La rodela, patrimonio festero petrerí, interpreta su danza característica apenas se disipa en el aire la pólvora del humeante arcabuz del capitán. La estampa cobró vida un año más ayer, en la primera mañana festera, tibia y de claroscuros meteorólogicos, dominada, por lo demás, por la omnipresencia del santo. Todos los caminos conducen a San Bonifacio, en efecto, en un peregrinar que anuncian el humo de los tiradores y el baile de las pequeñas, y al que le sucede, tras un par de cañonazos, toda la comparsa con sus capitanías, actual y pretérita, ocupando el espacio central.
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Agrupados en la ermita, la rítmica marcha de ascenso recoge la talla de San Bonifaci y bajo el inmanente de su figura, se torna de cadencia procesal en el descenso. Hubo amago de lluvia, pero en eso quedó. La multitud festera se plantó con la ropa seca y el ánimo dispuesto en la Plaça de Baix, donde hizo su aparición en las horas centrales el santo patrón para poner en pie a la multitud. Le vemos voltear consecutivamente la plaza, rodeado de músicos y capitanías, adorado por los festeros, para finalmente adentrarse en el templo parroquial de San Bartolomé. Con el santo en su hogar durante los días festivos, la multitud se encamina hacia los cuartelillos como mejor sabe hacer: en ameno pasacalles.
La tarde trae una tormenta de disparos, en duelo singular entre cabecillas moros y cristianos, que deja en mero calentamiento los disparos al alardo de la mañana. En esta primera guerrilla, y como mandan los cánones históricos que la inspiran, las huestes moras no desfallecen en su iniciativa de llevar la batalla hasta el hogar enemigo. Es la embajada mora la escenificación de la rendición cristiana ante el empuje moro, que este año hemos podido disfrutar sólo hasta su mitad, pues la tarde también ha traído otra tormenta, una en sentido literal que ha obligado a su suspensión.
El frío ha irrumpido en lo que ha restado de jornada, pero no ha impedido la realización de la Ambaixada en Valencià, ya en la madrugada del sábado. Divertida, como siempre -desde esta publicación nos encanta-, en esta edición se han recordados temas de actualidad como las nuevas tasas municipales o la licencia que ahora se exige para disparar en las fiestas. El taimado embajador moro, por cierto, ha tenido sus momentos, pero ha acabado capitulando ante el poderío femenino exhibido en el castillo cristiano, que alcanza ya todos los estamentos y es símbolo de una nueva época en la fiesta.
Entrada Cristiana y Procesión
Hoy sábado, primer día grande festero con la Entrada Cristiana, «alarde de luz y color que Petrer ofrece a sus visitantes», como acertadamente resumen los folletos. Será a partir de las once de la mañana; por la tarde, a partir de las ocho, Procesión con la talla con punto de partida y origen en la iglesia de San Bartolomé