…Artículo previo (La villa Romana de Petrer I)…
*Nota: Estudio recogido en el coleccionable BITRIR, nº 2, tomo II (1991) –comprar aquí-.
2: DINASTIA JULIO-CLAUDIA. AS.
Roma. 14-68 d.C.
A. — Ilegible. Cabeza a la derecha
R. — Ilegible
(Peso)/(Módulo)/Cuños: no determinable.
Bib.: No determinable.
3: CONSTANCIO II. AE 4. 348-360
A. – [D] N CONSTAN-TIVS [PF AVG]
Busto a la derecha.
[R] – Fe L TEMP-REPARAT [io]Tipo Falling Horseman (LRBC II).
(Peso)/(Módulo)/Cuños: 11
Bib.: No determinable.
En conjunto, este material arqueológico correspondería, exceptuando la moneda de Constancio II, a una primera fase o periodo altoimperial, dentro del desarrollo de la villa romana, en la que nos es difícil poder identificar restos de estructuras, al no proceder de excavaciones sistemáticas, ya que las encontradas asociadas al mosaico, presumiblemente, son más tardías, corresponderían a una segunda fase o periodo más moderno, entre el siglo III-V. Periodo bajoimperial.
Dentro de esta segunda fase, encuadraríamos las estructuras domésticas, encontradas en las excavaciones realizadas, recientemente, en la calle Mayor, cuyo material se encuentra en fase de estudio, por lo que es prematuro todavía hacer valoraciones definitivas sobre dichos hallazgos.
3.2. FASE BAJOIMPERIAL.
Como venimos exponiendo en el desarrollo de la villa romana de Petrer, se detectan a través de los hallazgos arqueológicos, dos momentos o fases, siendo a la segunda a la que correspondería la realización de los mosaicos, en palabras del profesor Lorenzo Abad, uno de los elementos más característicos de la cultura romana.
Se trata de un tipo de pavimento «opus tessellatum», realizado con pequeñas teselas de piedra o cristal de diferentes colores, que se colocan formando motivos figurativos sobre una preparación de mortero de cal.
En el siglo I d.C. los mosaicos solían realizarse en blanco y negro, su sencillez y bajo costo permitió que se extendieran con facilidad por todo el imperio. Pero a partir del siglo II d.C. nos encontramos con una policromía más compleja, al aparecer colores como el rojo, el ocre y el amarillo, siendo en época tardorromana cuando se convierten en elementos decorativos característicos de las casas y villas romanas, tanto urbanas como rurales. Son en cierta medida un elemento suntuario que denota el «status» social elevado del señor de la villa.
De los mosaicos hallados y conservados en la provincia alicantina, es el de Petrer una pieza poco frecuente, no por su dibujo en sí, que es un tema geométrico formado por hexágonos en torno a cuadrados, ambos con motivos centrales, también cuadrados o con hexágonos. Tema muy frecuente en el mundo romano, con perduración hasta época bajomedieval. Sírvanos de ejemplo las pinturas románicas de la iglesia de Santa Eulalia en Asturias, la yesería encontrada en Pussa, posiblemente de época almohade, las miniaturas de las Cantigas de Alfonso X el Sabio, o los artesanados mudéjares de Toledo, Teruel o Guadalajara.
Siendo mucho los paralelos encontrados también en época romana, como son los de Santa Pola, La Alcudia de Elche, Córdoba, Lorca, Huelva, etc. La singularidad del mosaico de la villa de Petrer se debe a que se realizó para pavimentar una sala no cuadrangular, de ahí que el artista, para poder hacer su trabajo, tuvo que refundir los hexágonos alterando su correcto desarrollo de manera que en el centro desaparecieran algunas de las hiladas correspondientes, desvirtuando el propio esquema compositivo. Para el profesor Abad, es esta una solución extraña y poco frecuente, de ahí su importancia. Cronológicamente parece corresponder a la dinastía de los Severos, final del siglo II, principios del III d.C., encuadrando perfectamente dentro de la cronología dada, por los estudiosos del tema, para este tipo de motivos geométricos, muy repetido en todas las provincias del Imperio desde el siglo II, generalizándose en el III-IV d.C.
El segundo de los mosaicos aparecidos,también es policromo y de motivos geométricos muy característicos del mundo clásico. Se trata de círculos secantes y motivo central cuadrangular de lados cóncavos. Podemos encontrar paralelos en toda la provincia hispana, dentro del área del Vinalopó tenemos en El Portus Ilicitanus (Santa Pola) y en La Alcudia de Elche. También lo encontramos en la villa de Quintanilla de Lorca, con una cronología entre finales del siglo II-III d.C.
A este momento pertenece también un conjunto importante de sigillatas Claras C y D y cerámicas comunes de procedencia norteafricana, así como la moneda de Constancio II, encontrada en el solar del actual Banco Popular, junto con fragmentos de ánfora y restos de elementos de construcción como tejas, ladrillos, etc. Material que unido al encontrado durante el proceso de excavación en el solar de la calle Mayor, 2-4 nos lleva a considerar el periodo de actividad de la villa romana de Petrer hasta el siglo V d.C.
Enlazando en la bajarromanidad con los asentamientos situados en el interior del término, en puntos más o menos elevados como son la Gurrama y Castellarets.
A partir del siglo V-VI hasta el siglo XI, en que encontramos un claro horizonte cultural islámico asentado en el cerro del Castillo y en sus laderas, lo que conocemos como área de la villa romana no ha dado registros de materiales, por lo que suponemos que a partir del siglo V-VI, va abandonando los asentamientos más cercanos al valle, concentrándose y al tiempo encasillándose en puntos dispersos del interior, estratégicamente situados con un control visual entre ellos y las vías de comunicación.
excelente este post de arqueología, donde puedo ver mas obras en progreso ? tendrán un directorio ?