«Las avispas asesinas asiáticas ya están picando en Petrer» fue el titular de una noticia del pasado lunes. Hemos realizado un trabajo de campo posterior, durante varios días, que ha demostrado que la información es errónea. Lo que desde la publicación se identificó como Vespa velutina son, en realidad, ejemplares de Vespula germanica, una especie de avispas de origen mediterráneo.
La Vespula germanica, conocida popularmente en algunas regiones como «chaqueta amarilla», mide entre 12 y 17 milímetros. Forma nidos de hasta 10.000 individuos con hasta 250 avispas reina -que miden 20 milímetros-. La avispa está considerada una plaga en aquellas regiones en las que ha sido introducida, especialmente en el este de Estados Unidos, Chile, Argentina, sur de Australia y Nueva Zelanda. En estos países se le considera nociva para el desarrollo de actividades como la agricultura, la ganadería, la apicultura y el turismo. La avispa puede picar varias veces y además, gracias a sus poderosas mandíbulas, también es muy común que muerdan. Su picadura inocula un veneno de muy alta toxicidad, cuyas principales consecuencias para los seres humanos incluye hinchazón, enrojecimiento, sensación de calor y picazón -incluso shock anafiláctico-.
La avispa, a la que en algunos sitios le ponen el sobrenombre de «carnívora», se alimenta de otros insectos, fruta deshidratada y heridas de animales expuestos. Se han descrito ataques a personas y animales domésticos; son especialmente agresivas en otoño, cuando se acerca el final de su ciclo y escasea el alimento. Por supuesto también atacarán para defender su nido. La especie se ha convertido en un problema en varios países –aquí un folleto del gobierno chileno para combatirlas– porque la colonia, puede, excepcionalmente, sobrevivir al invierno y alcanzar poco después tamaños poblacionales hasta 20 veces mayores.
El nido encontrado por la publicación se halla muy cerca del camino, de titularidad pública, que desde el L’Avaiol asciende hasta Les Fermoses. Es un nido muy grande, excavado en la tierra y con dos aberturas. Por su cercanía al camino, desde la publicación creemos que debería erradicarse. Como se relató en la noticia original, un simple paseo por el camino puso al perro de Néstor encima del nido, y los ataques al can y su dueño no se hicieron esperar.
Editorial: Crónica de un error
El 19 de julio de 2012 publicamos en Petreraldia la primera fotografía de un ciervo en Petrer. La imagen confirmaba avistamientos de los que ya teníamos constancia: el propio Néstor Rico, entre otros, los había visto dos años antes. La información no salió hasta que conseguimos la fotografía: desde entonces, hace más de un año, tenemos constancia de más avistamientos, pero no se ha conseguido volver a fotografiar.
El descrito es el proceder idóneo en el periodismo, aunque nos deja una duda. En el escenario de no haber podido conseguir la fotografía, ¿mandamos la noticia al ostracismo? Ciertamente, la prudencia es un valor seguro en el periodismo. Nosotros mismos tenemos muchas historias «en la nevera», como decimos en la profesión, a las que damos una gran credibilidad pero no publicamos, al carecer de las pruebas pertinentes que sustenten esos artículos. Prudencia es lo que nos faltó en este caso, desde luego, y he ahí la razón principal por la que una historia errónea llegó a publicarse. Y cuando hay un error, como es el caso, hay que rectificar la información y explicar por qué ha ocurrido. Lo primero nos antecede y lo segundo sigue aquí.
Volviendo a lo relatado en el primer párrafo, en realidad, en ornitología, no es necesario certificar con una fotografía una especie oteada, basta con el prestigio del ornitólogo, con su palabra. En este sentido, Néstor Rico es una de las personas que más sabe de la fauna local. Miles de horas de trabajo de campo que nos han permitido compartir con vosotros, lectores, varios hitos naturales de nuestro entorno, desde asistir al festín de una serpiente de escalera devorando a un conejo hasta las primeras fotografías en el territorio de especies nocturnas como el lirón careto o la garduña, pasando por mostrar cómo el petirrojo se ha convertido en una especie sedentaria en el valle y no sólo un visitante invernal. Son unos ejemplos, hay muchos más de su destacadísima labor como vanguardia informativa de los cambios y novedades que experimenta nuestro entorno natural. Aquí pueden revisar todas las publicaciones que llevan su nombre y juzgar por ustedes mismos su trabajo realizado en la publicación en estos cinco años.
