Desde principios de siglo, la Federación de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos Paco Mollá ha reunido en su seno a todas las AMPAS de todos los centros educativos de la localidad. Este mes, no obstante, lustros de funcionamiento y unidad se han roto por un conflicto que ha llevado a la apertura de un importante expediente disciplinario a las AMPAS de los centros educativos de Reina Sofía, La Foia y el Cid Campeador, que les retira voz y voto de las asambleas y las deja al borde de la expulsión.
Ambas partes reconocen que no ha sido una sorpresa, sino resultado de un conflicto que ha ido gestándose un año entero. Todo sucedió con la aprobación el año pasado en una asamble de la FAMPA Paco Mollá (por amplia mayoría, 78%) de un nuevo estatuto que obligaba -y obliga- a las AMPAS del Paco Mollá estar también adheridas a nivel provincial a la FAMPA Gabriel Miró.
Las AMPAS de los colegios Cid Campeador y La Foia ya estaban en aquel entonces adscritas a otra FAMPA provincial, la Enric Valor. Durante este año no se han cambiado a la FAMPA Gabriel Miró, más bien ha sucedido lo contrario y ha sido la AMPA del colegio Reina Sofía la que, tras asamblea extraordinaria, ha decidido en este 2018 unirse a la FAMPA de Enriq Valor. Poco después, este mismo mes, desde la FAMPA Paco Mollá se ha decidido tomar medidas disciplinarias y expedientar a las AMPAS de los tres colegios.
«Nos cambiamos porque nos ha parecido mejor. En la FAMPA Gabriel Miró no nos gustaba como trabajaban: en pocas palabras, te cobran por respirar, cada papel que se mueve es dinero. La Enriq Valor es más barata y además ofrece las mismas o mejores coberturas en cuanto a seguros, realización de cursos gratuitos y talleres… Nos informamos en una reunión con las AMPAS de los colegios que ya estaban en ellos y lo cierto es que las condiciones nos convencieron, lo suficiente como para al menos cambiar un año y probar», explica José David Villena, de la junta directiva de la AMPA Reina Sofía. Él era el vocal que la representaba en las reuniones con la FAMPA Paco Mollá. «Y a partir de aquí se ha precipitado todo, a mí sinceramente sólo me ha sorprendido que se haya quedado en un expediente disciplinario, pensé que nos expulsarían. Cuando estamos en las reuniones de la FAMPA directamente es política pura y dura, no hablamos de los niños realmente. Ese es mi entender».
Uno de los temas en los que más divergen las FAMPAS provinciales está relacionado con el polémico decreto ley de la Generalitat de plurilingüismo, rechazado de plano por la FAMPA Gabriel Miró. La delegación de la misma en Torrevieja, por ejemplo, decía esto en un comunicado el año pasado: «El señor Marzá sigue empecinado en imponer su propuesta de inmersión lingüística, porque el plurilingüismo es otra cosa, y nos hace pensar que el consejero es un fanático con un único propósito: preparar las próximas generaciones para su adhesión a los Países Catalanes». La FAMPA Enriq Valor, si bien a nivel personal también se ha mostrado crítica y ha expresado matices, forma parte de la Confederación Valenciana de AMPA «Gonzalo Anaya», que ha elogiado el decreto, al que reconocen como «un paso muy importante que la Conselleria de Educación ha dado en beneficio de nuestra lengua y nuestra cultura».
El presidente de la FAMPA Paco Mollá, Elías Azorín, defiende que no hay politización, aunque el tema lingüístico sí está sobre la mesa. «Pero eso es interés educativo, y no político. No somos políticos, sino padres y madres que queremos la mejor educación para nuestros hijos. Hay interés educativo al querer y apoyar que las familias puedan decidir la lengua vehicular de los estudios de sus hijos». Y sostiene que la apertura de expediente «fue una decisión difícil que a nadie nos gusta tomar, pero una de mis obligaciones como presidente es hacer velar porque se cumplan los acuerdos de la asamblea. La reunión en que se decidió fue incómoda y tensa: estamos haciendo lo que tenemos que hacer bajo mi punto de vista, pero no nos gusta. Al final, insisto, se resume en eso: nos dotamos de unas reglas entre todos, se aprueban democráticamente y luego hay que cumplirlas». Preguntado por qué este mes y no antes, si desde el principio de la aprobación del nuevo estatuto el Cid Campeador y La Foia lo estaban incumpliendo, Elías argumenta que «les hemos dado un tiempo para que pudieran adaptarse al nuevo estatuto. Hemos tenido muchas reuniones, se lo hemos advertido desde la FAMPA, pero no han rectificado y al final nos hemos visto forzados a tomar esta medida».
Preguntado también por la pertinencia e incluso la legalidad de un estatuto que te obliga a formar parte de otra agrupación supralocal, Elías defiende que es lo aprobado y recogido en la asamble por amplia mayoría y además ve incoherencia en querer pertenecer a la FAPA Paco Mollá y a su vez a la FAPA provincial Enriq Valor: «Es como ser del Madrid aquí en Petrer y del Barça en Alicante», valora en metáfora futbolera. Elías también subraya que «espera y desea» que la situación se reconduzca, «y que, con un poquito de reflexión, volvamos a estar todos juntos y aquí no ha pasado nada».
¿Y ahora qué?
La nueva situación deja muchas dudas en el aire: ¿Se reconducirá finalmente la situación o cambiarán otras AMPA locales la Gabriel Miró por la Enriq Valor, fracturando todavía más la FAMPA Paco Mollá? ¿Se organizarán varias escuelas de verano este año, con las AMPA de los colegios expedientados realizando las suyas propias?
¿Y cuál es la posición del ayuntamiento? No ha habido ninguna declaración oficial, pero varia de las AMPA expedientadas (y alguna más) ya han acudido a informarse de varios temas a la concejalía de Educación. También hay que tener en cuenta que el convenio del consistorio con la FAMPA Paco Mollá (por el que por ejemplo recibe la federación 8.000 euros anuales de subvención directa) expira este año, y es lógico pensar que lo que le interesa al consistorio es tratar con una federación que recoja a todas las AMPA locales. ¿Qué sucederá, por ejemplo, si los colegios expedientados deciden asociarse paralelamente? Las cuentas, como mínimo, tendrán que hacerse de nuevo.