A todos los nuevos gobiernos formados como resultado de las elecciones se les conceden los llamados cien días, una tregua política. ¿Por qué? Pues sencillamente para que sus miembros se consoliden en la nueva situación, establezcan las bases de su futura actuación, conozcan la realidad, que en muchos casos se les ocultó, y qué deben gestionar a partir de ahora. Como diríamos en símil montañero, «aclimatación». En definitiva, pasar de la oposición al gobierno.
El término de los cien días, unos, lo atribuyen a los cien días del último gobierno de Napoleón y otros, al presidente de EE.UU, Benjamin Franklin Roosvelt, quien esos días estableció sus líneas de actuación, tomó las primeras medidas políticas, consiguió que el Congreso aprobara las primeras leyes y lo más importante de todo, evidenció delante del pueblo americano que los votos que le llevaron a la presidencia se transformaban en la aplicación del programa que había defendido durante las elecciones.
La oposición del PP en el Ayuntamiento de Petrer no ha dejado pasar ni cuarenta días, con sus correspondientes 500 noches, para ir reclamando aquellos proyectos que no acabaron en la última legislatura y ahora se piden a toda prisa. Son sus proyectos, y sin entrar a valorarlos, que daría para otros artículos, sin puntualizar que su forma de hacer política los últimos tiempos de mayoría absoluta sin dar ningún tipo de participación, ha hecho que muchos de esos proyectos no sean, ni tan siquiera, conocidos por los nuevos concejales. Sin entrar en esas valoraciones, el nuevo equipo de gobierno tiene todo el derecho a valorarlos, estudiarlos y estimar si los lleva adelante, sobretodo en estos momentos que el cambio autonómico también se ha producido.
Lo cierto es que el «tripartito» funciona, ha abierto una nueva forma de gestión de la cosa pública. Actuar como un sólo grupo, compartir proyectos y soluciones, entenderse. Esto no entraba en los planes del bipartito (ahora ya hacen las ruedas de prensa conjuntamente) PP y Ciudadanos, que siempre habían predicado que eso sería el «caos». Ahora son tres, pero podrían ser cuatro si «Si Podem» dejara su política de rentabilidad corto-electoralista de cara a las elecciones generales y se dedicara a asumir las responsabilidades municipales que es para lo que les han elegido sus votantes y no a exigir que haga «su trabajo» el actual equipo de gobierno. Esperemos que cambie pronto y se consolide una fuerza de izquierdas compacta y transformadora de nuestro pueblo.
Pepe Medina -Coordinador Esquerra Unida Petrer-