Nota: Artículo publicado originalmente en la revista Festa 2009.
Como habrán leído en otros artículos de Festa 2009, el próximo mes de octubre se cumplen 400 años de la salida forzosa de Petrer de sus habitantes «nous convertits» o moriscos. Ello significó que la villa perdía a todos sus vecinos, a excepción de su alcayde, Josephus Rico. Unas 220 familias (es decir, alrededor de 990 habitantes) abandonaron Petrer el día 4 de octubre de 1609 con destino a Mazalquivir, puerto de Argelia. Eran los hijos y nietos de aquellos cuyo nombre de pila antes de su conversión era Azmet, Çaat, Mahomat, Yaye… y a quienes después de 1525, en que fueron obligados a bautizarse, se les conocía por Franciscus, Joannes, Martinus, Petrus…, manteniendo su apellido: Abonnaçer, Alaig, Alasdrach. Almate, Baroni, Çaet, Çaydon, Guniguet o Milic. entre muchos otros (1).
Atrás dejaron casas y campos, sometidos al derecho enfitéutico. Unos campos trabajados laboriosamente en bancales desde hacía varios siglos como popularmente se recuerda en muchos de nuestros municipios: «eixos bancals són dels temps dels moros». En realidad, la sorpresa en Petrer ha sido que las partidas cultivadas por los moriscos eran muy superiores a las que en principio conocíamos. Ahora podemos decir que sus cultivos se extendían por todos los valles del término, coincidiendo prácticamente con los que actualmente se cultivan, después de que a mediados de los años sesenta del siglo pasado se abandonaran las áreas menos productivas que se habían roturado en los siglos XVIII y XIX.
La principal diferencia con respecto a hoy en día estribaba en la gran diversidad de productos que ellos obtenían del campo de Petrer: trigo, cebada, alcandía, mijo, panizo, viña para hacer pasas, centeno, olivo, grana, cardo, lino, cáñamo, barrilla, salicornio e higos, así como otras cosechas de regadío o secano y otros frutos, como se refleja en los documentos de los distintos protocolos notariales consultados (2) y en la Carta de Población de 1611 (3). El almendro y las viñas (destinadas a la producción de vino en lugar de para la elaboración de la pasa), al menos como producciones importantes, se introducirían cuando ellos ya habían partido, en concreto gracias a las mejoras a la Carta firmadas el 31 de julio de 1616.
Todos estos cultivos se distribuían tanto en las paradas ubicadas junto a la villa como en los valles y piedemontes más alejados. Además los agricultores moriscos también trabajaban campos de Salinas, de la huerta de Elda o del Chorrillo de Sax. A finales del siglo XVI, momentos antes de su expulsión, la dispersión de las tierras cultivadas por una familia podía ser notable, como se observa, por ejemplo, en el inventario de bienes de Joana Almate (1582), de Beatriz Çaydon (1583), la dote matrimonial de Elisabeth Milich (1583) o por la venta a Perot Bureyham en 1586 de «un tros de térra en lo terme de dita vila en la partida de Cati en la partida de la Peña Foradada… Item un altre tros de terra en dit terme en la partida de les Salinetes… Item un troçet de terra ab una olivera en lo terme de dita vila en la partida de la Cenya… Item un altre troz de terra en dit terme de Petrer en lo cami de Novelda en la partida del Almafra», distante unos 10 kilómetros la más alejada del núcleo de la villa.
Todos estos campos estaban sujetos al pago de diezmo, pecho y alfarda que, en nombre del conde de Elda, recogía el administrador del arrendador del condado. En 1582, por ejemplo, don Joan Coloma arrendó el condado durante cuatro años a su hijo Antonio, quien debía pagarle 6.200 libras cada año. Este último encargó su administración a Gaspar Remiro, por un salario de 100 libras al año (como comparación ese mismo año el clérigo de Petrer recibía 50 libras, el doctor Bartholome Gil 38 libras y el alcaide 20 libras). Remiro se obligaba a recoger los frutos y guardarlos en los graneros, bodegas y «çilleras» que le proporcionaba Antonio Coloma, productos que no podía vender sin orden del dicho Coloma. Los jurados y el contador de Petrer (moriscos los tres) se encargaban de vender la pasa del alfarraz de la villa, como así se hizo en 1583: «Angel Taga y Franciscus Alhaygon jurati de la vila de Petrer y Juan Lopo comptador de dita vila en nom de la universitat de dita vila… venen a Pere Colomina llaurador de la vila de Castalia trescentos sexanta quintars de pansa, deu mes /o/ menys de la collita e alfarraz de la dita vila de Petrer per tanda de cascu son alfarraz com es us y costum», el precio en ese año era de 18 reales castellanos por quintal de pasa, y si se retrasaba la villa en la entrega debía pagarle a Colomina 200 libras.
Partidas de cultivo alrededor de la villa
El espacio cultivado rodeaba el núcleo urbano, organizado en torno al castillo. Se distinguían el espacio de regadío, «l’horta», que como se deduce de la Carta de Población de 1611 tenía una extensión de 200 tahúllas (24 hectáreas), más algunas algualejas, y las zonas de secano mejorado con riego eventual, conocidas como partidas de las Oliveras y de las Viñas de Arriba y de Abajo, que ocuparían unas 120 hectáreas, atendiendo también al reparto hecho con la repoblación cristiana de 1611.
Las tierras de la huerta se regaban con el agua de una balsa que almacenaba la que llegaba desde la mina de Puça, y que se distribuía por acequias, una de ellas llamada en 1586 «çequia major», sin duda de herencia andalusí. Los turnos de riego en el Petrer morisco se denominaban «jornadas», que se conocían por nombres, como por ejemplo «del alguasir» (figura 2), «jornada de Benjahadi», «jornata nominata de Almuedin», «jornata nominata de Buelhaijeig», jornada «den Vanega», de «Ananera», etc., en las que compartían el agua varios regantes (en los registros notariales generalmente se cita a dos regantes además del que hace la venta, por ejemplo: «acompañada ab la aygua de Miquel Milich y de Francisco Almenig», «adsociata cum aqua Joannis Abomager et Joannis Alazarach», etc.). La disponibilidad de agua se medía en horas (entre un cuarto de hora y tres horas y media, en los documentos localizados) o también consta en Petrer ventas de una arroba (que podría equivaler a tres o cuatro horas de agua) (4).
Las distintas subpartidas de la huerta, dedicadas al cultivo de viña y olivar preferentemente, se identificaban mediante topónimos, como l’Almafra, Viley/Videy, camí de la Çenia (figura 3), camí de les Viñes, camí de Elda, camí dellig (Elche), de Xuqueta, senda del bancal del Lup, partida de Maçil Almehim, de la Balsa, de la Daya, del Anafaraig/Canafaraig, del Fossar, partida de la senda del camí de Novelda, del Arney (que pudo derivar en la conocida en el siglo XVII como Guirney), etc.
