Los sagrados días de la felicidad

Música, público, festeros, calles engalanadas: ya están aquí los Moros.

La sacralidad de las Fiestas, independientemente de su componente religioso, reside en su capacidad para imponer su discurso más allá de la actualidad, la lógica o el contexto social. Sí, sí: gorros arriba, gargantas emocionadas entonando unos versos inspirados, felicidad pura. Es la imagen de cientos de festeros apretados en la Plaça de Baix y adyacentes, haciendo resonar el Pasodoble Petrel, dirigido este año por el maestro biarense Ildefonso de San Cristóbal. Ya no importa la crisis ni las penalidades económicos, quedan a un lado los problemas y frustraciones personales: es la magia de los Moros y Cristianos, no por decenas de veces referida menos importante y asombrosa. Los petrerenses, en comunidad, cantan sobre sus raíces y sus paisajes, se abrazan como hermanos, recorren el pueblo en dicha y, al final del día (o al final de la noche y comienzo del día), el mundo parece un lugar mejor. No hace falta ser creyente para gritar a los cuatro vientos San Bonifaci que fora!

Moros y Cristianos Petrer 2013 – Pasodoble Petrel from Petreraldia.com on Vimeo.

La jornada, de ambiente fresco, comenzó puntualmente a las ocho de la tarde, abriendo cinco días de festejos con la Entrada de Bandas. La clásica formación (la Asociación Musical Virgen del Remedio y la Sociedad Unión Musical de Petrer, acompañados por las autoridades políticas y festeras) inició el recorrido con la Marcha Real desde el Ayuntamiento hasta la Salida del Guirney. Allí sumaron adeptos incondicionales -los sonrientes festeros, con su distintivo de comparsa, y el resto de músicos- y prosiguió la entrada-saludo al pueblo, que jaleó este primer desfile y se fue concentrando, como siempre, en la Plaça de Baix. Con la luz del sol casi plenamente extinguida, entre crecientes murmullos, se abre un pasillo para la subida de San Cristóbal. Minutos después, batuta al aire y el éxtasis ya señalado.

El maestro ibense se concentra mirando al cielo, inmóvil, segundos antes de iniciar el Pasodoble Petrel.
El calor humano es uno de los factores que hacen del Pasodoble algo único.

La abarrotada plaza no tarda en vaciarse y son ahora los cuartelillos los que cobran vida, hasta que la medianoche lleve a los festeros a protagonizar, en compañía de amigos, un nuevo discurrir por el casco antiguo. Llega el momento, claro, y la Retreta resulta tan fresca y divertido como siempre: quizá sea que es el primer día, quizá por su contrapunto perfecto a la seriedad de las entradas…; lo cierto es que se ha convertido en la principal noche de juerga y jarana para muchos festeros. Y también tiene su punto de intensidad emotiva, cuando San Bonifaci recibe en su ermita -iluminada como un faro en la noche- la visita de sus fieles, que «le dan» la mano en gratitud a estos días.

Conforme más aguantas la foto en la Retreta, más gente se apunta.

Hoy viernes

Gran día, sí, el vivido ayer, ¡y esto no ha hecho más que empezar! Hoy, a partir de las diez de la mañana, los capitanes, en compañía de sus rodelas y sus tiradores al alardo, abren el acto de la Bajada del Santo, que acabará con la figura del santo patrón en el templo parroquial tras un descenso en procesión desde su ermita. A las seis y media de la tarde, pólvora en el duelo de guerrillas, que culminará a las ocho con la embajada Mora en la Plaça de Baix, donde el moro rinde al cristiano. A las doce y medio de la noche, y en el mismo enclave, otro duelo dialéctico entre moros y cristianos, aunque de impredecible resultado: es la Ambaixada en Valencià, ingenio de humor y crítica local.

 

3 thoughts on “Los sagrados días de la felicidad”

  1. Otro año más daros las gracias a todos los que haceis posible que a kilómetros de distancia podamos emocionarnos y seguir casi al momento las fiestas de nuestro querido Petrer.

    Muchas gracias y que visca San Bonifaci!!

  2. El Pasoboble Petrer. ¡ Que recuerdoo mas intensos ! Muy buena la grabación que refleja claramente el ambiente, el ambientazo que había anoche en la plaza de bsix

  3. ¿Alguna vez se han planteado celebrar la entrada de bandas en otra localización? Evidentemente la Plaça de Baix se queda muy pequeña y quizá todos podríamos disfrutar mejor de ese acto en un lugar más amplio, como podrían ser lo jardines de la explanada… por poner un ejemplo.

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