Llevábamos tiempo sin traeros imágenes de la vida nocturna del entorno. Ciertamente es una labor complicada y a largo plazo, que comienza con la búsqueda de pistas en el monte para saber qué habitantes rondan por la zona. Si se encuentran indicios, avanzamos en la búsqueda con una cámara espía, que vamos colocando en zonas estratégicas, buscando la confirmación gráfica de las señales que delatan la presencia animal. Si lo tenemos confirmado, es hora de buscar la fotografía de calidad; en este caso hemos empleado una cámara Canon 60 D (objetivo Canon 18-55 mm.), 3 flashes Canon, 3 trípodes y una barrera de infrarrojos. Y así, finalmente, con ustedes el lirón careto.
El lirón careto es uno de los roedores más bellos y simpáticos de nuestra tierra. Es una mamífero bastante adaptativo, «todoterreno»; aunque prefiere ecosistemas arbolados y con rocas, rodeados de bastante matorral para darles protección. Su morfología es de fácil identificación, tiene entre los ojos un antifaz negro, con orejas bastante grandes, ojos negros muy saltones, el dorso pardorojizo y el vientre totalmente blanco, con una bola de pelillos al final.
Una de sus virtudes es su velocidad. Es muy rápido y ágil y trepa y salta con mucha facilidad. Se alimenta de insectos, frutos, huevos y pollos de aves, etc. Un dato curioso es que el lirón careto hiberna durante el invierno y despierta con la llegada de la primavera, esto le cubre en la estación más difícil del año, en invierno, cuando escasea la comida y las temperaturas bajan.
Espero que os guste, os traeremos en breve más reportajes que estamos preparando. Gracias como siempre a los lectores y a los grandes amigos y naturalistas que me ayudan a realizar las fotografías, en especial a Luis Villaplana, siempre implicado en los proyectos y en el seguimiento de los trabajos en los que se beneficie y se dé conocer nuestro patrimonio natural.