«El dulce sabor del pesimismo. Una golondrina entre reptiles» es uno de los últimos libros que hemos recibido en la III Feria de Autores del Valle, y uno de los pocos editados este año por el Ayuntamiento de Petrer. Es de un joven poeta, Pablo Llorente, que pese a titular así, tan melancólico, finaliza, como advierten en el prólogo, con un rotundo y sin dobleces: «¡te quiero, amor mío!»
Qué envidia me dan los autores, he de reconocerlo. Esa ambición por trascender al día a día y entrar en el etéreo reino de lo profundo y lo verdadero. También por la ilimitada posibilidad de invención y, especialmente, envidio su tiempo. Envidio todo ello, todo aquello vetado al periodismo, pero sin duda anhelo ás el factor tiempo. Pensar (o transmitir un sentimiento, o una sensación) requiere concentración y concentración requiere atención ininterrumpida. Un escriba de la actualidad como yo está sometido a la trituradora del instante, con universos generalmente de 24 horas de vigencia, y amenazado siempre con la posibilidad de que los árboles tapen el bosque.
Pero los escritores de libros, ah, esos. Ellos pueden con todo, en la III Feria del Autores del Valle lo atestiguamos. Pueden retorcer las palabras para iluminar rincones oscuros. Y al contrario, pueden abrillantar y realzar lo feo y lo tóxico hasta transformar su misma naturaleza. ¿Qué travesía vital encierra «Oscuro fulgor», «Cuando muere la inocencia», «Voces del alma» o «Poemas de María»? ¿Con qué musicalidad y audaces metáforas nos sorprenderán «Noctumbra», «Canciones del camino», «Pájaros en la memoria»? En la feria tenemos unos 50 títulos de poesía: las obras clásicas del valle -Paco Mollá, Enrique Amat, Porpetta, Sacra Leal-, todos los premios locales, de una calidad excelente, una selección notabilísima de poemarios en valenciano y hasta obras hechas a mano, como «B.A.R.»
De los autores que escriben hasta el final de la línea también vamos surtidos -en narrativa, al contrario que en poesía, los eldenses destacan por encima de los petrerenses-. La obra de la célebre Elia Barceló («Hijos del clan rojo», es su última propuesa), da paso a otros autores noveles y con todo el camino por andar, pero que despuntan y prometen a ojos vista: César García Bernabé, autor de la saga Félgora -dos libros hasta el momento, de los títulos más vendidos en la anterior feria-; Gabriela Quirante, que en ‘Habitación sin ventanas’ nos trae una historia universal situada al otro lado del charco; «El paso de los españoles», de Verónica Martínez, quien por cierto se acercó a la feria para hablar con sus lectores… Todo obras muy recientes, como también «A la sombra de tu piel»- de; «El enigma de los dioses», de Ángel Luis Macia Díaz, o «Visiones de un destino», de Beatriz Vidal. Y más, mucho más: el popular «Un tiro de gracia» (segunda edición), «Más allá de las sombras», de Puri Moreno; «La mirada», de Mercedes Ghiglione …
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Entrevista a Gabriela Quirante, autora de «Habitación sin ventanas» from Petreraldia.com on Vimeo.
Misterio, épica, fantasía, thriller, etc.: todos los géneros están representados. Resulta curioso comprobar, en este sentido, como una pulsión de nuestros autores locales es escribir libros de reflexión, guía y autoayuda, en sus diversas variantes: ahí tenemos la obra de Víctor Manuel Muñoz (‘Tú puedes dialogar con la esperanza», «Dialogando cuando el sol no brilla») y José Abellán («Semillas de esperanza»), y también «Reflexiones desde el pueblo», del párroco Antonio Rocamora o «Una vida, un camino», de María José Tornero. Tampoco andamos huérfanos de literatura infantil, con cuentos como la «Torre de Adriana» o «Una infancia en verso», de Paloma García, o la educativa propuesta de la Asociación Funredis, «Serafín el surfero». Obras como «El secreto de las piedras blandas», de Susana Esteve, o el gran éxito de hace dos navidades, «El bosque de la Bola», de Juan Manuel Maestre, transcurren en nuestro valle y son ideales para introducir a los infantes en la historia de sus poblaciones. Claro, que si hay un género que realmente que destaque en el panorama de autores de Elda y Petrer, como no podía ser de otra manera, es el de la investigación.
