Tan sólo hay que acudir a la hemeroteca, para ver que, desde hace varios años, Cepyme Alicante viene denunciando los desequilibrios de financiación y la marginación en las inversiones que sufre nuestra provincia.
Llama la atención que ahora se unen muchas voces a hablar de lo que antes ni veían, será quizás porque los matices han cambiado y el “daltonismo” político (enfermedad que no permite distinguir los colores), ha desaparecido y parte del empresariado ya se ha curado, milagrosamente, de este trastorno ocular. Ahora, cuando corremos el riesgo de caer en el ranking, sin posibilidad de recuperación y sin que nuestro gobierno central se inmute por ello, ni atienda a nuestros representantes, ya comienzan a alzarse las voces. Un poco tarde para mi gusto, la verdad sea dicha, pero ya saben que nunca es tarde si la dicha es buena, por ello, bienvenidas sean estas reclamaciones en favor de nuestra tierra, nuestras empresas y nuestros empleos.
Además, como presidente de una Confederación de la que estoy muy orgulloso en presidir, considero que cuando se analizan las repercusiones de ámbito político y económico, se están dejando de lado algunos problemas un tanto “peligrosos”. En el ámbito político se relaciona la financiación con las próximas elecciones generales, cierto pero insuficiente. En lo económico, nos estamos quedando afónicos de reclamar lo que consideramos nuestro y la injusticia de los desequilibrios económicos, que redundan ya en desigualdades sociales inaceptables. Pero todavía no se habla del problema más grave que está a punto de aparecer: el del nacionalismo y/o separatismo que aprovecha el momento para resurgir y, de paso, buscar enemigos como la monarquía con pancartas al son de “si no nos quieren, tampoco los queremos”, etc. Estos despropósitos van a ir tomando cuerpo conforme se desatiendan las razones, ruegos y motivos que nos llevan a seguir reclamando una financiación justa y pueden llegar a empañarlos.
Los datos reales son que nuestra provincia es la quinta en aportar al PIB de todas las provincias españolas y, por el contrario, recibe en inversiones un injusto trigésimo sexto puesto. ¿A dónde quiere llevarnos el Gobierno Central? ¿Acaso desea un nuevo brote de sentimiento que se convierta en corriente difícil de parar? Atención a navegantes, hay mucho mudo que recuperará la voz, cuando considere que las ascuas ya están calientes y la situación le puede jugar una mala pasada al gobierno central.
Considero que ya hemos pagado con creces las situaciones de corruptelas, y la falta de políticos que sean capaces de alzar la voz, además de la legión de mudos en que se habían convertido buena parte del empresariado alicantino y de la Comunidad Valenciana. Ahora el Sr. Rajoy tiene dos opciones: o comienza a atender los ruegos que le llegan desde la provincia de Alicante y desde la Comunidad Valenciana, o tendrá que oír los silbidos, pitidos y demás improperios que algunos, entre los que no estaremos, les terminarán arrojando a nuestros representantes estatales.
Por favor no perdamos más el tiempo y que se repare nuestra herida, que ya nos cuesta más de dos mil millones de euros. Si tal y como se valora, en algunos sectores, la creación de un puesto de trabajo puede necesitar una inversión de 19.000€ aproximadamente, con los dos mil millones de euros que se nos deben, podríamos haber creado ya más de cien mil empleos, ¿donde se quedaría entonces el desempleo en la provincia? En algo menos de un 11%. ¿Por qué tenemos que seguir soportando un 25% de paro? Cuando concluya la época estival, se puede convertir en un 30%. Denos una respuesta, Sr. Presidente del Gobierno, su Ministro de Hacienda sigue en un estado de mutismo permanente desde hace años.
Por Cristóbal Navarro, presidente de CEPYME Alicante.