Una afición que gana adeptos año tras año, y que pronto estará en el límite de la sostenibilidad, es la búsqueda de setas, que estrena nueva temporada esta misma semana. Así, y desde el pasado fin de semana, los seteros vuelven a tomar los montes de Petrer,  cada uno para reencontrase con su particular “mancheta”  y coincidiendo en los lugares clásicos de búsqueda, como los Chaparrales. No en vano, pese a ser día laboral y entre semana, casi una veintena de coches podían contarse este pasado miércoles en el acceso al enclave, todos buscando el hongo más preciado de la comarca, el rovellón.

Aunque esta temporada prometía mucho tras las lluvias de septiembre, el alto calor y la plaga de insectos de esta última semana está agusanando muy rápido los ejemplares, algo que puede corregirse en los próximos días si las temperaturas se normalizan en sus niveles usuales para esta época del año. No obstante, la presión de los buscadores de setas cada año es mayor y algunos de ellos se afanan a recoger los rovellones a pesar de no haber alcanzado su tamaño óptimo. La temporada de níscalos se extenderá todo el otoño.