Hace unos días, Luis Villaplana me invitó a presenciar un espectáculo de los que te dejan con la boca abierta, a pesar de la larga experiencia que ya se tiene sobre los fenómenos a que la naturaleza nos tiene acostumbrado. En este caso se trata de la floración de una planta, por supuesto no oriunda de esta zona, pero que Luis, conocedor de ella, trajo hace dos años desde Zaragoza, un copioso cargamento de semillas, con la intención de probar su adaptación a esta tierra, y con la finalidad también de proporcionar alimento a las aves, dadas las pequeñas semillas que de sus flores se desprenden, además de gozar de su belleza en primavera.

Su nombre ya empieza por ser original: Pipirigallo, así como también su forma y colorido.

El primer año, cuando se plantó, no fue muy bueno en lluvias, con lo que su crecimiento fue bastante discreto. Pero este año, en el que hemos tenido durante todo el otoño, el invierno y lo que va de primavera, una gran abundancia de agua, los Pipirigallos han dicho aquí estamos y ha habido una explosión de olor y color, difícil de describir con palabras. Aunque es imposible calcular su número, las flores existentes estarán en orden a cientos de miles, cubriendo totalmente el Tros de Samuel, con una superficie de dieciséis hectáreas, en su finca de L´Avaiol.

Ante tanta novedosa belleza, he querido traer a nuestra página este pequeño reportaje, para deleite y conocimiento de nuestros seguidores.

Espero que os guste.

Pipirigallo en L’Avaiol from Petreraldia.com on Vimeo.