Como sabrán los lectores habituales, casi desde el principio de la publicación nuestro equipo fotográfico se puso como meta, entre ceja y ceja, acercarnos la vida nocturna de nuestros parajes, un mundo desconocido y curioso al que es muy difícil acceder. Cada vez con mejores equipos y accesorios, y trampas más elaboradas, hemos acercado a diferentes especies de actividad nocturna como el jabalí, el zorro, perros asilvestrados o el búho real, conformando unos documentos interesantes, por su valor de testimonio, pero alejados de lo que llamaríamos “una foto redonda”. Recientemente, estuvimos rastreando la garduña (martes foina), y fuimos capaces de fotografiarla, pero una vez más el resultado no nos dejó del todo satisfechos.

Comprueben como en las dos primeras se aprecia el animal claramente, y en las dos siguientes apenas su cola…

Para mejorar la calidad de estas instantáneas, y elaborar unos protocolos de actuación que permitan también acercarles con todo lujo de detalles otros animales que responden a la llamada de la Luna, como las ginetas, la comadreja o incluso el tejón, de los que conocemos de buena tinta su presencia en nuestros montes, nos pusimos en contacto con un fotógrafo, César Pastor Quesada, cuya obra en este campo habla por sí sola.

…Pero como decimos quedan lejos de fotografías como éstas de César, con la gineta en pleno salto o la iluminación trasera dotando al mochuelo de un aire enigmático. En este enlace pueden ver más fotografías de su obra.

Así pues, esta misma semana César se desplazó hasta una de nuestras charcas para preparar la trampa fotográfica perfecta para cazar a la garduña.  Nuestra cámara compacta canon con hdk y un disparador corriente ha dejado paso a los materiales de César, una cámara réflex de Nikon y tres flashes Metz. El funcionamiento es el siguiente: la barrera de infrarrojos dispara la cámara y ésta a su vez realiza la fotografía por radiofrecuencia disparando a la vez los flashes. El objetivo de longitud focal de la cámara lo hemos dejado en 80 milímetros y los flases –número guía 54- se han preparado a 1/8 de su potencia. Ello se debe a que la idea es que la cámara haga muchas fotos muy rápidamente, y los flashes deben estar a baja potencia para que se “reciclen” y se vuelvan a disparar junto con la cámara. Señalar también que hemos dejado el diafragma muy cerrado para conseguir una mayor profundidad de campo.

Vean este vídeo como se montó todo, un trabajo que llevó más de una hora.

Una lata de sardinas en aceite de oliva es el cebo para captar al mamífero depredador, y aunque no pararemos hasta conseguirlo, el objetivo es difícil, no sólo el hecho ya de retratar satisfactoriamente a tan huidizo animal, sino el mismo hecho de poder hacerlo. César nos contó que la gineta de la foto de arriba se le resistió tres meses hasta que finalmente decidió aparecer. Desde la publicación esperamos que no pase tanto tiempo; usaremos más técnicas y variantes para capturar su imagen en la oscuridad de la noche. Manténganse en línea.