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Una nómina amplia de investigadores dotados de esa mirada panorámica que reseñaba al principio se le escapa en muchas ocasiones al periodismo. Trabajos, escritos y estudios que han de explicar el proceso subyacente, los factores que pasan desapercibidos, cómo funcionan las cosas. Ahí están las obras capitales de nuestras poblaciones, los esfuerzos pretéritos (los dos tomos de «Elda», de Lamberto Amat o las investigaciones de los Moros, de Hipólito Navarro, por citar algunas) y los actuales, con autores voraces como Mari Carmen Rico («Las calles de Petrer», «Del barro al cacharro», «Apuntes para la historia de Petrer», etc.) o José Luis Bazán López («100 retazos del comercio eldense», «Milagrito Gorgé», «Pedrito Rico: yo soy de Elda, señores», …). Del Centro de Estudios Locales (el CEL) tenemos una veintena de publicaciones, con revelaciones inéditas sobre nuestra historia, a través de dos publicaciones muy fecundas: la Revista del Vinalopó (15 números) y la Colecció Algol·leja (10 números), o la publicación eldense Alebus, de una intención y trayectoria parecida. No sólo personalidades históricas, también tenemos aquí en la feria estudios muy detallados sobre determinados espacios urbanos («Barrio de la Frontera», de Tanya Martinez; «Los escritos de José Jover González de la Horteta» o «El barrio de la estación», de José David Busquier) y sobre la historia de nuestras principales instituciones («El teatro Castelar», «Elda, arqueología y museo», «La Ficia», etc.).
Un trabajo de investigación que sigue percutiendo anualmente con cabeceras tan consolidadas y prestigiosas como la revista «Alborada» en Elda (¡desde 1985 hasta hoy, la colección completa!) y «Festa» en Petrer (desde 1999 hasta la actualidad). Este año hemos sumado a la feria las revistas oficiales -y otras obras- de las cofradías de la Semana Santa eldense, de la Junta Central de Comparsas de Elda y de la Unión de Festejos San Bonifacio Mártir de Petrer; es decir, un importante caudal cultural que explican y engrandecen -pero no sólo eso- nuestras principales manifestaciones festivas.
El conocimiento también ha de ser visual, como ejemplifica un libro de la activa editorial que comanda Héctor Navarro: «Todo Petrer en 70 reportajes y 400 fotos». Porque, ¿no completan nuestro entendimiento del pasado libros como el de «El Carrer, 500 fotos para no olvidar» o «Petrer 1935, un pueblo en blanco y negro»? Y qué grandes fotografías aéreas de nuestro valle nos trae Juan Miguel Martínez Lorenzo en «Elda, una mirada desde el cielo» y «Un paseo por los cielos de Petrer». Hay otras obras con la imagen como bandera y son excepcionales: las que firma Edu, humor atemporal de muchos kilates («Edugrafías», «Humor agridulse», etc.), las que recogen el catálogo de pintores como «Vicente Poveda y Juan» o el audaz cómic de «De musulmantes, moros y moriscos», de Miguel Ángel Guill.
Todo eso y mucho más en la III Feria de Autores del Valle, una iniciativa que nació en la asociación Cuentamontes, y eso se nota. Así, la temática de montaña y medioambiental está muy representada, acaso como otra especificidad de la feria: todas las obras de Cuentamontes (del 2008 al 2013); la reeditada y actualizada «Guía de escaladas en Alicante», la trilogía «21 senderos» (propuestas para conocer nuestro entorno, que también se pueden adquirir en Petrer junto al Carrer estas semanas), «Petrer: Tierra y cielo», un mapa de autor que recupera 700 topónimos y varios centenares de puntos de interés de nuestras montañas, etc. El mismo libro ganador el año pasado del premio María Remedios Guillén, otra iniciativa de la feria para premiar a los autores locales, versa sobre la montaña: «Guía de la Fauna Vertebrada del Paisaje Protegido Sit-Maigmó». Y uno de los platos fuertes de esta edición ha sido la presencia del insigne Barón de Cotopatxi, Pérez de Tudela, presentando su última aventura, «Naranjo de Bulnes», donde el icónico montañero se mide con el legendario pico.
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Tenemos de todo pues: casi 400 títulos. Y estamos esta tarde, de cinco a nueve (a las ocho hay un recital poético que no deben perderse), y mañana domingo, de diez a dos, en la Fundación Paurides -c/Cardenal Cisneros, nº1, Elda-. Y si no pueden venir, siempre queda internet: www.librosdelvinalopo.com. Muchas cosas más les contaría, pero se me acaba el tiempo, y la actualidad me desplaza a otro lugar. Lo dejaremos para otra ocasión, o para el cara a cara si viene a visitarnos…
Ya que no puedo estar ahí y disfrutar in situ de todo lo que proporciona esta feria, he leido con atención todo el contenido, creo que es muy interesante y me ha servido para saber un poco más sobre la cultura de este valle, lejano, pero querido y recordado.
Os felicito por este proyecto. ¡¡ Animo!!
Bueno yo sé de algunos que sin su ayuda y apoyo, no podría salir adelante estos maravillosos acontecimientos y no señalo a nadie…
Cultura en estado puro, eso es lo que son las ferias de libros, que merecen mucho mas apoyo institucional del que tienen.
Felicidades a todos los organizadores y sobre todo a los autores del valle,estoy seguro de qué poco a poco esta gran iniciativa cultural arraigará con fuerza en el valle.
Muy buenas tardes,
Me alegro de que el encuentro haya sido un éxito, es un orgullo para todos los paisanos. Espero poder participar algún día en la Feria de Autores del Valle y cooperar así en la narrativa «petrerina».
Un abrazo,
Isa Romero Cortijo.
“Pablito” no para de crecer…