El pasado domingo 20 de octubre, a Néstor y a su cánido, como relatamos en la noticia original, le atacaron unas agresivas avispas. Echó a correr rápidamente, pero tuvo una enganchada en el brazo, que acabó picándole, durante varios segundos. Pudo verla. Minutos después, todavía alterado, comentamos lo ocurrido. La agresividad de las avispas, el dolor de la picadura, y lo que le parecía «un tamaño anormalmente grande» nos fueron persuadiendo de que no estábamos ante la avispa común. Así que hicimos una búsqueda en la red viendo varias tipologías del insecto. Néstor identificó claramente a su agresor: la Vespa velutina.
Esa tarde no publicamos nada. Si hubiera sido un ave o un mamífero, lo habríamos hecho sin dudarlo, pues esa es la credibilidad de Néstor Rico. Pero era un avispa, y hay miles de especies. La entomología es muy, muy difícil y exige una tremenda especialización. Detalles minúsculos determinan una especie u otra. No podía asegurarse y me prometí una mayor investigación antes de publicar nada. Sin embargo, conozco de la prodigiosa memoria visual de Néstor, casi fotográfica, su capacidad para retener detalles… Podría decirse que la noticia ya había nacido en mí.
Al día siguiente, lunes, seguimos investigando. Había multitud de noticias de la Vespa velutina, la mayoría de gran actualidad: todas confirmaban su presencia en el norte del país. El mismo Congreso está unificando ya esfuerzos para combatirla. En un paraje de Girona, según publicaba El País, se había avistado su presencia y voluntarios, apicultores, guardas rurales e incluso un helicóptero se han movilizado en la búsqueda del nido. Pero, ¿había llegado al sur? Había una noticia de una región malagueña donde se había avistado e incluso el consistorio lo había alertado, para más tarde desmentirse. Hmmm… Por la tarde volví a ver a Néstor, que siguió identificando sin género de dudas a la avispa agresora como ejemplar asiático. Y llamamos a Ramón García Pereira, ingeniero y coautor de la guía de interpretación «Fauna vertebrada en el Paisaje Protegido Sierras Maigmó-Cid», otra de las voces más autorizadas para hablar del medio ambiente local. Ramón nos comentó que no era experto en insectos y que él no podía ni respaldar ni desmentir ninguna información, pero le dio credibilidad. De hecho, estaba preocupado, porque Ramón también ejerce de apicultor en nuestro término y una sola Vespa velutina, como se mencionaba en el artículo erróneo, se basta para acabar con decenas de abejas. Nos dijo que él mismo se acercaría el fin de semana a ver el avispero que agredió a Néstor.
Después estuve viendo la evolución de la picadura de Néstor: aun tenía el brazo hinchado y un reborde negro sobre la picadura del brazo. Todavía le dolía, incluso estaba tomando calmantes. Era sorprendente: había pasado un día y medio y todavía seguía aquejado, Néstor, al que la han picado decenas de avispas y abejas con anterioridad, y nunca con este resultado. Además, la imagen de la picadura cada vez recordaba más a las fotografías de las picaduras por Vespa velutina; no era tan exagerada, pero se parecía mucho. Esa tarde estuve pensando en la noticia de El País y me imaginaba a todos esos vecinos de La Garrotxa (Girona) en una frenética búsqueda contrarreloj: si no se hacen con el nido antes de noviembre -época de cría para la avispa-, relata el artículo, la situación puede tornarse grave. Era lunes 21 de octubre y sentí que la información debía salir; no teníamos la fotografía y lo sabía, podíamos equivocarnos y lo sabía, pero, ¿y si meses después se confirmaba de la peor manera? No podría perdonármelo y, pensando eso, pulsé el botón de «publicar».
