«Olvido fue un niño mensajero procedente del universo, que vino para aportarnos un impulso de esperanza a nuestro descuidado planeta e inspirarnos para crear un cambio de esquema vital, y así poder sincronizar nuestra armonía con el entorno y con nosotros mismos. Este libro ha sido creado conscientemente desde la sutil espiritualidad, y con un amor que nos hace sentirnos maravillosamente necesarios, aunque en ocasiones nos sintamos pequeños, no siendo así bajo ningún concepto. Por ello, esta creación literaria como terapia es algo más que un relato; deseo que esta labor tan grata se expanda hacia todo ser que desee aportar parte de su tiempo a un crecimiento personal que nos influye a todos y a todo, y una aportación para nuestra gran familia, a la que llamamos humanidad».

Han leído la sinopsis de «El hombre de las sombras», la primera novela del petrerense Carlos Beltrán Corraliza, recientemente presentado en la Casa del Libro de Alicante. Un proyecto que le ha llevado tres años de trabajo que ha compaginado viajando por «todas partes» en proyectos solidarios. De hecho, nos atendió al teléfono desde una pequeña localidad murciana, donde está ayudando en un proyecto de bioconstrucciones, usando placas solares y energía eólica para las necesidades de electricidad. «Ha sido un proceso largo porque en muchos lugares teníamos horas limitadas de electricidad, con lo que muchas veces o no podía escribir o lo hacía a mano y tenía que pasarlo luego», comenta sobre el proceso de creación.

El libro pretender ser una herramienta para buscar alternativas espirituales y emocionales en esta sociedad. «Me he dado cuenta de que hace mucha falta en los tiempos que corren, una guía y una autoayuda espiritual, por decirlo así. Yo, de todos mis viajes, de todas las religiones que he conocido, de toda la información que me ha llegado…, pues yo he intentado unir sus principales puntos, porque al final todas las religiones van a lo mismo, y me gustaría que cualquier persona, creyente o no, pudiera acercarse a todo esto. No es una visión religiosa estricta, ni atiende a ningún credo, sino que más bien es un análisis y un trabajo sobre la condición espiritual del hombre, y siempre desde un punto de vista positivo y práctico». En todo caso,  Carlos advierte, «este libro ha sido hecho y creado para las personas que quieren aportar a esta cadena de crecimiento moral y espiritual, y en este sentido, va a ir a donde tiene que ir. El libro exige una mente abierta y no le llegará a todo el mundo, depende de la persona. Yo estoy muy agradecido de las personas que están aportando a sus vidas algo que otra persona piense que es positiva. Para mí el trabajo está concluido, el trabajo está hecho, y si algo me gratifica es que a otras personas les ayude.»

Lo cierto es que la temática y el hábito de la escritura, aunque sea su obra novel, no son desconocidos para Carlos, quien ha hecho una carrera en el rap con el sobrenombre de Naos Siabatu (aquí, una amplia entrevista de 2010), con tres trabajos publicados e incontables bolos y conciertos. Ya entonces tenía esa necesidad de «buscar salidas a un ambiente opresivo» y no se casaba con nadie, renunciando, incluso, a importantes contratos con discográficas para crecer y madurar su arte a su aire. Marcado por los valores que le transmitió su familia -mi madre me recitaba poesías para dormir y mi padre me ha influido mucho en el ámbito espiritual-, ha hecho buena en su vida su convicción de que «no actuar por lo material, por el dinero, con esa finalidad. Yo creo que se pueden hacer grandes trabajos sin ánimo de lucro».

De la novela, editada por Editorial Club Universitario, se han realizado 1.500 copias, y seguramente -ahora está en conversaciones con la concejalía de Cultura- sea presentada en Petrer en marzo.  Cuesta 12 euros y la semana que viene estará a la venta en Libros del Vinalopó.