Además en las inmediaciones del pueblo se ubicaban, como hemos dicho, las partidas de secano que contaban con un aporte eventual de riego, ocupando a finales del siglo XVI un total cercano a las 120 hectáreas. Para mejorar tanto estos cultivos como pequeños enclaves de regadío distribuidos por todo el término, la búsqueda de agua en Petrer fue una constante a lo largo de los siglos. En 1536 se había podido ampliar el área de secano mejorado con el agua de la acequia de Arriba -derivada de la acequia del Conde, que transportaba el agua de la Fuente del Chopo desde Villena a Elda- Esta acequia dispondría de 30 días de agua repartidas de noviembre a marzo, siendo los tres primeros y los tres últimos días de cada mes para las tandas de Petrer, con caudal durante dos horas (5). El riego dependiente de la acequia de Arriba en Petrer debía ser nocturno, ya que era por las noches cuando tenía asignada el agua la villa de Elda, como se indica en las denuncias que hicieron los eldenses contra Sax en el año 1583: «por ha ver hurtado el agua del riego de esta dicha villa a fuerza de armas amenazando de matar a los que la guardavan por parte de la dicha villa si no les dexavan regar con ella… contraviniendo los asientos y capitulaciones que la dicha villa de Elda tiene con la villa de Saix sobre el riego de la agua que la dicha villa de Elda tiene comprada de la ciudad de Villena que por pasar por el termino de la dicha villa de Saix riega la dicha villa de Saix los días desde que sale el Sol hasta que se pone y la dicha villa de Elda las noches desde que el Sol se pone hasta que sale». Los vecinos de Sax abusaban, en opinión de los de Elda, «por ser poca la pena de las capitulaciones viejas».
También junto a la villa se cultivaba en la Cañada «darrere lo Castell», donde había bancales de «terra blanca» e higueras. En esta partida, Pero Gonçalez, zahorí de Segovia, se comprometió en el año 1583 a encontrar agua «havent vist y reconegut la partida del terme de dita vila de la partida del Castell y havent certificat ais honorables justicia y jurats de dita vila que conforme lo que enten de aygues hay aygua en dita partida. Per ço promet donarlos y descubrirlos tres teules de aygua corrent en dita partida la qual traura a sa despesa e si alguna cosa li anticiparan sia ab fermançes de restituendo. Ab parte y conditio que trenta dies apres de haver corregut dita aygua apres de trate li hajen de pagar quatre mil reals castellans e si mes fera se li haja de pagar al respecte e si menys fera se li haja de disminuir del preu a la mateixa raho».
Igualmente disponían de aporte de agua las tierras que rodeaban la casa y ermita de Santa Bárbara, construidas con anterioridad a 1586, y que Francisco Coloma cedió a su hermano Carlos, junto con una fuente y una balsa, ubicadas frente a las montañas de la Font de Noguera.
Muy cerca de esta partida discurría la canalización que traía el agua de Caprala a Elda. De hacer una parte de dicha obra, emblemática en la actualidad, se ocupó Guillem Pasqual de Jaca, «fuster e mestre de fer molins». Se trata «dels archs que yo he fet en lo Riu de Petrer» (en referencia sin duda al acueducto de San Rafael, en la rambla de Puça), por lo que había cobrado la importante cantidad de 510 libras. Arcos que ya tenía terminados en septiembre de 1583. En un principio, esta obra, así como un azud, estuvo prevista en la rambla de Caprala, para lo que había cortado mucha piedra en la primera pedrera, nivelado y abierto los cimientos. A Guillem Pasqual también le encargaron abrir una mina en «lo terrer del Almorchon». así como hacer cinco partidores en la «çequia nova del Negret» de Elda y minas para que pasara el agua de la Fuente del Chopo.
Un toque de calidad, de alta calidad, del periodico Petreraldia, al recuperar digitalizándolos estos documentos, de gran interés para los estudiosos de nuestro pasado.
Sabina Asins, muchisimas gracias, por tus documentados estudios.
Todo un placer volver a leer este documentado e interesante trabajo de Sabina Asins Velis. Felicitaciones al equipo de Petreraldia, por ofrecernos artículos y reportajes tan interesantes. Desde este espacio agradecer a Sabina, su dedicación y el cariño por esta tierra, por compartir y divulgar el patrimonio cultural y natural, que aún guarda este laberinto orogràfico.
Quiero agradecer a todos por los documentos muy interesantes sobre el pasado. Soy siempre buscando mis raices de Petrer.
Facundo JUAN BELTRA, mi ancestor, y los Maestre, Payà, Poveda son de mi arbol genealogico.
Saludos de Lyon (Francia).
muy hulo