El Día Internacional de la Mujer se celebra el 8 de marzo y está reconocido por la ONU. Se conmemora la lucha de la mujer por su participación, en pie de igualdad con el hombre, en la sociedad y en su desarrollo íntegro como persona.

La mujeres parisienses, a finales del siglo XIX, que pedían “libertad, igualdad y fraternidad”, marcharon hace Versalles para exigir el sufragio femenino.

Quién nos iba a decir, a las mujeres y a la sociedad española, que en el siglo XXI nos encontraríamos luchando por lo mismo o más que tantas mujeres que nos han precedido.

El día 1 de febrero de 2014, el “Tren de la Libertad” inició su marcha hacia Madrid, lleno de miles de mujeres y hombres en contra de la ley del aborto de Gallardón. Comenzó como una iniciativa de las asociaciones de mujeres Tertulia Feminista Les Comadres de Gijón y Mujeres por la Igualdad, de Barredos en Pola de Laviana, pero se convirtió en un clamor nacional en contra de dicha ley.

Este clamor nacional ha traspasado fronteras. En Francia se llevaron a cabo varias manifestaciones, coincidiendo con las marchas celebradas en Madrid. Las protestas tuvieron lugar en París, Montpellier y otras ciudades francesas. En sus lemas destacaban el “No pasarán” y “Las mujeres unidas no serán vencidas”.

En Reino Unido, el movimiento My belly is mine, en español “Mi bombo es mío”, organizó, para el día 1 de febrero, un viaje simbólico en tren, con una duración de dos minutos entre las estaciones de

Charing Cross y Waterloo East, donde se concentraron “para apoyar a las mujeres españolas”. Como símbolo de su campaña llevaban una percha (hunger) decorada, símbolo de la lucha por el aborto legal, porque es el instrumento que utilizaban muchas mujeres para interrumpir sus embarazos, lo que les provocaba tremendas hemorragias y daños, y en muchos casos la muerte.

En la Eurocámara, progresistas y liberales europeos hablan de retroceso histórico en España, de que el texto criminaliza la libertad de las mujeres y fomenta la desigualdad. Incluso la derecha francesa ha mostrado su descontento.

Ante este panorama, el pasado 12 de febrero, los y las diputadas del PP votaron en contra de la propuesta del PSOE de retirar “inmediatamente” el anteproyecto de reforma de la ley del aborto.

El ministro Gallardón ha afirmado que, aunque hay que respetar siempre la voz de las minorías, hay que acatar la voluntad de la mayoría. Y yo le digo al ministro que, en este caso, la mayoría parlamentaria no es la mayoría de la calle. La gente corriente, la de a pie, la que viaje en metro y autobús, la de España y Europa, le dicen que dé marcha atrás a la ley, que no haga retroceder 40 años a un país que ha luchado mucho por sus derechos y que si sigue empecinado en sacar adelante esta ley, nos encontrará ahí, enfrente, gritándole “No pasarán”, “Las mujeres unidas no serán vencidas”.