Dos águilas ratoneras, que probablemente se encontraban realizando el cortejo municipal, se han electrocutado en una línea de media tensión (20 kw) que cruza L’Avaiol hasta el Pozo del Esquinal. Una notable pérdida para el Paisaje Protegido de la Sierra Maigmó-Cid (también reconocida como ZEPA, Zona de Especial Protección para Aves), ya que las rapaces son muy escasas en el territorio y especialmente localizadas en Les Fermoses y el Calafate.

No es la primera vez que  aves rapaces perecen electrocutadas en la población, pero el caso de estos bellos ejemplares, en su plenitud,  es especialmente sangrante, pues ha sido exactamente en la misma zona donde ya fallecieron con anterioridad un búho real y un gavilán. La pareja de ratoneros la ha hallado, en este punto que contamos, en una senda muy frecuentada por ciclistas en el Plà Manel, Ramón García Pereira, ingeniero de Montes y coautor de la guía del Paisaje Protegido (premio María Remedios Guillén al mejor libro del año editado en el valle en 2012). Le hemos pedido a Ramón, que también es habitual colaborador de este medio y el primer técnico de la brigada con la que contó el Pajsaje Protegido, que nos explicara cuál era su visión sobre la problemática.

La electrocución de aves rapaces, una lacra medioambiental contra la que hay que luchar

Por Ramón García Pereira

Una de las grandes lacras medioambientales con la que nos encontramos en Petrer son las electrocuciones de aves rapaces en líneas eléctricas (generalmente de media-baja tensión).

Estas electrocuciones se producen al posarse un ave en una de las líneas de distribución. Si el animal toca dos cables simultáneamente o si una vez posado sobre la torre metálica toca uno de los cables, el circuito se cierra y desencadena una descarga eléctrica que suele matar al ave instantáneamente.

Además existen ciertas distribuciones en el diseño de estas torres eléctricas que favorecen estas eléctrocuciones. Cuando los conductores se encuentran por encima del travesaño, como en el caso de la foto, la probabilidad de que el ave entre en contacto con los cables es mucho mayor.

Desgraciadamente a día de hoy existen todavía multitud de tendidos eléctricos considerados de alto riesgo para las aves en el término municipal de Petrer. Y especialmente para las aves que tienen la costumbre de utilizar postes altos para posarse con el objetivo de otear a posibles presas.

En este caso nos hemos encontrado en el paraje de L’Esquinal con la desgraciada imagen de dos espectaculares busardos ratoneros. Una pareja que probablemente se encontraba realizando el cortejo nupcial.

Pero lo más dramático del asunto es que en este mismo tendido ya se ha denunciado la electrocución de otro ratonero y de un cernícalo el año pasado. Además también he encontrado testimonios de gente que ha visto un búho real y un gavilán electrocutados en este mismo paraje. Desgraciadamente estos no son los únicos ejemplos, hace 3 años encontré en la partida de l’Almadrava un águila culebrera también electrocutada.

¿Cómo pueden permitir las grandes empresas hidroeléctricas que se sigan produciendo estas electrocuciones? ¿Nos vamos a quedar parados?. Desde luego que no. Tenemos que seguir luchando y denunciando estos «accidentes» para que las hidroeléctricas cambien las torres de alto riesgo o, al menos, tomen las medidas correctoras necesarias para impedir estos delitos ecológicos.

Para terminar se presentan unos ejemplos de los apoyos de tendidos eléctricos considerados más peligrosos para las aves y algunas soluciones prácticas y muy económicas propuestas por Birdlife para reducir su peligrosidad:

-Apoyos construidos con cemento o metal con aisladores rígidos: usados habitualmente y calificados como los más peligrosos. La distancia entre los cables y la cruceta es pequeña.

Existen medidas correctoras bastante econónimcas y eficientes que se podrían aplicar en estos casos como modificar los apoyos con caperuzas aislantes de plástico para uso exterior de 130 cm de longitud o aislando los cables con fundas de 130 cm de longitud. Los conductores tendrán que espaciarse al menos 140 cm, y si no es posible deberán aislarse con fundas.

 

-Los apoyos con crucetas en bóveda ofrecen una zona de posada peligrosa bajo el conductor central. En particular, cuando los apoyos son de metal o cemento, estos apoyos son de alto riesgo para las aves..

 

En estos casos una solución sería el aislamiento del conductor central en una longitud total de 200 cm.

–Apoyo de amarre con puente flojo sobre la cabecera.

 

En estos casos se podría eliminar el puente flojo instalando un aislador suspendido.

También se podrían utilizar caperuzas aislantes o fundas cuando los cables estén sobre la cabecera o demasiado cerca de la cruceta. Los apoyos de derivación se tendrían que tratar de la misma forma (aislamiento de conductores situados muy cerca de una zona de posada a menos de 60 cm).

 

-Apoyo con seccionadores

 

 

Se podría instalar posaderos alternativos a lo largo de la cruceta que evite que las aves se posen sobre el apoyo.