El Petrerense se diluye

Petrerense 2 -3 Torrevieja

«El peor partido de la temporada», así define Baldo el encuentro del pasado fin de semana ante el Torrevieja en el Barxell. Fue la peor derrota que ha sufrido el equipo porque confirma la inercia negativa del conjunto (cinco derrotas en los últimos seis partidos), no se acaba de cerrar la salvación matemática (se ha conseguido virtualmente -basta con sacar tres puntos de los quince que quedan en juego-, ¿pero recuerdan lo que hablábamos en febrero?-) y lo sumerge, estancado en la clasificación en tierra de nadie, en un contexto de desbandada general: los jugadores hacen la guerra por su cuenta y cada uno mira sus intereses de cara a la próxima temporada (hay varios jugadores «tocados», con ofertas de equipos de división superior). «Nos ganaron por ganas y corazón», sentencia el entrenador, en pocas palabras.

Fue un partido raro, en todo caso: el Petrerense sale con fuerza y ritmo (sorpresa), pero encaja un golazo al cuarto de hora de uno de los peores equipos de la división y claro candidato al descenso (sorpresa); pierde el ímpetu y comienzan las imprecisiones, pero «jugando mal» consigue voltear el marcador (sorpresa) con goles de Marcos Alendaño (bonito remate de cabeza) y Perico (misil desde fuera del área), sólo para caer de nuevo en el desánimo y verse empatado en el añadido del primer periodo y superado en el segundo (sorpresa).

La segunda parte fue para olvidar, en efecto: Baldo no atinó esta vez con los cambios tácticos y el equipo acabó de descomponerse, permitiendo contragolpes muy peligrosos, casi todos salvador por un inspirado Adriel (excepto el gol de la victoria del Torrevieja, un tiro de falta directa imparable), y con una producción ofensiva muy pobre, lastrada por las prisas y la descoordinación. En los últimos minutos, jugando con tres puntas, los rojiblancos tiraron de orgullo y tuvieron alguna ocasión, en especial un mano a mano de Alendaño (de los mejores este año del equipo) que le sacó el guardameta rival. Ahí estuvo el empate, pero la derrota, francamente, es justa.

«Es díficil», tercia Baldo, «estos partidos finales, porque hay una diferencia de motivación y objetivos muy grande entre los equipos. No debemos decaer, no obstante, quedan cinco partidos, que son muchos; podemos acabar con un buen sabor de boca y espero que así sea, sería lo justo, porque este año hemos tenido rachas de juego muy buenas y todo el mundo en la competición sabe que somos un equipo con posibilidades». Baldo tiene tiempo para trabajar la moral, la motivación y la confianza del equipo, porque esta semana habrá parón por Semana Santa, y el siguiente compromiso se va al viernes 13, contra el Monóvar,

 

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *