Cuenta la historia que el sultán Schahriar se casaba cada noche con una mujer y mandaba degollarla al alba, pues ya no confiaba en la fidelidad de las mujeres que recalaban en sus aposentos. Cuenta la misma historia cómo el visir, encargado de llevarle cada noche una candidata, regresó a su casa desesperado por no encontrar una mujer para el sultán hasta que su propia hija, Sherezade, se ofreció como esposa “para salvar a las hijas de los musulmanes de las crueles manos del rey”, en contra de la opinión de su padre.
Fue así como la hija del visir lució toda su belleza e inteligencia a ojos del sultán, y logró retener el asesinato de más mujeres distrayendo al monarca con increíbles historias durante mil y una noches. Y así nació la leyenda.
Y existe un lugar en Petrer donde cada noche de jueves, una nueva historia es contada del mismo modo que Sherezade cautivaba al sultán, un lugar en cuyas paredes se recrea de nuevo el paisaje de leyenda, donde resuena el goteo del agua y soplan aires de otra época.
Origen
La Tetería Las Mil y Una Noches cumple cuatro años contando historias, cuatro años de una aventura que no ha hecho más que comenzar y cuyo puerto todavía queda lejos. En su trayectoria se ha convertido en uno de los locales de ocio más reconocido de la zona, con su peculiar estilo y decoración.
Inspirada en las teterías de la calle de la Calderería Nueva de Granada, (conocida popularmente como “calle de las teterías”), una de los lugares más transitadas de la ciudad andaluza, la Tetería Las Mil y Una Noches nació y proliferó como un negocio de éxito en Petrer en 2007. “Mi madre tiene familia en Granada, lleva viviendo en Granada más de 50 años allí y siempre vamos dos o tres veces al año”, cuenta Teresa Rodríguez Juan, gerente del negocio.
“La decisión de montar el negocio fue un tanto arriesgada”, explica, teniendo en cuenta que sus propietarios jamás habían trabajado antes en negocios de hostelería. “Llevamos como 20 años en los que mis padres siempre han querido montar una tetería, pero nunca se han dado las circunstancias propicias. Mis padres siempre han sido trabajadores del calzado, de la zona, y llegó hace 4 años nuestra oportunidad. Nos liamos la manta a la cabeza y que sea lo que sea”
De este modo la familia se puso manos a la obra y decidieron seguir el ejemplo de muchas otras familias que, sin nada que perder, se lanzaron juntas en una auténtica aventura humana. “Por lo menos yo hace cuatro años jamás había puesto un cubata y no sabía ni cómo se cortaban los limones”.
Té…y algo más
El té como producto estrella y las historias como importante reclamo en las noches de los jueves permiten a este negocio navegar entre las turbulentas aguas de la crisis de consumo. “La verdad es que somos los principales clientes de teterías, nos encanta el té, en mi casa siempre ha habido té”, reconoce Teresa.
El té, infusión originaria de Asia y apreciada por medio mundo, es el producto de consumo más cuidado. En la cocina reinan más de cincuenta tarros con hierbas y condimentos de diferentes sabores para crear las más variopintas recetas. Servidor se decanta por el pakistaní, aderezado con leche y canela, pero a disposición del público existen más de 30 variedades diferentes que el esmerado camarero procura conocer y preparar con cuidado. “No compramos cualquier té ni tenemos cualquier proveedor, buscamos que esté fresco, en su justa medida. Todos los camareros lo saben y si tienen que hacer un curso intensivo de té, lo hacen”.
Y por supuesto, la excelente puesta en escena y un decorado cuidado hasta el más mínimo detalle, que es quizá el secreto que convierte a una cafetería en algo más que un lugar donde tomarse un buen té y escuchar una bonita historia.
Es obvio que en cualquier cafetería sirven cafés, cubatas y tés. Pero un peculiar decorado, inspirado en este caso en la cultura árabe, imprime un sello personal que puede llegar a ser clave en el momento de determinar el éxito o el fracaso. “Cuidar cualquier mínimo detalle de la decoración, cualquier velita, cualquier planta, esa es la clave del éxito absoluto”, resume Teresa.
Otro factor clave es la oferta cultural que proponen sus propietarios cada jueves. Al igual que las voluptuosas salas del palacio del sultán de leyenda, el escenario de la Tetería es testigo cada noche de jueves de la actuación de un cuentacuentos, que trae maravillosas historias desde todos los rincones de España. Una actividad que no ha cesado desde que abrieron. “Desde el primer día no hemos parado. Abrimos un jueves y al jueves siguiente ya teníamos montado un espectáculo, no hemos parado ni un solo jueves”, resume esta joven dinámica y echada para delante.
Dado que el hermano de Teresa es monologuista, desde el principio se lanzaron con la propuesta de café-teatro, un evento por el que han pasado decenas de cuentacuentos : “al principio, durante el primer café teatro, contábamos con la gente más cercana, gente que conocía mi hermano a través de varios contactos del circuito de Guadalajara, y artistas de la provincia, que se han convertido en nuestros amigos y durante estos cuatro años han venido en repetidas ocasiones”.
Cuando un cuentacuentos sube al escenario se crea un ambiente mágico para ellos, “no hacemos ruido, lo apagamos todo, las luces, el aire, no calentamos leche, es todo un silencio para que la atención se centre en los artistas”. Una puesta en escena que tanto artistas como público agradecen.
Pero, ¿por qué cuentacuentos? “El cuentacuentos para adultos está muy restringido, no se ve. Entonces es una opción nueva y además divertida. O no. Puede hincharte a llorar y haber pasado una noche genial”.
Los propietarios, agraciados por el éxito en su nueva andadura empresarial, decidieron celebrar su primer aniversario en Ferrusa, donde el público disfrutó desde las 5 de la tarde hasta las dos de la madrugada un maratón de cuentos, un encuentro que su propietaria recuerda como “irrepetible”. Y ya preparan su próxima cita con el quinto aniversario, aunque no han querido avanzar ningún detalle.
Un modelo de negocio familiar
La Tetería Las Mil y Una Noches se basa en un modelo de negocio familiar que el tiempo ha consolidado y que promete convertirse en molde para que otras familias con el mismo propósito puedan repetir la experiencia. “Una de las principales bases del éxito es que somos una empresa familiar, y que lo demostramos, que estamos trabajando nosotros, que atendemos a la gente como una familia, nos hacemos participes del negocio”.
La Tetería Las Mil y Una Noches ofrece un servicio de asesoría mediante el cual pretenden franquiciar este modelo de negocio hostelero. “Nos dimos cuenta de que no había franquicias, no había nadie que hubiese puesto este modelo de negocio a disposición de la gente, entonces caímos en la cuenta de que había un nicho de mercado, que no existía nada parecido. Y pensamos: “¿Por qué no? Si nosotros habíamos abierto este negocio sin ninguna experiencia, porque no lo pueden hacer otras personas”.
Por ello contactaron con una empresa de Sevilla dedicada a orientar negocios y reorganizaron todo, hicieron un balance de precios y materializaron un dossier para poder reproducir el negocio con la misma fórmula. Sin embargo lo más valioso es el capital humano: “no es tanto para invertir, esto es un negocio en el que tienes que trabajar. Esto no es un McDonalds. Esto tienen que ser para alguien que le guste mucho esta decoración y quiera cuidar el negocio tanto como nosotros”.
Valores
El respeto mutuo, la humildad y la capacidad de escucha, el trabajo duro, la certeza de que nada está conseguido para siembre. Estos valores son los pilares de esta familia de empresarios, que al final es, quizás por encima de todo, protagonistas de una aventura humana. Estos valores conducen a la familia y su equipo a innovar, crear y desarrollar; en pocas palabras, a estar constantemente en movimiento en un mundo cambiante. Es un comportamiento que de alguna forma está incorporado a los genes de la empresa.