Un error, claro. Además, en el artículo hay otro despropósito: hay dos fotos identificadas como Vespa velutina y solo la imagen superior se corresponde con la especie. Pero sigamos: la noticia, pocas horas después, había dado la vuelta por las redes sociales -casi dos mil «me gusta»-. El artículo también decía que desde la publicación intentaríamos conseguir una fotografía del insecto. Era una tarea que teníamos pensada para el fin de semana a manos de Ramón García, pero yo sabía, a primera hora del martes, que esa labor tendríamos que acometerla nosotros antes, aunque fuera en precariedad de medios. No estaba del todo satisfecho con la publicación y tampoco muchos lectores, que en sus comentarios se mostraban muy críticos con la información -sobre esto volveré luego-. Así que quedamos para el miércoles y enfundados en las prendas que mayor protección pensamos podían ofrecernos -eso incluye un casco de moto y un mono de esquí, entre otros- nos fuimos a la búsqueda del avispero.
Buscando las avispas from Petreraldia.com on Vimeo.
Tardamos bastante en encontrarlo. Sudábamos a chorros cuando por fin nos topamos con él. Guardando las distancias, le hicimos fotografías y después varios vídeos, que podéis ver a continuación. Cuando regresamos de la búsqueda, teníamos claro que no se trataba de la avispa asiática. Pero también nos parecía diferente a la avispa común, sobre todo por esa agresividad que puede verse en el vídeo -nada más hay que ver sus picaduras a la cámara, que acabó llena de veneno-. Enviamos nuestras fotografías a Ramón, que nos mandó una guía de identificación y una instrucción clara: o le fotografiáis bien la cabeza, o no se podrá saber con seguridad. Como las fotografías del miércoles no eran lo suficientemente buenas, volvimos el jueves equipados con un cazamariposas para hacernos con un ejemplar. Fue entonces cuando pudimos discernirla completamente, con sus tres puntos en la cabeza como característica decisiva.
Siempre supe que un día tendría que retractarme en una información, al fin y al cabo de humanos es errar. Sabiendo, pues, que este día llegaría, lo que me exigía era poder explicarlo a la audiencia. Sí, poder explicarlo: la relación entre el periodista y el lector ha de ser de confianza, porque sin eso, ¿qué nos queda? Además, simplemente no duermo bien sabiendo que he publicado algo erróneo, si algo no queremos desde la publicación es generar más confusión en esta sociedad ya tan intoxicada informativamente. No actuamos arbitrariamente ni nos mueven intereses espúreos o ideológicos; podremos equivocarnos, pero nunca a mala fe.
Y a este respecto, la opinión del lector es sagrada: en Petreraldia jamás retiraremos un comentario que nos critique y se ajuste a las normas esenciales del foro (no descalificar, etc.). Pueden estar seguros de eso. Trato a diario con políticos que me hacen llegar, de diversas y veladas formas, su rechazo y repulsa ante las críticas que, ocasionalmente, reciben en estos foros por su desempeño público -también reciben halagos en otras ocasiones, pero de eso no me dicen nada-. A muchos les da miedo una sociedad civil organizada, con poder de decisión y actuación, a nosotros no. Así que esperamos que sigan, vigilantes, críticos con nosotros y con la sociedad que nos rodea.
Enhorabuena por el ejercio en humildad y profesionalismo. Un error lo comete cualquiera, pocos son los que rectifican. Y celebro que la noticia estuviera equivocada, aunque me temo que todo indica que en breve podrás publicarla nuevamente (sin que nadie tenga que ser picado antes, espero), pues el avance del bicho parece imparable. Que se recupere Néstor que aunque no sea asiática, la germánica también sabe. Saludos.
Gracias por toda la información que nos facilitas, y enhorabuena por tu trabajo.
Rectificar es de sabios.El admitir sin tapujos el error os hace, si cabe mucho mas creibles.! El que quier que se ponga delante de semejante avispero a proceder a su identificación¡.
