que ella desea todas estas actividades.

Libertad en 1993, a la edad de 76 años.

Hoy en día se entretiene pintando cuadros, haciendo manualidades, y por supuesto escribiendo, aunque confiesa que no le gusta hacerlo por el encargo: «Y así voy a seguir hasta que Dios con su dedo escriba la palabra fin».

 

 

 

 

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