En el poema en prosa La moneda falsa de Charles Baudelaire, dos amigos que pasean por el París del XIX dan limosna a un pobre que les tiende, tembloroso, la gorra. El poeta, sorprendido de la generosidad de su amigo, cuya ofrenda ha sido mucho más grande que la suya, le felicita por su sorprendente acción; pero este, candoroso, le confiesa que le ha dado una moneda falsa. Al principio, el imaginativo poeta piensa que su amigo ha querido colorar la gris vida del pobre con algún evento inesperado, pues la pieza puede ser cambiada por monedas reales tanto como llevarle a prisión por falsificador; sin embargo, pronto se da cuenta de que su necio acompañante ha pretendido en realidad la vileza de ser generoso y no dar nada al mismo tiempo.

El Valle de Elda del pasado 27 de mayo anunciaba que el Conseller trilingüe de Educació, don Alejandro Font de Mora, había entregado 40.000 euros, que debía recibir en concepto de indemnización por injurias de la ex concejala socialista doña Lorena Alcántara, a la alcaldesa de Elda, doña Adela Pedrosa, que a su vez se encargaría de entregarlo a una organización benéfica (en este caso, Asprodis): nuestros prohombres no sólo han querido, como en el mentado poema de Baudelaire, “ganarse cuatro perras y el amor de Dios, acceder al paraíso a bajo coste, en fin, sacarse gratis un doctorado en caridad cristiana”, sino que además han logrado la proeza de que una sola falsa moneda les diera para dos certificados de munificencia.

“La maldad no es excusable en ningún caso, pero saber que uno es malo tiene cierto mérito”, acaba el genial poeta francés. Sólo espero que la grosería de todos los políticos que se cuelgan galones allá donde debieran tener valores, de esos que se permiten el lujo de querer comprar con moneda falsa a un pueblo, se vuelva a convertir el próximo domingo 19 de junio en creadora INDIGNACIÓN, y que los ciudadanos de la comarca acudan en masa a la manifestación convocada por el Movimiento 15-M del Vinalopó, que saldrá a las 19 h de la Avenida Reina Sofía de Petrer (a la altura del colegio Santo Domingo Savio) rumbo a la Plaza Castelar, como un nuevo torrente de energía renovadora y una nueva prueba de nuestras ansias por vivir en una democracia real. Porque no somos mercancía en manos de políticos y banqueros. Porque ya no tenemos miedo.