Considero , que la persistencia en aclarar este tema, con la dificultad que tenia,ha sido importante y totalmente clarificador,
Gracias por el esfuerzo y mejor que no se hayan detectado las avispas asiáticas en Petrer.
Poco que añadir a los tres comentarios anteriores. Totalmente de acuerdo.
Y si os sirve de consuelo sois muchísimo mas profesionales que la mayoría de quienes realizan periodismo en las cadenas televisivas.
Sin ir mas lejos, ayer tarde en una de ellas de alcance nacional, cuando se dió la noticia del accidente mortal en una mina, el locutor dijo: “Han perdido la vida seis víctimas mortales”, y se quedó tan pancho.
Saludos.
Por lo que a mí respecta, pido disculpas por la precipitación y en el lío que se ha formado con el articulo anterior sobre las avispas asiáticas, he comprobado cómo el miedo y el tiempo en que todo ocurrió me hizo sugestionarme, y quizás mi mente me jugo una mala pasada. Por otra parte decir que cuando salí en mi defensa en el articulo anterior, no fue por críticas, te puede gustar la noticia o no, puedes ver incorrecciones o no, pero tacharme de mentiroso o que me inventé la historia eso sí que no puedo aceptarlo. Y sobre los comentarios, reseñar lo poco que aportan aquellos pocos que usaron la ironía y la mofa para reírse de algo que podía haber acabado de otra forma, me parece simplemente que con más respeto y educación se puede decir lo mismo -que no estábamos en lo correcto- y conseguir más cosas. Sin más, muchísimas gracias a todos por el interés mostrado. Un saludo.
Enhorabuena por el trabajo de campo. Es de agradecer que gente como tú se dedique, no sólo a investigar algo importante, que nos afecta a todos, sino también, que se encargue de poner esa información al servicio de todos.
Enhorabuena de nuevo por la profesionalidad y el compromiso de trabajo!
Fdo: Cristina y Miriam.
Enhorabuena, rectificar es de sabios. La noticia tal vez fue precipitada pero aún no siendo la avispa asiática nos habeis dado la oportunidad de conocer a la germánica.
Viendo el video nos da una idea de como son, agresivas y violentas pues hay que ver como se lanzan contra la cámara.
Saludos y gracias por vuestras informaciones.
Un modelo de ejercicio del rol del periodista, enhorabuena Luis Humberto
Buena disertación que nos lleva más allá de la simple noticia o información, nos transporta a un lugar algo más íntimo, la confianza entre la persona y el periodista, entre la noticia y la amistad….
Bueno, seguir así, pero si se permite una sugerencia yo trataría de añadir esta labor periodística al gran público, es decir wikipedia por ejemplo. El vídeo esta genial y no hay muchos en la red, solo imaginarme de que yo fuera la cámara de vídeo me da escalofríos. Que cantidad de avispas “enfurruñadas”, picando al mismísimo objetivo (min. 1:15, 1:23, , y ademas parece distinguirse una de las reinas, min:2:15, y para terminar se observa claramente la posición defensiva a la entrada de la colmena, en circulo, (min 0:57 y 1:01 en la colmena de la derecha) Si fuera una escolopendra, o serpiente , lo tendría muy difícil acceder.
en fín, excelente labor.
Espero Nestor, que te hayas recuperado para poder seguir disfrutando de tu aventura fotográfica.
Ah, solo añadir que la foto se ve muy bien si la amplias
http://img855.imageshack.us/img855/2632/w8ol.jpg
Gracias por colaborar en esta historia,valiente por conseguir la muestra definitiva.Y si ,ya estamos recuperados,Coke también,gracias a todos……
Menudo aguijón!
Que valor ahi que tener para volver ahi Nestor,Con todas aquellas que te picaron
Enhorabuena por los artículos. Y digo “los” porque a pesar de ser una información errónea creo que era lógico publicarla para poner en preaviso por si las moscas. En estos casos, más vale prevenir que curar. Y si es el avispero está tan cerca del camino, que se encarguen de ellas.