Hace apenas un mes apareció en una biblioteca australiana la «Lista de Schindler». No se trata ni de un ejemplar de la novela de Thomas Keneally, ni de la posterior versión cinematográfica que popularizó Steven Spielberg. La Lista de Schindler existe. Se trata de 13 folios donde se detallan los nombres de los 801 judíos que éste industrial alemán salvó de perecer en los campos de concentración nazis durante el régimen de Hitler. Este documento que un día perteneció a Schindler, parece que llegó hasta el escritor Thomas Keneally a través de uno de los judíos a los que salvó la vida. Ahora éste ha sido encontrado entre las cajas que el escritor donó tras su muerte a una biblioteca australiana.
Sin duda, la bondad de la labor y la figura de Schindler es conocida por todos gracias a la adaptación de Spielberg en 1993, lo que demuestra la importante labor del cine para la difusión de la historia y de la cultura. Sin embargo, son muchos los <Schindler> españoles cuya labor humanitaria, en un momento tan crítico como la Segunda Guerra Mundial, continúa siendo desconocida para la mayoría de nosotros. Los que expongo brevemente a continuación son sólo algunos ejemplos, a los que podríamos añadir los de Sebastián Romero Radigales, Julio Palencia, Bernardo Rolland de Miota, Lola Touza y muchos otros.
Los cuatro elegidos, lo son por ser los únicos españoles, hasta el momento, que ha recibido el honor de Justos entre las Naciones, otorgado por el Yad Vashem, Autoridad para el Recuerdo de los Mártires y Héroes del Holocausto, establecida por el Parlamento Israelí en 1953 y que en 2007 recibió el Premio Príncipes de Asturias de la Concordia. Este honor es concedido a todos aquellos no judíos que obraron para salvar la vida a algún judío durante el Holocausto Nazi. Esta organización planta un árbol con una placa conmemorativa por cada uno de los galardonados en el Jardín de los Justos, en Jerusalem, y otorga una medalla con la inscripción «aquel que salva una vida, salva un universo entero» (Sanhedrín, 37, 71).
Interesante escrito de la memoria històrica mundial, pero aquí pasamos de nuestra memoria histórica. Este año se cumplen 70 años del final de la guerra civil española-un golpe militar que duró 3 años y acabó con la 2 Repùblica,que era un regimen legítimo y democràtico.Después vino un periodo de oscuridad, asesinatos brutales, represión y angustia que la santa iglesia católica espanola apoyó sin contemplaciones ni miramientos, al amparo de los fascistas vencedores. Aún viven en este pueblo algunos de esos hombres oscuros que autorizaban palizas y paseillos mucho después del 39, son mala gente que camina y que merecen que sus siniestras historias se hagan pùblicas, para no perder la memoria de aquella oscuridad fascista en la que vivimos tantos años.
Estoy de acuerdo contigo, Cándida, en que todavía existen muchos aspecto de nuestra historia reciente por aclarar. En este sentido de recuperación de la Memoria Histórica se están moviendo varias iniciativas que en un período breve saldrán a la luz. Muchas gracias por tu comentario.
Cada ser un humano crea una historia en el trascurso de su vida,en muchos casos tragica y en otros amable,pero siempre dignas o indignas de ser narradas. Es de agradecer Sr. Portillo su aportacion a esta labor de mostrarnos esas vidas, desgarradoras a veces, de españoles que sufrieron el terror nazi. Personas que se merecian salir del profundo pozo del olvido de tantos. Sirva un abrazo de agradecimiento……Ah, decirle a Candida que los años posteriores a la guerra fueron coto de caza de los vencedores,donde estos se saciaron de venganzas. Puede que en sus conciencias,de los que ya no están y de los que todavia dices que quedan,anidó un tremendo dolor que los martirizaba dia a dia….porque no me cabe otra forma de que paguen su culpa.Estoy contigo,seas del color que seas.
No estoy de acuerdo con vosotros, pues si tuvieramos que remover la historia, tendriamos que analizar lo que ocurrio con varios petrelenses a los cuales les dieron el «paseillo» y los mataron a palos,»Frescoreta», si hay memoria historica para unos, que la tengan los otros.
me parece muy bien el artículo, pero lo que no encuentro justo es que se haya mantenido tanto en el anonimato a Angel Sanz Briz cuya labor es mas grandiosa que la de Shcindler salvando unas 1200 vidas más que él y llegando gracias a su ingenio a salvar más 5000 vidas judias en Budapest.
Cándida, te recuerdo que Angel Sanz Briz como otros muchos dimplomados lucharon con los nacionales, es decir, eran diplomados de Franco. Y como bien dice Ruperto, también deberíamos de recordar los crímenes de los comunistas durante la 2ª República. Ruperto, no los mataron solamente a palos, les metían un tiro en la nuca, lo sé por lo que me han contado mis familiares.
Perdón quería decir diplomáticos.