Estamos atravesando un tiempo de reajuste, de crecimiento. Los cambios siempre son dificiles, pero las molestias siempre preceden al crecimiento. Aunque los actuales inconvenientes a los que nos enfrentamos nos suman en el desánimo, no debemos dejarnos llevar por esta sensación y ser capaces de proyectarnos en un futuro que, sin duda, como siempre ha sido, es prometedor. La humanidad ya ha pasado por mil y una vicisitudes, y el avance del ser humano ha sido inevitable; basta llevar nuestra mente y recuerdo a la vida que han llevado nuestros antepasados, sometidos y esclavos desde su nacimiento, a la libertad de la que actualmente gozamos, a la apertura mental de nuestros hijos, a la mejora genética y humana de las nuevas generaciones. Esto nos sume en un tiempo de esperanza, donde el refrán «la necesidad es la madre del ingenio» se pone más que nunca de manifiesto. El ingenio humano despierta en estos tiempos llamados de crisis, el letargo producido por el bienestar da paso a la actividad, pero son ciclos necesarios de reajustes, de ver dónde está verdaderamente lo importante y lo esencial. Es el tiempo de reflexión que precede a la acción, un tiempo en el ponemos en la mesa nuestras potencialidades, sacamos lo mejor de nosotros mismos para utilizar todos los recursos de los que disponemos, todo nuestro bagaje, y todo lo aprendido tiene que llevarse a la práctica, no puede quedar guardado en el subconsciente colectivo o particular, los problemas pasados y la solución que les hemos dado deben recordarse e incluso poner de manifiesto los errores cometidos para no caer en los mismos.
El salir a la calle, el compartir ideas, el buscar soluciones, nos va ayudar; el decaimiento, el abandono, el sentirse víctimas del destino solo nos reporta amargura y frustración. El tránsito hay que realizarlo, pero la actitud con la que afrontemos este reto vital nos va a proporcionar o un tiempo de amargura o de oportunidad.
Me ha gustado leer este texto, porque está bien ser positivo, y optimista, per hay gente a la que cambiar le queda lejos,por la edad en que se encuentra,y qué hacemos ahora?dónde vamos?La tecnología ha abierto una brecha entre jovenes y mayores,y ya no llegamos a un nuevo y mejor tiempo. Solo nos queda nouestro mundo destruido, con nuestra industria del calzado decrepita y deseando que tengan suerte las neuvas generaciones