Los populares de Petrer llevarán al pleno de este jueves una moción en la que apoyarán la elección directa de los alcaldes propuesta por Mariano Rajoy, presidente del Gobierno. Una moción que se presenta totalmente opuesta a la que presentará el grupo EU, que rechazará esta reforma de la ley electoral que, de aprobarse, acabará con las coaliciones en los ayuntamientos, otorgando directamente el poder a la lista más votada.
Por su parte, el portavoz del equipo de gobierno municipal, José Miguel Payá, ha alabado esta reforma al considerar que permitirá gobernar «a quien la mayoría ha elegido». «Los partidos quedan en un segundo plano sobre los candidatos, y se mejora la democracia local y el funcionamiento de los Ayuntamientos”, ha señalado.
Payá ha señalado que sería una postura que se trasladaría a Las Cortes Generales y al Consejo de Ministros, ya que habría que modificar la actual Ley Electoral, en el apartado que afecta a los municipios, una cuestión que no es competencia municipal. Para conocer el sistema de elección directa todavía habrá que esperar, pues todavía no se ha determinado si se haría a una o dos vueltas, tal y como ha indicado el edil.
El portavoz considera que la elección directa de alcaldes es» una buena medida que acabaría con el transfuguismo, habría mociones de censura y se mejora la gobernabilidad, ya que el gobierno lo ostentan los concejales con delegaciones, y la oposición realizaría labores de control y vigilancia, pero dejando gobernar a quien la mayoría ha elegido”.
Creo que es de justicia dejar constancia de que Esquerra Unida presentó su moción el jueves en Junta de Portavoces, como suele ser el procedimiento habitual en el Ayuntamiento de Petrer. En aquel momento el Partido Popular no presentó ninguna moción y fue este lunes cuando nos sorprendió con la presentación de una moción en sentido opuesto a la de EU. Por supuesto que el PP está en su derecho de presentar la moción que quiera, faltaría más, pero no deja de llamar la atención este funcionamiento por reacción en vez de por iniciativa propia.
Además, cabe señalar la falta de memoria de los populares: dos de los concejales que actualmente integran el grupo municipal del PP en el Ayuntamiento, José Miguel Payá y Fermín García, formaron también parte de la Corporación surgida de las elecciones locales de 1995 y con su voto impidieron que accediese a la alcaldía el cabeza de la lista más votada. Así, podríamos poner más ejemplos en el ámbito municipal, como cuando Rita Barberá (PP) accedió a la alcaldía de la ciudad de Valencia en 1991 con el apoyo de Unión Valenciana, sin ser tampoco la lista más votada.
Respeto a quienes opinan que se debe adjudicar la alcaldía directamente a la fuerza política que obtenga la mayoría simple, pero que el PP quiera incorporar esta norma ahora a la ley electoral, con los ejemplos en los que no ha actuado así, me hace pensar que a los populares no los mueve una cuestión de principios, sino un puro interés de mantener la vara de mando como ocurre en Castilla-la Mancha con la torticera reforma electoral de María Dolores de Cospedal.